El profesor Pompilio Iriarte recupera esta semana el carácter disperso y variado de los viejos chispazos bogotanos, solo que lo hace en el exigente formato de la décima. Lo que sigue, pues, es una ensalada epigramática preparada por la mano maestra del Profe.
Décimas con nocaut
A la puerta del avión
sale Brigitte de repente
y le atiza al presidente
memorable bofetón.
—¡Fue broma! —explica Macron
con sonrisa angelical—.
Para bien o para mal,
en plena luna de miel,
a Brigitte y a su Emmanuel
les gusta el amor manual.
Decimero y «trebejista»
¿Decimero o decimista,
coplero del ajedrez?
Aclaremos de una vez
si es poeta o «trebejista».
Tengo a Fischer a la vista
gozándose el disparate.
«Chess is life», dice el orate,
y en diez famosas jugadas
bellamente conjugadas,
le da a Larsen jaque mate.
El inca y el granadino
¿Vargas Llosa decimero?
Premio nobel y ensayista,
boxeador y novelista
de puñetazo certero.
Escribidor verdadero,
compuso el sainete andino
del inca y el granadino.
Tricolor golpe en el ojo:
amarillo, azul y rojo,
dejó a Gabo colombino.
El decimero del gol
Futbolistas decimeros
de todas las selecciones,
¿las broncas entre matones
son poemas futboleros?
Diez infantes y el portero
eran nuestro onceno lírico,
y un disparo casi onírico
desde la esquina hizo el ¡goooool!
El tiro de Marcos Coll
fue en Arica gol olímpico.
Mariposa y abeja
Diez asaltos de alta escuela
y ganchos con sal y ají
para Muhammad Alí
son versos de su espinela.
Con su aguijón y su espuela
y esa sonrisa de scout
nos deja a Foreman «out»,
tendido sobre la lona.
El grande Alí no perdona
sus décimas con nocaut.
Indio noqueador
Tuvo Gandhi un profesor
que odiaba su inteligencia
y con penosa insistencia
le mostraba su rencor.
En un parcial, el tutor
—por el odio el alma rota—
le escribe con rabia: «¡Idiota!»
Y en respuesta, el indio afirma:
«Usted me escribe su firma,
pero no pone la nota».
Decimeros de alta cima
Ser decimeros convida
no a acabarnos a «trumpadas»
ni a matarnos a «petradas»,
sino al mate en diez movidas.
Poco que ver con «metidas»
de pata, perica o brandy.
No es posar de macho o dandi,
es crear con Marcos Coll
aquel olímpico gol
o el nocaut de Alí o de Gandhi.
El humor de mi impresora
Bella fábula nos muestra
el humor de mi impresora,
pues sugiere que es la autora
de esta décima maestra.
Con sonrisita siniestra
y el chillido de la arpía,
mientras la copia imprimía,
me dijo entre pulla y pulla:
«¿Esta copia sucia es tuya
o es, acaso, impresión mía?»
