El género episolar alborota hoy el numen de nuestro decimero Víctor Mallarino. Enseguida podrá el lector disfrutar de una panoplia de misivas dirigidas a varios personajes de nuestro mundo político.
Críticas a la carta
En una brusca salida,
desatinado desliz,
Andrés demuele el país
con afán y sin medida,
respirando por la herida.
No pensó cuando escribía
(por estar perdiendo el día
dándole quejas a Biden)
que él no negoció con naiden
más que una Rimax vacía.
Y declara, en carta abierta,
su amor por el glifosato.
No le parece sensato
ordenar que no se vierta
veneno sobre una huerta,
y llama a la precaución
de cancelar la aspersión,
legalización "de facto".
¡De ser cierta, sería un acto
camino a la solución!
Carta a la ministra de Trabajo, abierta
Hoy es justo enaltecer
que, en este reino de machos,
abusos, mozas y cachos
las madres puedan tener
pago por cuidar y ver
y enseñar a huir de extremos
a los hijos que tenemos.
Pero ¿cuán sensato es
animar la gravidez?
Porque es que ¡ya no cabemos!
Sufran, animales. Carta a once congresistas
Flora, José y Nicolás,
Luis, Leonor, Julio y Teresa:
sepan que no me interesa
votar por ustedes más.
Y aquí siguen los demás:
Jaime, Juan, Oscar ni Ana
tendrán mi voto mañana
por hundir la prohibición
de matar por diversión.
¡Es la Colombia inhumana!
El motor de la Historia
Me late que un presidente
debe ser un buen mecánico
y no por presión y pánico
desguazar completamente
un carro que, torpemente,
avanzaba y no rindió.
A tiempo no abrió el capó
con mano fuerte y estable
para encontrar algún cable
que fallaba y se quemó.
Gozan de tanto permiso
mafias, partidos y empresas
que no aparecen las piezas
del vehículo preciso
que cumpla aquel compromiso:
un redentor artefacto,
con el movimiento exacto
de motor, ejes y bielas,
que arroye a las corruptelas
de un Estado putrefacto.
