John Jairo de la Cosa, lector apasionado de poesía y profesor de literatura del Ateneo Decimero de Necoclí, nos envía una “antología mínima de décimas de las de antes”. Su intención es la de equilibrar con esta clásicas composiciones las que publicamos cada semana impregnadas de actualidad.
El manojo de antiguas y clásicas empieza con Góngora y Argote, allá por 1607.
A una monja que tenía muchos años al profesar
Esa palma es, niña bella,
para vuestra profesión,
aunque más antiguas son
las de vuestras manos que ella;
temo, vespertina estrella,
que esa vuestra edad de hierro
la profesión hará entierro
antes que la palma lleve
en esa mano de nieve
muchos dátiles de perro.
Borlas lleva diferentes,
burlas, digo, y desengaños,
tantos como vuestros años
y menos que vuestros dientes;
alcuza de los prudentes
sois, pues dicen más de dos
que, siendo tan muda vos,
queréis profesar en día
que tantas lenguas envía
el Espíritu de Dios.
Luis de Góngora y Argote
(Córdoba, España, 1561-1627)
Receta para escribir décimas
De fácil composición
una décima parece
y por eso se apetece
para cualquiera función;
pero en la distribución
del pensamiento adoptado
su mérito está fincado
en que sin ningún estorbo
concluya el último sorbo
con el último bocado.
Miguel Tobar
(Tocaima, 1782- Bogotá, 1861)
Mazamorra
Si el valor en cualquier cosa
se mide por lo que cuesta,
la mazamorra funesta
debiera ser muy preciosa.
Y si es sentencia penosa
el que el hombre se alimente
con trabajo, es evidente
que en ella doble ha de ser,
pues siempre la ha de comer
con el sudor de su frente.
Andrés María Marroquín
(Bogotá, 1796-1833)
John Jairo de la Cosa
