Caminando por la décima
15 Diciembre 2024 03:12 am

Caminando por la décima

ADIÓS A 2024

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Como sorpresa a los lectores de esta lírico-satírica sección, hemos dado descanso a nuestros poetas habituales y contamos con unos versos que pedimos al conocido decimero santanderano Gerardo Martínez Martínez. Él ha sido el encargado del balance de 2024. 


Entre halagos y diatribas:
la voz de las fuerzas vivas

Veinte veinticuatro, un año
lleno de muchos tropiezos,
con gobernantes traviesos
y congresistas de amaño.
Forma de gobierno extraño:
“golpe blando” en montonera,
izada de otra bandera,
y discursos de balcón,
en los que, sin ton ni son,
el cambio no fue “en primera”.

Mucho viaje. Mucha pose.
Trinos, diatribas, discursos,
derroche de los recursos
en multiviajes de roce.
Eso sí, goce que goce
con la comitiva inmensa,
a veleidades propensa,
para “vivir bien sabroso”;
mientras el pueblo, sin gozo,
tuvo vacía la despensa.

Búsqueda, en el exterior,
de piropos con euforia
para menguar la memoria
del descontento interior.
En medio de ese furor,
con delirantes matices,
en periplo por países
con la oratoria por don,
cayó en el Armagedón
y Trump le dio en las narices.

También internacional 
era el juego de poderes
de hacer cumplir los deberes
al vecino que anda mal.
El resultado, fatal:
“venecos” sin ilusiones,
desplazados por montones,
y el gobernante rapaz,
como no quedaba más,
se robó las elecciones.

Ya en lo interno, lo de aquí,
el poder al menudeo,
aunque a algunos suene feo
es igual al “lo querí”.
Se van a acordar de mí:
retórica no conmueve,
porque la opinión se mueve
contra un futuro al que teme;
quiere enviarlos a la eme,
la del Eme Diecinueve.

Mal que las cosas se muevan
con marchas, paros, bloqueos,
con libertad a los reos
que la paz total promuevan.
Se queja que no le aprueban
para darle “golpe blando”,
sin decir dónde ni cuándo.
Si no se sabe quién manda,
piensa el pueblo, hay mano blanda,
en vez de bastón de mando.

En la Procuraduría,
para remendar la plana,
le tocó vestir la ruana
de la politiquería.
Ternar al que no quería
olvidando el citatorio,
para elección de jolgorio
en la que ganó un caucano
que se siente muy ufano
de llamarse Eljach Gregorio.

Intentó cooptar la Corte
e incluso lo celebró,
porque en los votos ganó
el que recibió su aporte.
Pero, mirando el reporte
del magistrado escogido,
en su alma lleva esculpido:
“conservador de Nariño”
que, aunque el Pacto le hizo el guiño,
su Polo es solo apellido.

Imposible terminar 
sin hablar del importante,
un conocido tunante
al que acaban de nombrar.
En el Palacio va a estar,
a nombre del menoscabo:
Benedetti, al fin y al cabo,
sí “tira la línea” buena
y, al terminar la faena,
él quiere orejas y rabo.

Sus grandes “aspiraciones”
las conoce medio mundo,
con su marrullar profundo
en juergas y reuniones.
Encontradas emociones
entre complacencia y rabia:
cómplices de loca labia
que manejan los secretos,
con los volubles libretos
de Benedetti y Sarabia.


ÑAPA UNO:

Ya son muchos candidatos
los que la elección concita:
blancos, negros y mulatos,
sabios, torpes y avivatos.
Solo un genio: Barbosita.


ÑAPA DOS:

Chao al año, vade retro
a la dudosa bandera.
Dejar el dilema impetro:
los que exigen FUERO a Petro,
los que gritan Petro FUERA.

ÑAPA TRES:

Corrupción ya es una afrenta:
millones ha defraudado.
Si el Gobierno no la enfrenta,
hoy la rendición de cuentas
les toca con abogado.

ÑAPA CUATRO:

Hasta aquí llega este cuento:
tacho, remacho y no más.
Todo un año a fuego lento,
irónico y no violento,
sin Bonilla y Nicolás.

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