Los últimos días han estado plagados de noticias. Esto propició un encuentro entre el decimero titular, Víctor Mallarino, y un decimero suplente que salta al campo y firma como DSP. Ante un café (con Leche) dividieron los temas de una actualidad que va de la política al fútbol, pasando por la selva, el mar profundo y la despedida de Les Luthiers luego de cincuenta años de su debut en Madrid.
En sus propias redes
Huyen de mi comprensión
los corderos que no balan
y tan cándidos resbalan
en cáscaras de opinión.
La instrumentalización
de un oficial que fallece
o de los niños merece
un rechazo sempiterno.
Y se equivoca el Gobierno
si entra al trapo y favorece
la mezquindad y la inquina
de esta oposición aciaga
que cada autogol propaga
y cada golpe propina.
Es cuando uno está que trina
que hay que ser buen analista
para no alargar la lista
de Armando y la baby sitter.
¿Será que si guarda el Twitter
aparece el estadista?
V. M.
Radiografía colombiana
Cuando Lesly no volvía
quién podría imaginar
que no la iban a encontrar
si ella misma no quería.
Es nuestra radiografía,
del Orinoco al Atrato,
y no sería raro el dato
de una menor que no vuelva
por esconderse en la selva
escapando del maltrato.
V. M.
Cancheros
Sin equipo y sin harén
el 10 dio pelota a Uribe.
Pero ¿quién da y quién recibe
o quién necesita a quién?
¿Cuál es mango y cuál sartén?
Pues dicen alcalde y cura
que en esta vida tan dura
corre con suerte quien sabe
qué mano tiene la llave
y cuál es la cerradura.
V. M.
Naufragio de vanidades
Quiso bajar el Titán
a donde el Titanic duerme
luego de chocar inerme
contra un hielo el capitán.
Los vanidosos que están
dormidos en su colchón
no les prestan atención
a consejos que les dan.
Por eso toteó el Titán:
¡que impresionante implosión!
DSP
¡Adiós, guapos!
A don Johann Mastropiero
le debemos Les Luthiers
y medio siglo de hacer
humor musical pionero.
Todo llega al fin, empero,
como bien lo dijo el Cid,
y tras vencer en la lid
de la risa, con sosiego
hoy, domingo veraniego,
se despiden de Madrid.
Con ellos se van también
Esther Píscore y Clarita,
fray Gervasio y su levita
Tom MacCoffee (o MacCafé),
Bernardo y Yogurto N’gué...
Warren presagia el final,
dice adiós José Duval,
y al partir Manuel Darío
el teatro queda vacío,
a oscuras y en soledad.
DSP