Preocupada, incluso desolada, pero con el vago presentimiento de que algo bueno puede salir de lo que estamos viviendo, nuestra decimera existencialista, la poeta Beatriz Ordóñez, entrega algunas reflexiones y sensaciones sobre el momento.
Hasta cuándo
La vida anda un tanto chueca,
no entendemos qué nos pasa;
el dolor nos sobrepasa
como a gallina culeca;
el aire huele a pecueca
de tantas botas inciertas,
que cierran puertas abiertas
y pisotean alboradas.
Las calles atiborradas,
las esperanzas desiertas.
Unos matan a destajo
y otros con furia incineran
personas, porque quisieran
mandar el mundo al carajo.
Marchantes, de arriba abajo,
pacífica y llanamente
piden un sol diferente;
Y los reclamos son tantos,
que el pueblo aviva sus cantos
contra un gobierno indolente.
Pisoteando memoria
Al rancho se le metieron
a nuestra Doris Salcedo
y en este momento puedo
imaginar qué sintieron,
sentados como quisieron
sobre piezas soberanas,
imaginando, con ganas,
unas reuniones sencillas,
poniendo mesas y sillas
sobre las ruinas romanas.
Búscase jardinero
Los Duques de Cambridge buscan
un experto jardinero.
¿Será que por buen dinero
con nuestro Duque se ajustan?
Pero de pronto se asustan
cuando revuelva el enjambre
o si no procura el fiambre
para las plantas que cuida...
pues no florece la vida
si se está muriendo de hambre.
Beatriz Ordóñez