Caminando por la décima
23 Marzo 2025 03:03 am

Caminando por la décima

DE GANCHO CON GARCÍA LORCA

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Cuéntase que en días pasados fue visto el profesor Pompilio Iriarte caminando por la décima rumbo al río. Acompañábalo una chica amiga del poeta Federico García Lorca que bien podría ser su mozuela. La de García Lorca. Para averiguarlo, hanle preguntado al profe Iriarte quién era la muchacha. Y esto fue lo que él respondió...


No voy a decir el nombre

Y yo me la llevé al río
en busca de francachela,
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.
Era tarde y hacía frío.
En Roma fue. O en Caracas.
Cantaban las guacharacas
entre claveles y alcoholes. 
Farolitos los faroles,
maraquitas las maracas.

Le di, llegando a la esquina,
dos líneas de blanco afrecho,
requiebros de pluma en pecho
del capón a la gallina.
¿Recetas? Sí, de cocina
para el plato de espagueti.
Juerga y lluvia de confeti
para la farsa montada
de la polla saraviada
y el bendito Benedetti.

¿La mozuela es canciller?
Yo puedo ser MinAmbiente,
y, así, seré quien les cuente
chistes verdes de chofer.
Le eché uno a mi mujer
de esos que no tienen pierde, 
y ella me dijo: «Recuerde
que de esa agua no bebemos;
usted, por lo que sabemos, 
no pasa de viejo verde».

Me porté como quien soy,
como un genuino gitano,
ladino, mas no villano,
mejor lagarto que Roy.
Y mírenme cómo estoy:
entre ladrones, soy Cristo;
el gallinero administro
del alba al anochecer.
¿La mozuela es canciller?
¡Pues soy el superministro!


No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
Por el silencio me rijo,
aunque el mandamás se asombre.
No voy a decir el nombre
del gallito de pelea
que anda armando esta odisea.
Delante de usted, amigo,
pongo a Cristo por testigo...
Si se lo cuento, se mea.

Si azules fueron los godos
y rojos los liberales,
más verdes fueron los males
con el catarro de todos.
Narices de verdes lodos,
el Congreso está que arde.
Gitano soy, no cobarde
con esta corbata verde.
Verde que te quiero verde
y a las cinco de la tarde.

Astilla con apostilla: 

Si las letras se proscriben
por cuenta de la censura,
Jodorowsky, riendo, augura
larga vida a lo que escriben.
Si los libros se prohíben
como la coca, Virginia,
no condenes la ignominia,
pues el veto no es estorbo.
«El lector por puro morbo
querrá meterse unas líneas».

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