Ana Bejarano Ricaurte
23 Febrero 2025 03:02 am

Ana Bejarano Ricaurte

MEMEPRESIDENTE

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La aparición de la tecnología blockchain revolucionó el mundo financiero y permitió la consolidación de una subcultura patética de señores arrogantes que creen que son los únicos que entienden las nuevas formas de transar dinero y viven atrapados en la hipermasculinidad tóxica con la que acosan e insultan mujeres en las redes sociales. 

Estos cryptobros rugen desde su manosfera con sus discursitos simples y empaquetados que les sirven para culpar de todo lo malo al avance de las luchas igualitarias, a las fake news de la prensa hegemónica (porque todos mienten menos ellos), a los bancos convencionales, a la vida como la conocemos. La reivindicación de la masculinidad frágil y tonta que les garantiza ser los reyes de algo, aunque sea de un triste rinconcito del internet.  

Esta semana, uno de los peores exponentes de este estamento de hombres rabiosos, el presidente de Argentina Javier Milei, ofreció la mejor demostración de cómo funciona ese mundo vacío. 

El autoproclamado inventor del milagro económico argentino publicó en su cuenta de Twitter un trino en el que promocionaba una criptomoneda. Llegó hasta compartir un formulario hechizo para inscripciones. Se trataba de lo que llaman una memecoin, una criptomoneda inspirada en memes y cultura popular. Promesas de nada, volátiles e inseguras. 

Imagen columna Ana Bejarano
El trino eliminado referenció al producto $LIBRA, llamado así por el eslogan político de Milei: “¡Viva la libertad, carajo!”. Y también porque es el signo del presidente. 

Horas después de la promoción presidencial, los desconocidos inventores del negocio retiraron casi todos los fondos y dejaron a miles de personas viendo un chispero digital. La mayoría impulsados por el memepresidente. 

Con el mundo encima, Milei borró el trino y explicó que no estaba “interiorizado” de los pormenores del proyecto. Ello no evitó que las redes sociales se inundaran con cryptobros desesperados que prometían vengarse de su líder. Y es que con la cantidad de chachara que esparce Milei sobre la economía, todos los términos que malemplea para marear a la gente, los títulos falsos y textos plagiados, la única cosa que no le podía pasar era recomendar una estafa financiera. 

Y fue peor el remedio que la enfermedad. En una entrevista del canal gobiernista TN tartamudeó nervioso y dijo que nada tenía que responder a los agraviados: “si vas al casino y perdés plata, ¿cuál es el reclamo?”. Horas después se filtraron imágenes en las que se evidenciaba que la entrevista había sido monitoreada y detenida, por lo menos una vez, por Santiago Caputo, asesor del presidente. Si la cuestión era ayudarlo, lograron todo lo contrario: se vio un Milei errático, inseguro y falso. El “periodista” Jonatan Viale, atrapado in fraganti mientras permitía que se acomodara el diálogo para favorecer al entrevistado, también dio sus explicaciones, casi peores que su trabajo como reportero. 

Más allá de las responsabilidades penales a las que haya lugar, el episodio retrata a la perfección el nuevo mundo de quienes aspiran a convertirse en patrones del internet, con sus cámaras de eco desde donde miran para abajo al resto del mundo, porque ellos todo lo saben y lo han descifrado, y además rodeados de aplaudidores obsesionados con celebrarles todas sus boberías. 

Los mismos que amenazan con llegar a Colombia en las próximas elecciones presidenciales, como el chileno Axel Kaiser que asesora a la campaña de Vicky Dávila. Kaiser es otro cryptobro relacionado con el escándalo por sus vínculos con la Fundación Faro, una organización señalada de recibir dinero por la promoción de $LIBRA, la moneda vacía de Milei. El ultraderechista pasó hace poco por los micrófonos de Caracol Radio para dar cátedra de por qué Colombia está como está y la salvación que promete con sus cantos vacíos de libertad. Estos señores y sus justificaciones del odio se reproducen por el mundo con alarmante facilidad, como sus monedas falsas. 

Aún no sabemos qué resultará del experimento del memepresidente del Cono Sur, si realmente acabará la crisis económica a punta de autoritarismo; si la inflación cederá sin crear millones de nuevos pobres… lo cierto es que mientras intenta cumplir esa tarea habrá show garantizado. Como la motosierra de juguete que le regaló a Elon Musk para hacer alarde de cómo destruyen el mundo como lo conocemos.  

Tantos esfuerzos por hacer oposición al mandato de Milei cuando tal vez su declive provendrá de él mismo, como la plata de mentiras que promociona.

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