Treinta y ocho años después de la catástrofe en Armero, padres de familia aún mantienen viva la esperanza de que sus hijos no estén muertos y que, en cambio, hayan sido entregados irregularmente en adopción a extranjeros. Los buscan por mar y tierra y quieren que el ICBF al fin les muestre el 'Libro rojo' reservado. CAMBIO conoció algunas de sus historias.