
Viceministro de Hugo Chávez detrás de Bad Bunny
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Un misterioso exmilitar y alto funcionario del régimen venezolano es el mayor accionista de la empresa que lanzó y representa al reguetonero más exitoso del mundo.
Por: Redacción Cambio

La revista Billboard es un referente en materia de música pero pocas veces trae noticias que toquen el mundo político y judicial. En su última edición revela que Rafael Ricardo Jiménez Dan, quien fuera viceministro de seguridad jurídica del gobierno de Hugo Chávez, es el fundador y principal accionista de Rimas Entertainment, la empresa de representación artística que convirtió a un desconocido puertoriqueño llamado Benito Antonio Martínez Ocasio en Bad Bunny, el fenómeno mundial de la música cuyo album fue el más vendido del planeta el año pasado y que facturó casi 500 millones de dólares en conciertos durante 2022.
La cara visible de Rimas ha sido un talentoso manejador artístico puertorriqueño llamado Noah Assad, quien acaba de ser galardonado como el mánager del año. Sin embargo, ahora, a raíz de una demanda de divorcio, se vino a saber que el accionista mayoritario de la compañía es Jiménez Dan, antiguo funcionario del régimen chavista que ha hecho buena parte de su fortuna contratando con el gobierno de Nicolás Maduro.
El exviceministro alcanzó el grado de capitán del ejército venezolano donde fue compañero de curso de Diosdado Cabello y Jesse Chacón. El primero es uno de los hombres más poderosos del régimen, miembro de la Asamblea Legislativa y vicepresidente del gobiernista Partido Socialista Unido de Venezuela. Jesse Chacón, por su parte, es hoy embajador en Austria, ha sido cinco veces ministro y fue quien nombró a Jiménez como su viceministro.
Rafael Ricardo Jiménez Dan salió de Venezuela un año después de haber dejado el viceministerio y se estableció en Miami a donde por la misma época llegaron decenas de boliburgueses o enchufados, como son coloquialmente llamados los que se enriquecen con contratos con el gobierno de ese país. Jiménez sostiene que su fortuna empezó con un exitoso restaurante en Miami pero, de acuerdo con el artículo de Billboard, la realidad podría ser otra.
“En octubre de 2006, en el apogeo de su carrera en el gobierno de Chávez, Jiménez fundó una empresa de importación y exportación de alimentos en Venezuela, Agropecuario Ravigg C.A. Importó alimentos a Venezuela desde Brasil, Argentina y otros países, generando una utilidad neta de 8.897.246 bolívares (1,4 millones de dólares) en 2013, según el Registro Nacional de Contratistas (RNC). Solo los envíos de Ravigg de enero a mayo de 2014 sumaron un valor de 7,9 millones de dólares, según el Centro Nacional de Comercio Exterior de Venezuela (Cencoex). La firma, que pertenece en un 85 por ciento a Jiménez y aún opera, hizo negocios cuando la escasez de alimentos comenzaba a aumentar en el país luego de que el precio del petróleo se desplomara. Las importaciones de alimentos se volvieron polémicas en 2019 cuando el Departamento del Tesoro estadounidense sancionó a un ciudadano colombiano (Alex Saab) y a otros por presuntamente orquestar un ardid que permitió a Maduro y su gobierno “beneficiarse significativamente de la importación y distribución de alimentos en Venezuela” desde 2016”.
El artículo también dice que Jiménez Dan no ha tenido mayor relación directa con Bad Bunny pero es el hombre fuerte de la compañía que lo maneja a él y a la cantante colombiana Karol G.
La presencia de Rafael Ricardo Jiménez Dan salió a la luz pública a raíz de una demanda de la expareja sentimental de Noah Assad. Gretchen Hernández Rivera reclama la mitad de lo que el ya mítico mánager ha ganado con el conejo malo, quien completa tres años consecutivos siendo el artista con más reproducciones en Spotify en el mundo. En los documentos del reclamo nupcial quedó clara la participación del socio silencioso de la compañía.
Jiménez Dan sostiene que nada tiene que ver con el actual gobierno venezolano pero la industria musical no es amiga de los riesgos. Sony Music está en conversaciones para comprarle al exviceministro chavista su parte en Rimas Entertainment. Se calcula que podría recibir 200 millones de dólares, uno sobre otro. Nada mal porque su inversión inicial fue de apenas 2 millones, que muy probablemente salieron de las arcas del gobierno venezolano.
