Daniel Samper Ospina
29 Enero 2023

Daniel Samper Ospina

TIPS PARA TURISTAS EN CIRCOMBIA

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Querido visitante:

Si se encuentra leyendo esta cartilla, seguramente usted es uno de los 21 millones de turistas gracias a cuya visita en Circombia conseguimos reemplazar en este cuatrienio los ingresos de las rentas petroleras. Bienvenido a esta preciosa tierra donde se bebe changua, se come cubio y se pasa bueno.

Para hacer más placentera su estadía, hemos preparado este catálogo que le permitirá aprovechar al máximo su viaje en la tierra del gobierno humano. Tome nota. Y tome aguardiente, de paso, para poderlo soportar. Puede ser en Girardot. Al lado de unas banderas rojas.

Inicie su hermosa aventura en nuestro país viajando por tierra hacia el sur, para contemplar nuestros paisajes: la carretera es segura por nuestra política de gobierno de paz total gracias a la cual grupos narcotraficantes y clanes delictivos renunciaron al negocio de la droga y cesaron el uso de armas de forma definitiva. Para salir de la capital de forma rápida, tome el subterráneo “Gustavo Bolívar” que atraviesa la población de Soacha —un moderno túnel de varios carriles y 15 kilómetros de extensión que en un santiamén, y sin un solo trancón, y sin peajes, le permitirá aparecer en las afueras de Bogotá— y conecte directamente con la autopista 5G en dirección a Pasto. Se trata de una carretera de vanguardia que, a diferencia de las anteriores, no fue construida sobre placas tectónicas.  

Viaje en dirección a la ciudad de Popayán, pero desvíese a la altura de Buenaventura, un pacífico puerto en la costa pacífica, valga la redundancia, donde podrá caminar a cualquier hora de la noche en medio de un ambiente de concordia. Pero no lo haga hasta muy tarde porque al día siguiente lo espera uno de los mejores planes del lugar:  visitar la isla de Gorgona. Sorpréndase con los modernos muelles de desembarco construidos por la Armada Nacional, completamente ecológicos, y recorra las ruinas de la antigua penitenciaría donde en otras épocas había presos. (La penitenciaría ya no existe, al igual que los demás recintos carcelarios del país. Gracias a un pionero modelo de justicia restaurativa, todas las cárceles fueron convertidas en centros comunitarios para dormir). 

De regreso al continente, no deje de tomar el tren elevado, eléctrico y moderno, uno de los mayores orgullos de la nación (y de las mejores atracciones del país) gracias al cual la vía férrea suramericana, inaugurada después de la cumbre de la Celac en Santiago de Chile, continúa hasta el Caribe (y de ahí en adelante hacia Venezuela.)

Disfrute de un agradable viaje en cabinas de cristal que le permitirá observar, desde arriba, el selvático tapón del Darién, decir adiós con la mano a las agradecidas comunidades indígenas que se pueden ver desde las ventanas y recorrer de punta a punta el litoral hasta la ciudad de Barranquilla: un moderno puerto en el que podrá conocer la estatua figurativa del Pibe Valderrama y gozar de una parranda vallenata en la casa del diputado Nicolás Petro, al lado del sobrino de Roberto Gerlein, el hijo de Musa Besaile y demás ejemplares de la fauna autóctona de la zona.

En las playas del litoral podrá comer ricas mojarras, todas económicas desde que el presidente reguló sus precios, y tomarse fotos con el excandidato presidencial Rodolfo Hernández, quien ahora vende viajes turísticos a sus exvotantes para que conozcan el mar, como lo prometió en campaña; también podrá visitar el museo de Gustavo Petro en Ciénaga de Oro, donde podrá observar los atuendos populares que nuestro mandatario ha vestido en sus meses de gobierno y la cama en que dormía desnudo.

De regreso a la capital, conozca uno de los mil jardines infantiles construidos por el primer mandatario cuando fue alcalde, y tenga paciencia: es posible que el tráfico no resulte sencillo por el gran número de manifestaciones que suceden de manera espontánea en las calles, todas ellas en respaldo del Gobierno. Sociedad deliberativa por excelencia gracias al modelo educativo de la actual administración, es normal que en las esquinas se hallen médicos, enfermeras y pacientes estudiando de modo amistoso, y con cifras en la mano, las reformas sanitarias que presenta el ejecutivo, en medio de un ambiente festivo en que saltimbanquis, mimos y mujeres con cestas de flores controvierten en calma en medio de virtuosos músicos ambulantes.

Para evitar el tráfico, por eso, es recomendable tomar el veloz metro subterráneo de Bogotá, también llamado Metro Petro o Metro Ferrari: una obra que atraviesa la ciudad por debajo de la tierra hasta la calle Cien, cuya construcción se llevó a cabo en tiempo récord y se convirtió en ejemplo de obra civil para el mundo. 

Tome la primera línea llamada, a modo de homenaje, “La primera línea”; admire la colorida estación “Verónica Alcocer” y sáquese fotos en los frescos —y las frescas— que recrean escenas de Tokyo, París, El Vaticano y Nueva York, donde la primera dama ha dejado en alto el nombre del país; y bájese en la estación Irene Vélez para visitar el centro espacial recientemente construido por el gobierno para, como dijo el presidente desde el día de su inauguración, “ir más allá de lo azul y pasar a esa oscuridad del firmamento sembrado de la luz eterna”. En el centro espacial podrá observar uno de los lanzamientos que suceden a diario, generalmente de tesis económicas o sociales, satélites elaborados con la chatarra de las armas rusas encontradas en el país, y, si está en su día de suerte, cohetes galácticos que viajan a la Luna para repatriar a los ministros que viven en ella.

Bienvenido, pues, a la potencia mundial de la vida. La moneda local es el peso latinoamericano, también llamado petrodólar, y puede obtenerlo en cualquier casa de cambio. Porque al fin llegó el cambio. 

Recuerde que el huso horario gira en torno al número de horas que el presidente tarda en llegar a las citas y que, por lo mismo, a veces ese mismo huso horario se cancela. Si le sucede, tome medidas; tome paciencia. O al menos tome aguardiente. 
 

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