El profesor Pompilio Iriarte, también conocido como Ángel Marcel, despide su sección decimera de 2024 con una colección de rimas divertidas: el género que en la vieja Bogotá se llamó chispazos. Al Profe, justamente, lo que le sobra es chispa, como podrán verlo.
Cuidado con las palabras
Si todo aquello que es malo,
tan malo como el veneno,
lo reputo como bueno,
al precipicio resbalo.
Con lo anterior les señalo
que Donald Trump siempre miente
y engaña más hábilmente
que el trasero de Kardashian.
Jopo caído, sin gracia
y elegido presidente.
«¿Quieres –pregunta Vicente–
ser testigo de Jehová?».
Y un guache de Guachetá
le contesta irreverente:
«¿Jehová tuvo un accidente?,
¿algún herido, doctor?».
Con sentido del humor
se logra que desconfíen
las buenas gentes que ríen
con las gracias del Señor.
«Mami, ¿vamos a comprar
mi traje para la boda?»,
dice Lupe a Concha Roda
después de mucho esperar.
Doña Concha del Folgar,
vivaracha, inteligente,
pregunta a Lupe, sonriente:
«¿Y ya sabes qué escoger?»
«Sí, ma, dos meses va a hacer
que cojo con don Vicente».
Y Lupita de la Espriella
le pregunta al dependiente:
«¿Pastilla del día siguiente?».
Y él dice: «¡sí, mi doncella!,
pasa mañana por ella».
«¡Tengo un retraso, estoy mal»,
le cuenta Lupe al nagual
el brujo. Él dice: «¡lo supe!,
me contaron, Guadalupe,
de tu retraso mental».
¡Vive la France et vive Paris!
Catorce de julio cálido.
Palacio de los Inválidos,
junto al templo de San Luis.
Fue un milagro lo que vi:
echando a rodar su silla
por su artritis de rodilla,
una anciana con fervor
iba cantando: «¡El Señor
ha hecho en mí maravillas!».
¡Felices fiestas y hasta enero del año entrante!
