Luis Alberto Arango
9 Diciembre 2022

Luis Alberto Arango

Como defensa, victimizaron a la ministra por ser mujer

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La defensa de la bancada de gobierno se centró en el sofisma de falsa generalización aduciendo que, a la ministra Irene Vélez, la censuran por ser mujer y porque el sector minero-energético es machista. Nada de eso es verdad.


Con letrero en mano, el pasado 30 de noviembre, la bancada del Pacto Histórico llegó al salón Elíptico a defender a la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez Torres, de la moción de censura en su contra. El aviso decía “La censuran por ser mujer en un gremio de hombres blancos y poderosos”. Mujer era la palabra que más sobresalía, en mayúsculas y con un color violeta que hacía contraste con el fondo blanco, puntos verdes, y con el color verde claro del resto de las palabras del letrero.

La ministra Vélez y la congresista Carrascal, el día del debate de moción de censura, sosteniendo ante el lente de la cámara el letrero que dice que censuran a la primera por ser mujer en un gremio de hombres blancos y poderosos.
La ministra Vélez y la congresista Carrascal, el día del debate de moción de censura, sosteniendo ante el lente de la cámara el letrero que dice que censuran a la primera por ser mujer en un gremio de hombres blancos y poderosos.Fuente de la foto: Cuenta de Twitter @MafeCarrascal.

Le correspondió a María Fernanda Carrascal Rojas, representante del Pacto Histórico en la Cámara, exponer la línea de defensa que daba cuenta de una supuesta violencia de género contra la ministra. La intervención duró cinco minutos. En ella Carrascal explicó que lo que sucede es que el sector de minería y energía en Colombia es un sector donde predominan los hombres y que notaba que había una violencia política, de género y hasta clasista. Con tono lastimero señaló que le dolía que una mujer -señalando a otra congresista- fuera la que cuestionara a la ministra de Minas, como si entre mujeres o por solidaridad de género debieran defenderse y nunca cuestionarse.

No debemos caer en la trampa de no poder criticar a una ministra o a una funcionaria del gobierno por el hecho de ser mujer. A muchas otras se ha criticado en la función del servicio público y no recuerdo que la defensa haya sido que las criticaban por ser mujeres.

En resumen, la exposición de defensa de la representante Carrascal se centró en que a la ministra Irene Vélez la censuran por ser mujer, es decir por su género, porque según ella el sector es manejado por hombres. Más claro no podía ser. Pero la claridad no es porque Carrascal tenga la razón, sino porque su línea argumentativa buscó victimizar a la ministra por algo de lo que no se le acusa. Dicho de otra forma, Carrascal hizo una exposición que más se asimila a un sofisma por inducción o falsa generalización. 

De manera coordinada y como parte de la estrategia de defensa de la bancada de gobierno, no se esperaba menos, otros parlamentarios del Pacto Histórico apoyaron a Carrascal, sin detenerse a pensar en el sofisma detrás del precario argumento.

Hoy los y las activistas políticas del gobierno recurren a victimizarse cuando faltan otras razones. Y qué mejor que ondear, con la frente en alto y preferiblemente con molestia, la bandera de víctima de género para lograr convencer cuando se carece de otra defensa.

En el sector minero-energético colombiano abundan los ejemplos de importantes cargos manejados por mujeres a pesar de que el sector sí tiene mayoría de hombres. Un estudio publicado en enero de 2022 por parte de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP) indica que la participación de la mujer en el sector hidrocaburífero de Colombia alcanzó el 27 por ciento de la fuerza laboral. En Estados Unidos el mismo indicador es del 19 por ciento, en Latinoamérica del 21 por ciento y a nivel global del 22 por ciento. (*)

“Hoy los y las activistas políticas del gobierno recurren a victimizarse cuando faltan otras razones”.

A pesar de que los hombres son mayoría, esta realidad numérica no evita que las mujeres puedan detentar cargos de alta dirección en la industria, razón por la cual el argumento de que atacan a la ministra por ser mujer es una falacia. Veamos diez ejemplos de nombres de mujeres del sector al que Carrascal atacó por supuesto machismo:

•    Mónica Contreras Esper. Es presidente de TGI, la Transportadora de Gas Internacional, filial del Grupo Energía Bogotá. Fue elegida en 2020 y continúa en el cargo.
•    Claudia Bejarano Gutiérrez de Piñeres. Es la presidente de Cerrejón desde 2020 y continúa en el cargo. Cerrejón es una de las operaciones mineras de exportación de carbón a cielo abierto más grandes del mundo. Bejarano lleva 35 años vinculada a dicha compañía. Su primer cargó fue de estudiante en prácticas y ascendió hasta ser la presidente de la compañía.

  • Sylvia Escovar Gómez. Fue presidente de Terpel, distribuidora y comercializadora de combustibles, de 2012 a 2021. Hoy Escovar es la nueva presidente de Grupo Integral de Salud EPS Sanitas.
  • Ana María Duque Vallejo. Es presidente de Shell en Colombia, Centroamérica y Caribe Hispano. Comenzó su carrera en Shell como asesora de relaciones gubernamentales. En 2017 fue nombrada presidente y continúa en el cargo.
  • Astrid Martínez Ortiz. Fue la presidenta de la Empresa de Energía de Bogotá entre 2006 y 2009. Hoy es investigadora asociada de Fedesarrollo y miembro de la junta de Enel Colombia S.A. ESP
  • Sarah Armstrong Montoya. Es la presidente de Cordoba Minerals Corp, una compañía de exploración minera de proyectos de cobre y oro que tiene operación en el departamento de Córdoba. Comenzó en Cordoba Minerals en 2016 como vicepresidenta hasta ser la presidenta de la filial Minerales Córdoba SAS y ahora CEO de la matriz Cordoba Minerals. Continúa en el cargo.
  • Margarita Mena de Quevedo. Fue la primera ministra de Minas y Energía en Colombia. Tuvo el cargo entre 1989 y 1990 en el gobierno de Virgilio Barco.
  • Luisa Fernanda Lafaurie Rivera. Fue ministra de Minas y Energía entre 2001 y 2002 en el gobierno de Andrés Pastrana.
  • María Lorena Gutiérrez Botero. Fue ministra de Minas y Energía unos meses de 2016 en el gobierno de Juan Manuel Santos.
  • María Fernanda Suárez Londoño. Fue ministra de Minas y Energía entre 2018 y 2020 en el gobierno de Iván Duque.
  • La Agencia Nacional Minera ha tenido varias presidentas.

La lista podría continuar a nivel de juntas directivas, de alta dirección y administración de empresas y de entidades del gobierno relacionadas con el sector minero-energético. Esto demuestra que ser mujer no hace la diferencia. Ellas se ganaron hace mucho tiempo el respeto y la admiración del sector por su capacidad gerencial, administrativa, estratégica y de dirección. Por lo tanto, la línea argumentativa que señala que la ministra de minas Irene Vélez es censurada por ser mujer es falsa.  Es peregrino haber presentado a la ministra como víctima de una acusación que ni directa ni indirectamente se le ha endilgado y lamentable que ella les haya hecho el juego a sus defensores para posar de víctima.

El supuesto ataque de corte misógino contra la ministra Vélez solo existe en la imaginación de la bancada de gobierno y socava el valor argumentativo de su forma de hacer política.

“Esto demuestra que ser mujer no hace la diferencia. Ellas se ganaron hace mucho tiempo el respeto y la admiración del sector por su capacidad gerencial, administrativa, estratégica y de dirección”.

Las únicas personas que todavía creen que la mujer no tiene un papel preponderante en los sectores que mueven la economía del país son algunas congresistas, particularmente activistas, que buscan edificar el sofisma del ataque al género para defender los errores y las fallas de sus razonamientos.

Los empresarios colombianos están varias décadas adelante de lo que cree parte del progresismo político. Algunos representantes de esa corriente ideológica todavía piensan que la mujer es censurada, subestimada y despreciada en los niveles de alta dirección empresarial. Nada más equivocado y alejado de la realidad colombiana.

La ministra Irene Vélez salió airosa del debate. La moción de censura no prosperó. Los representantes registraron 132 votos a favor del “no”, mientras que el “sí” fue respaldado solamente por 24 votos. La victoria de la ministra no fue por la exposición de defensa de la congresista Carrascal o porque la bancada de gobierno triunfó en su argumentación sobre que la ministra es víctima por ser mujer. Esa historia es para la galería desinformada y que aplaude ese tipo de afirmaciones. 

Ganó porque la aplanadora de la bancada del gobierno no podía permitir una baja temprana en las filas ministeriales del presidente Petro. Que a la ministra la han matoneado, no es verdad; que le han sacado en cara varias salidas en falso, de eso no hay duda. Porque son salidas en falso inadmisibles por su naturaleza, contenido y consecuencias cuando las dice una alta funcionaria del gobierno. Se le ha reclamado, también, por no tener claro cómo hacer la transición energética de la que nos habla, por su falta de experiencia y porque con sus diferentes exposiciones en foros y medios da la sensación de que no hay claridad sobre la futura seguridad energética colombiana.

Si la ministra fuera la presidenta de alguna de las empresas que mencioné y que en el presente o en el pasado han liderado exitosamente mujeres, no creo que durara más de 100 días en el cargo, en particular si hubiera tenido esas salidas en falso o falta de claridad sobre cómo iba a manejar la empresa, lo anterior sin importar si era mujer u hombre. O en el mejor de los casos, si no corrige su estilo gerencial, no duraría más de un semestre o año en el puesto. Su salida no sería debido al matoneo. Sería administración sensata de una compañía.

“Ganó porque la aplanadora de la bancada del gobierno no podía permitir una baja temprana en las filas ministeriales del presidente Petro”.

A quien sí matonearon en 2019 fue a la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, y no por ser mujer, sino porque advirtió que si en Colombia no se iniciaban los trabajos de exploración que garanticen durante varios años energía para el país, el dólar se pondría a 5.000 pesos. Una cifra que parecía exagerada pues la tasa de cambio de los días de las declaraciones de Suárez estaba en 3.373 aproximadamente, por eso el matoneo. Este, con el paso de los días, pasó a una sensación de incredulidad, luego de aceptación y tres años después, la advertencia de la hoy exministra se convirtió en una realidad.

“Que a la ministra la han matoneado, no es verdad; que le han sacado en cara varias salidas en falso, de eso no hay duda”.

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Si usted quiere destacar más mujeres en el nivel de dirección de empresas o entes de gobierno del sector minero-energético o quiere compartirme ideas, sugerencias o comentarios acerca de esta columna, por favor escríbame, me interesa conocerlas. 

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