Caminando por la décima
10 Noviembre 2024 03:11 am

Caminando por la décima

MALLARINO TIENE UN PLAN

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Víctor Mallarino nos ofrece hoy una antología extensa y aterradora sobre desmanes en el tráfico. Al mismo tiempo propone una solución a este caos, que él se encargará de adoptar copiando para ello recientes modelos gringos.

En un día muy normal
entre Riohacha y Maicao, 
de Cali hacia Quilichao, 
o entre el Guamo y Espinal,
la sorprende una señal
redonda con un 50. 
Desacelerando atenta,
no ve el radar camuflado
que a diez metros instalado
ya la registró en setenta. 

Son estrategias en curso,
con ayudas electrónicas,
que recaudan astronómicas 
cantidades de recurso. 
Y este nacional concurso,
este acopio de marmaja,
no es para nuestra ventaja
ni nuestra seguridad 
ni por la movilidad 
es para cuadrar la caja.

Un correcto peatón 
va cruzando por la cebra
cuando de pronto le quiebra
el equilibrio un ciclón,
un huracán, un tifón
que cruza en tremendo arrojo,
con la muñequita en rojo.
Es un Rappi en bicicleta
que, contra el tiempo, completa
la entrega de algún antojo.

Los semáforos con flecha
son un ejemplo puntual
de nuestra Bogotá actual.
Uno, ingenuo, no sospecha
que alguien siempre se aprovecha
y desde segunda fila
cierra al que no se espabila.
Mi fantasía inocente
es que los clave un agente,
pero eso aquí no se estila.

En trancón de carretera
se vende tinto y gasiosa
mientras la gente curiosa
se pregunta con jartera
la causa de aquella hilera.
Al final del laberinto
se sorprende nuestro instinto:
no hay un lioso accidente,
no hay obreros, simplemente,
se vende gasiosa y tinto.

¿Las puertas de Transmilenio
alguna vez se cerraron?
¿Qué estaciones diseñaron
los genios de aquel convenio? 
Con más descaro que ingenio
fantasmas entran y salen 
sin guardias que los señalen.
Y este ilegítimo flujo
no lo controla ni un brujo
le instalen lo que le instalen.

Tengo moto y soy consciente
de que si está en rojo el disco
está en su derecho el pisco
de avanzar despacio al frente.
Pero en marcha es diferente:
en este caos infernal
yo le ruego al personal
que aprendamos a ser cautos:
el espacio entre dos autos 
no es un carril oficial.

En operación retorno,
después del Alto del Vino,
ya sabe que su destino 
es meterse en ese horno
donde auxiliares de adorno
las dos manos van moviendo,
como abanicos batiendo,
y ordenan un proceder
que no podemos hacer 
o que ya estamos haciendo.

¡Todo tendrá solución
al llegar mi dictadura!
Yo cambiaré esta cultura
del grito y del empujón
y al llegar a este renglón
ustedes preguntarán:
¿qué soluciones vendrán?
Yo les respondo tranquilo,
como Donald, en su estilo:
tengo conceptos de un plan.

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