Mariana Garcés
15 Julio 2022

Mariana Garcés

Coloquio en Cali

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El Festival Petronio Álvarez nació en el año de 1996 como una iniciativa de Germán Patiño Ossa. Germán fue historiador y escritor, investigador, amante y gran conocedor de la cocina tradicional y sobre todo admirador de la música y de la cultura del Pacífico colombiano. Insistió en la realización de ese encuentro en torno a la música del litoral, con la creación de un festival concurso que reconociera a los mejores y que visibilizara sus ritmos. Entendía como nadie las lógicas de la música de la marimba de chonta y de los cununos y bombardinos.  A decir verdad, en un inicio no se le dio mucho crédito a esa idea. Germán se desempeñaba para entonces como secretario de Cultura de la Gobernación del Valle del Cauca y se empeñó en hacerla realidad. Desde allí se creó y financió el primer Petronio y yo tuve, por invitación de Patiño, el privilegio de administrarlo. Cuando Germán asumió la Secretaría de Cultura de Cali para allá se trasladó el Petronio, siendo hoy una de las realizaciones más importantes de esa entidad. Ni el mismo Germán se imaginó el rotundo éxito y el enorme impacto nacional e internacional que hoy tiene la fiesta más trascendente del Pacífico colombiano. 

Fui testigo de excepción de cómo se construyeron las bases del concurso; las consultas que se realizaron con los portadores de la tradición. Jugaron papel importante Hugo Candelario y Juana Álvarez hija de Petronio entre otros. Igualmente, el plan de producción milimétricamente diseñado por Álvaro Tobón Hincapié, quien estableció una fórmula de montaje, pruebas de sonido, y transmisión de televisión, que en esencia se mantienen hoy, en manos de Carlos Trujillo. El escenario donde se inició el Festival fue el teatro al aire libre Los Cristales. Inigualables los Petronios en ese espacio. Allí funcionó hasta 2007, en una fusión de pañuelos, algarabía, sudor, ritmo y piel, el último Petronio a mi cargo en calidad de secretaria de Cultura de Cali. Para los años siguientes, se trasladó al Estadio Pascual Guerrero, a la Plaza de Toros, a las Canchas Panamericanas y hoy al sur de la ciudad. Por la cantidad de espectadores que reúne fue imposible mantenerlo en Cristales.

El festival, además, con su nombre rinde homenaje al maquinista de La Palmera, locomotora de Buenaventura: Petronio Álvarez. Músico y poeta; compositor de uno de los temas más emblemáticos de nuestro folclor: Mi Buenaventura. Con la exaltación de su nombre el Petronio además ha sido la plataforma de visibilización de grandes voces y de grandes músicos y maestros: Marquitos Micolta, Clarisol Martínez, Nidia Góngora, El Grupo Bahía, el maestro Panesso y su tema La vamo a tumbá, y Herencia de Timbiquí entre muchos otros; además, permitió la recuperación de la tradición de los violines caucanos.

Llega agosto y Cali se prepara para vivir un nuevo Petronio en su versión 26. Hoy, además de música ese es el escenario de una gran muestra de cocina tradicional, con las bebidas emblemáticas a base de viche tales como el “arrechón”, “caigamos juntos” y “tumba catre”; de artesanías y de talleres académicos, y un evento con un enorme y claro impacto económico para la ciudad, lo que está documentado en una investigación realizada por la Universidad Javeriana. En el referido estudio se asevera: “En términos de impacto económico, se encuentra que el impacto atribuible a la celebración
del Festival asciende a COP 50.343’179.505 y crea 1.739 puestos de trabajo (890
empleos de tiempo completo equivalente) … no todo se queda
en Cali, como ciudad anfitriona del mismo, parte del recurso se irriga por el resto de municipios del
Pacífico colombiano, a través de los ingresos que reciben los expositores por las ventas
en las muestras de cocinas tradicionales & artes y oficios, lo que, a su vez, ha implicado
la compra de insumos locales en los municipios de origen. De otro lado, a través de
los ingresos que reciben los músicos y artistas en el marco del Festival”.

El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, ha tenido la gran idea de realizar una Cumbre de alcaldes del Pacifico los días previos al Petronio, el 9 y 10 de agosto en Cali, ciudad punto de encuentro del Pacifico colombiano; la agenda propuesta permitirá al presidente Petro construir un trabajo desde la inclusión para estos territorios. Tendrán el acompañamiento de la academia, de algunas ONG y de la Iglesia católica que tanto ha trabajado por evidenciar las problemáticas que aquejan a las comunidades afrocolombianas e indígenas que habitan los 178 municipios del litoral y 1300 kilómetros de costa. Representa el 16 % de la reserva forestal nacional siendo la segunda más importante después de la Amazonia con por lo menos dos mil especies de fauna y flora endémicas, siendo su riqueza incalculable. Además, cuenta con el Puerto de Buenaventura que mueve el 45 por ciento de la carga internacional. A pesar de esto la pobreza azota a sus comunidades.

Muy pertinente el momento para construir un diálogo propositivo entre las autoridades municipales del litoral, con Gustavo Petro y Francia Márquez, donde se trabajará una agenda que marcará el derrotero para superar desigualdades, violencias históricas, e intentar pensar un modelo de desarrollo que proteja y preserve la vida, con sostenibilidad medio ambiental y con políticas claras para combatir el hambre y la falta de oportunidades laborales.  

El Petronio Álvarez ha demostrado que en el Pacífico la cultura no es un asunto de coyuntura; es un tema estructurante. Cualquier política pública para el desarrollo de la región debe ser pensada desde la cultura y desde los portadores de la tradición. Acierta el alcalde Ospina al proponer este coloquio en Cali como eje articulador de las políticas para el desarrollo de esta esta región cuando apenas se inicia la era Petro. 

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