La marea de históricas noticias electorales se presta para muchos comentarios. Beatriz Ordóñez explora en sus décimas lo que piensan la “gente bien”, la izquierda victoriosa, la situación de Rodolfo Hernández, la vicepresidenta afrocolombiana y los primeros tejemanejes en el Congreso.
Asómense y observen.
“Gente bien” postelectoral
Sienten que esta realidad
es un infierno temible;
que el progreso es imposible
con tanta fatalidad.
No entienden con claridad
qué les depara el destino,
y sin paciencia ni tino
se quejan de sus pesares
y piensan en malabares
para cambiar su camino.
Que Petro es el diablo mismo...
que hay que irse de este país...
que el pueblo está muy feliz
pues no entiende el gran abismo,
ni el ingente cataclismo,
de este panorama oscuro.
Ven un lugar inseguro
que los deja confundidos,
sin pensar que estando unidos
tendremos mejor futuro.
La izquierda el triunfo reclama
en calmadas elecciones.
Ya no tendrá más razones
la derecha y su proclama
para insistir en el drama
de un triunfo de los contrarios.
Los mensajes incendiarios
deben pasar a la historia
y construir la memoria
de tiempos igualitarios.
Ver para creer
Petro ya es el presidente
y Hernández, un imputado
que con leguaje cargado
se ufana de ser valiente,
frentero y muy contundente.
Mas, aunque él no quiera verlo,
ni escucharlo, ni saberlo,
brilla un refrán verdadero:
que el peor politiquero
es el que dice no serlo.
Nuestra vicepresidenta
Un hito sin precedente
en este país machista,
conservador y clasista,
la gran afrodescendiente
Francia Márquez: consecuente;
del ambiente protectora,
feminista, luchadora
y espejo de las mujeres
inmensas en sus saberes.
Bienvenida aquí y ahora.
Mirando hacia adelante
¿Será Humberto de la Calle
presidente del senado?
Sería lo más acertado
para que nada nos falle.
Hay que ver con gran detalle
cómo lograr su mandato,
y así tener para rato,
sin dudas y fácilmente,
en un país inclemente,
un dirigente sensato.
