Caminando por la décima
14 Mayo 2023

Caminando por la décima

CACHOS QUE NO HAS DE PONER...

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

Toreros y cónyuges tienen un mismo enemigo: los cuernos. En el congreso de Colombia se han presentado proyectos de ley para prohibirlos ambos, pero el peso de la historia y de la condición humana supera estas veleidades de legisladores desocupados. Nuestra decimera MacLamus (María Cristina Lamus) se encarga de eso que llaman “el relato”.

Una congresista ociosa,
en gesto dizque piadoso,
propuso un tema espinoso:
la reforma inoficiosa,
de suprimir la fogosa
infidelidad, que ha sido,
desde que el mundo ha existido.
Dos mujeres en la historia
nos traen a la memoria
algunos cachos prohibidos.

Entre los muchos amantes
que acumuló Catalina,
de Rusia la gran zarina,
Orlov fue muy intrigante,
mas le regaló un diamante
por su tamaño famoso.
Sin embargo, al obsequioso,
Potemkín lo reemplazó,
aunque la cosa se dio
en un plano sigiloso:

La escalera del Palacio
de Verano, allá en Pushkín,
subía un día Potemkín
y Orlov, bajando despacio,
lo saludó algo reacio.
Preguntóle el debutante
qué había de nuevo, importante.
Dijo Orlov con desparpajo:
“¡Nada… usted sube, yo bajo!”,
en un muy sutil desplante.

Si de mujeres infieles
en este asunto se trata,
hay quienes dieron la lata,
saliéndose de los rieles
para probar dulces mieles.
La gran mecenas del arte
y de pintores baluarte,
Peggy Guggenheim, famosa
por sus tretas amorosas,
constituye un cuento aparte.

Una periodista ansiosa,
poniendo cara de pía,
le preguntó a Peggy un día,
entre avezada y capciosa,
cómo habían sido las cosas:
“Háblenos de sus maridos: 
¿cuántos son los que ha tenido?”
La respuesta fue mordaz:
“¿Míos… o de las demás?”
¡Ni Orlov fue tan atrevido!
 

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí

Más Columnas