Francisco de Roux
3 Febrero 2022

Francisco de Roux

'Cambio', el acontecimiento

La revista ‘Cambio’ llega para decir que no podemos aceptar que se naturalicen el negacionismo y la resistencia a mirar la realidad y exigir responsabilidades éticas y políticas concretas.

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En un momento crucial, cuando la sociedad se debate entre abrirse o no a la verdad sobre la historia del conflicto armado interno de más de 9 millones de víctimas y sobre el entramado de intereses y oscuridades éticas y políticas que dificultan el que miremos la realidad de los grandes problemas que nos atrapan, aparece la explosión de esperanza de la revista Cambio.

Esta iniciativa, por la calidad de las mujeres y los hombres que la impulsan y por el entusiasmo de los suscriptores, es una evidencia del happening de la verdad. Un acontecimiento que va entre apoyos y rechazos, aportes y condenas, testimonios de víctimas y basura de fake news. La verdad está en primer plano, y no pueden obviarla ni los forjadores de opinión ni las campañas políticas. 

El clamor de la multitud errante de millones de desplazados y exilados, de los campesinos arrebatados de sus parcelas, de las madres de jóvenes asesinados en los falsos positivos, de mujeres violadas y abusadas, de las familias que buscan desaparecidos; y el grito insomne de los que fueron secuestrados, de los indígenas y afros masacrados, de los pueblos quemados, de los soldados sin piernas, no pueden quedar sin que nos expliquemos qué fue lo que pasó, de dónde arrancó este conflicto político armado, qué combinación de decisiones lo produjo, cuál es la responsabilidad del Estado, de la insurgencia, de los terceros implicados. Al tiempo que la realidad de hoy, de narcotráfico y paramilitarismo, de líderes y excombatientes asesinados, de violencia entre ELN, disidencias y segunda Marquetalia, de inequidad y corrupción, no puede continuar sin que miremos de frente dónde estamos parados, y sin que entendamos que no podemos seguir empujando la producción económica y el comercio, las culturas y las ferias, como si fuera normal lo que nos rompe como seres humanos y desploma nuestra propia dignidad.

La revista Cambio llega para decir que esto no tiene que seguir así. Que no podemos aceptar que se naturalicen el negacionismo y la resistencia a mirar la realidad y exigir responsabilidades éticas y políticas concretas. Que ha llegado por fin una determinación editorial libre de intereses económicos y de subordinación a partidos, dispuesta a afirmar o negar sin miedo cuando la verdad sea ineludible, con total desprendimiento y cueste lo que costare. Solo entonces podremos entender la seguridad, la confianza y la alegría colectiva que surgen de la honestidad y la transparencia entre seres humanos falibles que necesitamos del dialogo, la franqueza y la crítica. Solo entonces será posible construir juntos, en las diferencias, la paz grande y la reconciliación.

Los que tuvimos la oportunidad de acompañar a las víctimas de todos los lados que vinieron a La Habana en la negociación, recordamos cómo las personas contaron ante el Estado y las Farc la brutalidad de sus perpetradores durante el conflicto. Pero esas mismas víctimas, sin que se hubieran hablado entre sí, después de dejar en el escenario el grito de indignación y de justicia ante el Estado y la guerrilla, concluyeron dando el mensaje de que los colombianos no somos solo tragedia, que somos capaces de comprender y comprendernos, de señalar y aceptar responsabilidades específicas, y de hacer posible el país que se merecen los niños y niñas de Colombia.

La revista Cambio ha empezado hoy el camino. Será un aliado claro y audaz de la verdad, que esperamos dará hospedaje, con independencia crítica, a las recomendaciones para la No Repetición que entregará la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad a finales de junio, y que pondremos en manos de las víctimas, las organizaciones sociales, el nuevo Congreso y el nuevo presidente. 

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