Conocido como actor y director de televisión, como aficionado a los pájaros, como cultor de la música y como poeta festivo, Víctor Mallarino atesora una afición secreta: la gramática. En ocasiones memorables, como la de hoy, revuelve poesía y gramática y el resultado son unas décimas magistrales que plantean el enigma de los plurales castellanos sin singular.
PLURALE TANTUM
Hay palabras singulares
que existen solo en plural
y tengo una idea genial:
hagámoslas más impares
para aliviar los pesares
de la actual economía
al ahorrar caligrafía,
tinta, tiempo y locución
dándoles en la oración
singular categoría.
Una fauz tendrá el caimán,
una carie cada diente,
y una nupcia solamente
las parejas contraerán;
un víver nos venderán,
compraremos un enser,
y orando al amanecer
un maitín y alguna prez
resarciremos con crez
el perdón al fallecer.
¡Si al Congreso llega un mico,
que lo dejen hecho triza!
¡Al corrupto, la camisa,
que se la vuelvan añico!
Y desde ahora predico
que en su viacrucis Jesús,
por el peso de su cruz,
en cada jueves de Pascua
dejará a todos en ascua
cuando se caiga de bruz.
Si en mis manos estuviera,
pienso yo para mi adentro,
propiciaría un encuentro
de Hispanoamérica entera
que afine la entendedera
de España hasta la Argentina.
Si la Academia se obstina
y vuelve a la andanza usual
diré perdiendo el modal:
¡pues me importa una pamplina!
