Luis Alberto Arango
29 Abril 2022

Luis Alberto Arango

Chile entre el corazón y el cerebro

En un país con un futuro brillante reina la incertidumbre y se enfrentan decisiones políticas que cambiarán el rumbo de su historia.

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Camino del aeropuerto al hotel, el taxista anticipa que los chilenos rechazarán mayoritariamente la nueva Constitución. “Se perderá el tiempo y el dinero”, sentenció. En Santiago de Chile, el tráfico en hora pico no da tregua. En 2021 fue un año casi récord en la venta de autos. La economía chilena creció un 11,7 por ciento, después de haber decrecido el 5,7 por ciento el año anterior: en el que se inició la pandemia del covid-19.

Me explica que debido a la pandemia y para apaciguar sus consecuencias, el gobierno autorizó tres retiros, del 10 por ciento cada uno, de los ahorros que tienen los chilenos en sus fondos de pensiones. Dos de ellos fueron en 2020 (julio y diciembre) y otro en abril de 2021. Que el cuarto retiro no fue aprobado por el Congreso y que el denominado quinto retiro tampoco.

Cuenta que, paradójicamente, el presidente Boric cuando era candidato apoyaba los retiros de los fondos de pensiones, pero ahora como presidente se opuso al quinto retiro. Como es usual, unas banderas son las que se promueven como candidato y otras las que se tienen que cuidar como presidente.

Boric, el presidente más joven que ha tenido Chile, es egresado de la Universidad de Chile, pero nunca se graduó. Reprobó su examen de grado y nunca escribió su tesis final de investigación.

Gabriel Boric, con 36 años, es el presidente más joven de Chile. Es egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, pero nunca se graduó. Reprobó su examen de grado y nunca escribió su tesis final de investigación. En cambio, se dedicó a la política.

Sus deseos de gobernar se cumplieron, apoyado por el 55 por ciento de los votantes mayormente de izquierda y centro izquierda, pero su popularidad va en declive desde que se posesionó el pasado mes de marzo. Pasó del 50 al 36 por ciento en tan solo dos meses de gobierno. Es el fin anticipado de la usual luna de miel entre gobernante y gobernados.

Perder popularidad debe ser la menor de sus preocupaciones. Lo que enfrentará los próximos ocho meses de gobierno no tiene precedente.

Perder popularidad debe ser la menor de sus preocupaciones. Lo que enfrentará los próximos ocho meses de gobierno no tiene precedentes. Debe sacar adelante dos reformas de importancia: la tributaria y la pensional, maniobrar el resultado de la aprobación o rechazo de una nueva Constitución, que se someterá a una votación obligatoria el 4 de septiembre, y además enfriar su recalentada economía.

Los tres retiros de los fondos de pensiones sumaron 50.000 millones de dólares a los que se les adicionan 30.000 millones más en ayudas del gobierno a las familias más necesitadas. Una liquidez que ha mantenido a flote la economía chilena y está haciendo que la inflación, que usualmente es de un dígito, se acerque rápidamente a dos. Hoy está bordeando el 10 por ciento interanual. El gobierno debe enfriar la economía antes de que se salga de control.

Pero el reto económico es menos complejo que el político y social. El estallido social de octubre del año 2019, en Chile, abrió una caja de Pandora que hoy los tiene redefiniendo su Constitución a través de una Convención Constituyente. 

Conformada por una mayoría representada en la izquierda y la centro izquierda, sobrerrepresentando a los pueblos indígenas y con una minoría de derecha, la Constituyente chilena está generando más rechazo que apoyo.

El chileno de a pie ve en la Constituyente propuestas de textos impuestos por una mayoría sin un diálogo abierto, en medio de discusiones a los gritos, planteamientos descabellados e ideas que pueden minar el desarrollo económico del país. 

Hoy las encuestas anticipan que los chilenos rechazarán, en el plebiscito, el nuevo texto de la Constitución y con ello reinaría la incertidumbre.

Hoy las encuestas anticipan que los chilenos rechazarán, en el plebiscito, el nuevo texto de la Constitución y con ello reinaría la incertidumbre. Nadie se atreve a predecir lo que pasará al siguiente día de la votación. Si sale rechazada será un golpe para Boric, que se había elegido amparado en el impulso que tuvo al apoyar un cambio de la Constitución. 

Pero no todo está escrito por anticipado. Los resultados de votaciones recientes en Chile han dado palo a las encuestas. Por ejemplo, ellas daban por perdido el deseo de los ciudadanos de convocar una Convención Constituyente, pero al final ganó la convocatoria con una amplia mayoría. Una lección para las encuestadoras.

Por el lado de las reformas, la tributaria es muy ambiciosa. Tratará de recaudar 5 por ciento del PIB y los analistas no creen que llegue si quiera al 1,5 por ciento. Si comete los errores de Duque cuando impuso la reforma Carrasquilla, el capital político de Boric quedará evaporado. 

Sobre la reforma pensional, toda América Latina estará pendiente de sus resultados y no se avizora un camino fácil para cambiar de fondo un sistema pensional criticado por muchos chilenos.

Hoy en Chile hay incertidumbre, aunque aplacada porque el motor económico del país no se ha frenado gracias a los 80.000 millones de dólares inyectados a su economía. 

Los empresarios más optimistas piensan que de aprobarse una nueva Constitución, que afecte la economía de mercado que hoy tiene Chile, su reglamentación posterior podría incorporar pesos y contrapesos para evitar que desaciertos aprobados por la Convención Constituyente causen un daño irreparable. 

Si la constituyente es rechazada, el Gobierno deberá buscar un catalizador que apacigüe los ánimos de quienes quieren un cambio.

Si la Constituyente es rechazada, el gobierno deberá buscar un catalizador que apacigüe los ánimos de quienes quieren un cambio y logre con ello incorporar lo mejor de las reformas propuestas en el texto rechazado de su nueva Constitución, utilizando los mecanismos legales para lograrlo.

El corazón chileno fue el que puso a rodar la película que están enfrentando hoy. Tan solo tenían el título de la obra y unos actores, pero no tenían claro el guion que hoy están adaptando semana a semana con el corazón y tratando de entenderlo con el cerebro. 

La inexperiencia de Boric no ayuda. La única esperanza y fortaleza que tiene es que ha tratado, en general, de rodearse de un equipo ministerial y técnico de prestigio y de buen nivel intelectual, algo que siempre ha destacado a los gobiernos chilenos. 

… para que Chile no se lamente durante décadas de las decisiones dictadas por el corazón por no haberlas sopesado con el cerebro

Ojalá Boric se deje aconsejar de su equipo de gobierno, hacerlo sería prenda de garantía para que Chile no se lamente durante décadas de las decisiones dictadas por el corazón por no haberlas sopesado con el cerebro. 

De regreso de Santiago vía al aeropuerto, salta a la vista el imponente y recientemente construido aeropuerto internacional llamado Nuevo Pudahuel. Uno a la altura de su economía y nivel de desarrollo y que recuerda que fue construido para un futuro brillante, el mismo que Boric y la Constituyente tienen hoy la responsabilidad de impulsar.
 

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