Yohir Akerman
25 Junio 2022

Yohir Akerman

Ante todo Pinzón

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El embajador de Colombia en Estados Unidos, Juan Carlos Pinzón, fundó una compañía en la que hoy trabaja su esposa, misma empresa que viene siendo contratista del Estado en los últimos años. Así como se oye. 

Pinzón, un camaleón político que fue de los pocos en lograr el salto mortal de pasar del santismo puro al uribismo nato, un cambio en color de piel importante, renunció el pasado domingo, horas después de que Gustavo Petro fuese elegido presidente del país.

El embajador, quien ya había ocupado ese cargo en Washington durante la presidencia de Juan Manuel Santos, entre 2015 y 2017, luego de liderar la cartera de Defensa en ese gobierno, solo llevaba once meses en el puesto, tiempo en el cual había logrado recomponer una parte de las afectadas relaciones con el gobierno de los Estados Unidos.

En la carta en la que le presentó su dimisión al presidente Iván Duque, le faltó incluir una cosita y es que posiblemente lo que hará después de la Embajada sea manejar una compañía de la que no se ha desligado del todo. Me explico. 

El 17 de julio de 2018, se fundó Virtus Global SAS. De acuerdo con el acta de constitución de la empresa, su objeto comercial está dirigido a la prestación de servicios de consultoría y asesoría en aspectos relacionados con seguridad y defensa. También la identificación de oportunidades de inversión y acceso a mercados tanto en Colombia, como en el exterior. Bastante diplomática la cosa.

Los registros constitutivos de la sociedad permiten identificar que su composición accionaria se encuentra dividida entre el actual embajador Juan Carlos Pinzón Bueno y la señora Sonia Juliana García Vargas quien, según la página web de la compañía, ejerce como su presidente y CEO. 

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Para el 19 de septiembre de 2019, Virtus Global constituyó una alianza comercial con la multinacional Albright Stonebridge Group. Se trata de una firma de estrategia y diplomacia comercial con sede en la ciudad de Washington D.C., la misma donde Pinzón ejercerá como embajador hasta el próximo 6 de agosto, un día antes de la investidura de Petro.

Como dato curioso, en el año 2019 uno de los consultores de la firma ASG en Colombia era el exministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Guillermo Plata Páez. Plata es actualmente el embajador de Colombia en España y fue el segundo, después de Pinzón, en renunciar a su cargo diplomático luego de la victoria de Petro.

Pero volvamos a Virtus. 

Dentro del equipo de consultores de Virtus Global, se encuentran tres generales retirados de la Policía Nacional, oficiales retirados del Ejército, la Fuerza Aérea Colombiana y la Armada Nacional. Todos expertos en temas de seguridad. De igual manera, su equipo de trabajo lo conforman profesionales que vienen en su mayoría del Ministerio de Defensa cuando Pinzón manejaba esa cartera en el gobierno de Santos. 

Llama la atención en la página web de la compañía una consultora asociada y es la señora María del Pilar Lozano. Lozano es la esposa del embajador Pinzón y figura como directora de gestión y procesos de Virtus Global. Eso, mientras cumple con su papel no poco importante de ser la pareja del embajador en Washington.

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Pero se pone más interesante la cosa, ya que Virtus Global ha sido contratista del gobierno de Duque. El mismo gobierno que representa Pinzón Bueno en Estados Unidos. ¡Qué tan Bueno!

Según una revisión de los registros públicos, se pueden resaltar tres contratos, de los celebrados entre la empresa Virtus Global y diferentes entidades estatales, como el Departamento Nacional de Planeación y la Defensoría del Pueblo, algunos de los cuales, según la plataforma del Secop, se encuentran en ejecución.

El contrato 1802356 del DNP, firmado el 28 de agosto de 2020 por 150 millones de pesos, tiene por objeto “prestar servicios profesionales especializados a la Dirección de Justicia, Seguridad y Gobierno del Departamento Nacional de Planeación con el fin de brindar asesoría técnica sobre el análisis del entorno, tendencias, retos y amenazas en seguridad y defensa del país en virtud de la dispersión global acelerada del virus COVID-19, y a su vez brindar asesoría relacionada con la elaboración del plan de posicionamiento de la agenda de fortalecimiento de la seguridad y defensa que contribuyan al seguimiento de la política pública de seguridad y defensa”. De todo un poquito. 

Como el segundo acuerdo con esa misma entidad, firmado el 18 de enero de 2021, número 2130141, con un objeto similar por la bicoca de 450 millones de pesos. Tres veces el valor del primero.

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O el acuerdo 2378002 por 160 millones de pesos, con la Defensoría del Pueblo, que se firmó el 30 de marzo de 2021. El objeto de ese contrato era “prestar asesoría al Despacho del Defensor del Pueblo en materia estratégica en los temas que sean requeridos por el Defensor y en particular en la consolidación de alianzas estratégicas y el relacionamiento con organismos gubernamentales y no gubernamentales de carácter nacional e internacional, con el fin de velar por la promoción, defensa y divulgación de los derechos humanos de los habitantes del territorio nacional y de los colombianos en el exterior”. 

Eso salió bien.

Pero no para ahí. Al revisar los documentos de registro de Virtus Global, se puede determinar que su domicilio principal está en la calle 98 en el norte de Bogotá. En esa misma exacta dirección, que no comparto por seguridad, se encuentra referida otra entidad que se llama ‘Ante Todo Colombia’. 

No solo comparten oficina estas entidades sino también recursos. Resulta que Virtus Global realizó en el 2020 una donación de $58.000.000 al movimiento ciudadano Ante Todo Colombia. La mayor donación que recibió ese año.

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Y esto no tendría nada de especial, si no es porque este movimiento fue creado por el propio Juan Carlos Pinzón el 1 de agosto de 2017, como mecanismo para la recolección de firmas para su inscripción como candidato a la Presidencia de la República durante el año 2018. Ante todo, Pinzón hubiera sido otro posible nombre de esa fundación. 

Eso quiere decir que la empresa que montó Pinzón con sus colegas del gobierno de Santos, la misma que ahora contrata con las entidades estatales controladas por el uribismo, terminaron pagando parte de los costos del movimiento que creó el hoy embajador en Washington, para pagar su campaña de recolección de firmas cuando fue candidato presidencial. Campaña cuyo objetivo era ir en contra del proceso de paz firmado por Santos. Irónico por decir lo menos, pero la política es dinámica, a veces circular y otras veces, como en este ejemplo, en forma de ocho. 

No solo eso. Ante Todo Colombia pasó a ser el primer movimiento ciudadano digital del país, creado con el fin de participar activamente en las elecciones regionales del 2019, así como en las presidenciales que se acaban de realizar. 

A través de las publicaciones realizadas en su portal web, este movimiento ciudadano apoyó muy activamente la fallida campaña de Rodolfo Hernández para la presidencia de Colombia. Como quien dice, el embajador en Washington estaba interviniendo en política local al apoyar, con el movimiento digital que creó en 2017, la campaña de Hernández. 

De ahí que su renuncia ahora sea tan tajante. Porque parece que ahí sí traza la línea final. La misma que ha desdibujado tanto el exembajador Pinzón en el triple salto mortal de un gobierno a otro de oposición, de una posición a la contraria, y de apoyar la paz para después atacarla. 

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