
Beatriz Ordóñez dedica sus décimas de esta semana a Miguel Uribe Turbay, herido, como sabemos todos, en un atentado criminal en Bogotá.
“Sangro, lucho, pervivo”
Miguel Hernández
Miguel Uribe: tu vida
quiso segarla a balazos
y borrar tus fuertes pasos
un joven en cruel movida,
que de manera bandida
asesinos consumados
por dineros acordados
convencieron sin agüero,
como a un simple jornalero,
para hacerles sus mandados.
Tú fuiste un huérfano niño
con tu madre asesinada,
que en cada triste alborada
extrañaba su cariño.
El destino te hizo un guiño
y el amor tocó a tu puerta
y la dejó bien abierta
para formar un hogar
cariñoso y singular
que ahora vive esta reyerta.
Vaya mundo adolorido:
las ideas no se discuten,
se evita que se ejecuten
con explosivo alarido,
los valores se han perdido,
lo que importa es el poder,
el dinero y el tener.
Adelante, por favor,
hay que ganarle al traidor
y no dejarlo vencer.
Nuestro país necesita
gente consciente y de bien.
Este mundo es un vaivén
con tanta infamia fortuita.
La maldad es infinita,
el respeto por la vida
es causa desconocida
en una sociedad triste,
donde la empatía no existe
y la paz está escondida.
