Probablemente la más vasta obra en décimas que se ha escrito en América Latina, y una de las más bellas, es la Autobiografía en verso de Violeta Parra, inolvidable poeta y música chilena nacida en 1917. Miembro de una notable familia de artistas, era hermana del gran poeta Nicanor; sus hijos Isabel y Ángel también cantaron contra la injusticia y la pobreza. Su autobiografía contiene cientos de estrofas que emplean términos y recursos lingüísticos populares. Escrita entre 1954 y 1958, se publicó por primera vez en 1970, tres años después de que Violeta le diera gracias a la vida y se suicidara por amor. Ofrecemos unas pocas décimas del primer canto.
Autobiografía en verso
Pa’ cantar de un improviso
se requiere buen talento,
memoria y entendimiento,
fuerza de gallo castizo.
Cual vendaval de granizos
han de florear los vocablos,
se ha de asomar hast´el diablo
con muchas bellas razones,
como en las conversaciones entre
San Peiro y San Paulo.
Tamién, señores oyentes,
se necesita estrumento,
muchísimos elementos
y compañero ´locuente;
ha de ser güen contendiente,
conoce´or de l´historia;
quesiera tener memoria
pa´entablar un desafío,
pero no me da el senti´o
pa´ finalizar con gloria.
Muda, triste y pensativa
ayer me dejó mi hermano
cuando me habló de un fulano
muy famoso en poesía.
Fue grande sorpresa mía
cuando me dijo: “Violeta,
ya que conocís la treta
de la vers'á popular,
princípiame a relatar
tus penurias a lo pueta".
Válgame Dios, Nicanor,
si tengo tanto trabajo,
que ando de arriba p'abajo
desentierrando folklor.
No sabís cuánto dolor,
miseria y padecimiento
me dan los versos qu'encuentro;
muy pobre está mi bolsillo
y tengo cuatro chiquillos
a quienes darl´el sustento.
Pero, pensándolo bien,
y haciendo juicio a mi hermano,
tomé la pluma en la mano
y fui llenando el papel.
Luego vine a comprender
que la escritura da calma
a los tormentos del alma,
y en la mía, que hay sobrantes,
hoy cantaré lo bastante
pa’ dar el grito de alarma.