Caminando por la décima
18 Septiembre 2021

Caminando por la décima

En el principio fue el verbo

Don Luis de la Vaina, siempre atento al acontecer nacional y siempre desatento a la corrección política, escribe esta semana sobre la renuncia de la ministra Karen Abudinen y el verbo que inventó algún enemigo suyo y ella intentó invalidar al pedir a la Real Academia Española que hiciera lo que una academia no hace: prohibir palabras.

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¿Abudinen o apudinen?

Si abudinen es tercera
persona plural del verbo
abudinar, en presente
del subjuntivo, quisiera
consultar al Caro y Cuervo
si apudinar, tan corriente
en mi habla de viejo chocho,
puede usarlo el que fabrique
pudines para que indique
la calidad del bizcocho.

Si la forma es de budín
la que se da al bizcochito,
o se parece el bollito
a un esponjado pudín,
en términos del MinTic,
con p o con b, qué me importa,
manilargo, manicorta,
¿es probable que apudinen
el bizcocho o lo abudinen
los que reparten la torta?

Abudinar, por supuesto,
no quiere decir robar,
mucho menos estafar
desde un importante puesto.
Desde ahora estoy dispuesto,
aunque pase por lagarto
–ningún insulto descarto–,
a probar que abudinar,
además de apudinar,
es hacer bien el reparto.

Si hay broblema y el bastel
no se esbonja como debe,
no se embute, mejor bruebe
la receta de Manuel:
que el caramelo y la miel
con los huevos se aglutinen;
que las tartas se cocinen
como por arte de monja.
Si aun así el budín no esbonja,
basta con que lo abudinen.

Dicho esto, nuestra Academia
de la que es miembro Samper,
bien haría en broceder
en medio de la pandemia,
a sacar de agachadita
el vocablo del armario,
y darle a la palabrita
cabida en el diccionario.
¡Qué expresión chusca y bonita
como para usarla a diario!

Don Luis de la Vaina

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