El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, explicó que a pesar de que Washington reconoce el riesgo de que la operación se extienda más allá de los objetivos actuales de Israel, considera apropiado que ese país continúe con los ataques terrestres y aéreos contra Hezbolá en Líbano. El conflicto lleva un saldo de más de 1,2 millones de libaneses desplazados.