
Dos acontecimientos trascendentales inspiran hoy los versos de Víctor Mallarino: la muerte de un querido familiar suyo y el inminente nacimiento de su primera nieta. Dos décimas y un soneto recogen los sentimientos del conocido actor, músico y poeta.
Prefacio
El 15 de septiembre “se nos ha muerto como del rayo” Carlos José Reyes, constructor de nuestro teatro y escritor. El 15 de octubre está dispuesto el nacimiento de mi nieta, la primera hija de Sebastián Mallarino y María Mora.
Entre quince y quince
A Carlos José Reyes y Freya Mallarino
Nace mi primera nieta
el martes quince de octubre
y una imagen la descubre
flotando feliz, discreta,
valiente, serena y quieta,
en su océano primordial.
Y en mi mente un espiral
me trae el gesto imponente,
quieto, sereno y valiente,
de aquel Quijote genial.

Es la décima un sendero,
un empedrado de humor,
y cada laja el autor
remacha fino y artero.
Hoy, sin embargo, prefiero
un viaje menos ligero,
un formato que es mejor
para el momento que vivo;
hoy se hace definitivo
el sendero del amor.
Cuatro párpados cerrados
A Pilar
Vida, muerte, amor. Ahí quedan escritos sobre tus labios
Miguel Hernández
Dos imágenes tozudas, obstinadas,
se sobreponen enormes en mi mente:
el maestro que se lleva su torrente
de teatro con sus duendes y sus hadas.
Y nuestra niña que llega, la primera,
con sus sueños, sus aciertos, sus errores,
lunas y mares, certezas y temores,
serena en el agua su comienzo espera.
Somos tiempo y cada instante no me alcanza.
Somos miedo y tener miedo me hace fuerte,
somos duda y no saber me da confianza.
Somos vida, amor somos, somos muerte,
siempre distintos y siempre en semejanza.
Eso somos tú y yo y es nuestra suerte.
