Caminando por la décima
19 Febrero 2023

Caminando por la décima

POR QUÉ QUIERO A LOS COSTEÑOS

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

La santandereana María Cristina nos confiesa en esta edición su amor por los costeños. Y lo hace en unas décimas que elogian la personalidad, la comida, la alegría y el lenguaje de los compatriotas caribe... ¡Eche, Mariacris, te luciste! 

Por qué quiero a los costeños

Porque he tenido la gracia
de sumar muchos amigos
que me acogen al abrigo,
de su alegre idiosincrasia.
Sin vueltas ni suspicacias,
en sus ardientes ciudades
he vivido mil bondades,
empezando por el trato,
que me dice a cada rato:
“¡Déjate de faltedades…!”

Entre los platos sabrosos
que he probado poco a poco
están el “bollo poloco”,
debajo de un granuloso
queso salado gustoso.
Se sirve en un azafate,
palabra que va al rescate
del español que han usado
desde tiempos ya pasados
en costeñol de combate.

El coctel de camarón,
el mote ‘e queso, el mondongo,
cabeza ‘e gato, el diptongo
de plátano y chicharrón,
se comen con patacón.
Viuda de carne salada,
con palmito en ensalada,
y de coco un buen arroz 
son un repaso veloz
de una cocina esmerada.

Y un lenguaje salpicado
de modismos pintorescos
que soplan como un refresco.
Los nombres apocopados,
sin excepción, pronunciados
que el costeño cortará:
Mayo, Rai, Susa y el Guillo,
para hacerlos más sencillos.
Y a tus preguntas dirá:
“¡Ay muchacha… porque ajá!”

“Nariz con boca “ es cerquita;
“Puya el burro”, pa’ apurarte,
“Me viene bien…”, al probarte
un vestido, una blusita
que te hace ver más flaquita.
“Suelto e’ madrina”: a su aire,
igual que “a sus anchas panchas;
“Dále clavo”, en la revancha.
¡Miedda, qué vaina sabrosa
es la región prodigiosa,
ese Macondo que engancha!
 

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí

Más columnas en Los Danieles

Contenido destacado

Recomendados en CAMBIO