Paola Herrera
14 Noviembre 2022

Paola Herrera

Con las víctimas no se juega

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Bastante preocupación hay por estos días al interior de la Unidad de Restitución de Tierras (URT) por la decisiones que estaría tomando su nuevo director, el señor Giovani Yule. 

Esta entidad, creada en 2011 en el marco de la aprobación y posterior aplicación de la Ley de Víctimas, tiene una misión muy importante para el país y es saldar la deuda histórica del Estado para restituir y formalizar la tierra a las víctimas del despojo y abandono forzoso, con ocasión del conflicto armado en Colombia. 

Sin embargo, a lo largo de estos once años es muy poco lo que se ha hecho. Aunque hasta los entes de control han advertido por la ineficiencia de la URT en los procesos para reparar a las víctimas, los avances son menores y no ha habido quien se eche al hombro con seriedad y prontitud esta tarea que debe resolver urgente el Estado. 

Y se debe resolver urgente porque hay un plazo máximo establecido para devolver los predios a quienes fueron violentados y sacados de manera injusta de sus propiedades. Aunque el año pasado ese término se prorrogó, se necesita que este nuevo gobierno le ponga el acelerador a los procedimientos administrativos y judiciales para, por fin, materializar la restitución a todos los reclamantes. 

Y eso es precisamente lo que quiere el nuevo director de esta unidad. Giovani Yule, quien fuera Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) y quien ha ejercido política en el Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS) dijo en unas declaraciones a Caracol Radio, cuando fue nombrado como la nueva cabeza de la URT, que “sin restitución no hay reconciliación”. 

La esperanzadora frase dejó en muchos la sensación de que ahora sí esta entidad hará lo que le corresponde y les cumplirá a las víctimas. El problema es que para lograr ese propósito se estarían tomando decisiones y medidas que pueden impactar seriamente en las metas y nuevamente se afectaría a quienes están esperando la reparación.

Esta columna conoció que, por ejemplo, hace un par de semanas, las nuevas directivas de la URT expidieron una reglamentación con la que se cambian las condiciones para contratar personal. En las modificaciones se estableció un llamativo “rango especial” con el que permiten que lleguen a la entidad personas sin experiencia, sin posgrados y, hasta en algunos casos, solo teniendo el bachillerato, con el único requisito de que pertenezcan a una comunidad étnica. 

Sobre ese punto es importante recordar que la mayoría de los funcionarios  y contratistas de la URT son abogados o profesionales con carreras afines, ya que su función es acompañar las solicitudes de las víctimas y la inscripción de las mismas en el registro de tierras despojadas. De esas asesorías y de los buenos procesos que se adelanten es que depende que haya una acción de restitución por parte de los jueces. 

Otras de las medidas que llaman la atención tienen que ver con la orden a las direcciones territoriales de duplicar las metas para 2023. Esa decisión sería muy buena si no fuera porque al mismo tiempo se les pidió a esas direcciones reducir los equipos y recortar personal. 

Aunque el objetivo de mostrar resultados con mejores números y aumentando las cifras de restitución es bueno, claramente se estaría desconociendo todo el proceso que se ha hecho desde hace once años. El hecho de querer duplicar las metas haría que muchas personas renunciaran porque es imposible hacer el doble del trabajo con la mitad del personal.

Y aquí viene la tercera y última medida, la que genera más alarma y la que se facilitaría si se permiten las anteriores. La nueva administración de la Unidad de Restitución de Tierras pretende hacer convenios con organizaciones de la sociedad civil para adelantar las labores administrativas que por ley le corresponden a esa entidad. 

Es decir, se plantea darle el trabajo de “caracterización de casos difíciles” y posterior restitución a entidades privadas y, lo peor, aún no sabemos cuáles son ni los intereses que tienen, quitándole una función que está asignada a la URT y dejando en manos de quién sabe quién unos procesos que ni conocen.

Lo anterior se está diseñando para aplicarlo en todos los departamentos de Colombia por igual, desconociendo la realidad de cada región y sin haberse reunido con los equipos en cada territorio, pese a que ya pasaron cuatro meses desde que llegaron los nuevos directivos a la entidad. 

Supimos que aunque el sindicato ha pedido reuniones con el director Yule, solicitando incluso la intermediación del Ministerio de Trabajo, para aclarar todas estas inquietudes, eso no ha sido posible y sigue en vilo la situación de muchos trabajadores. Pilas, director, porque usted prometió acabar con el rezago de la URT y cumplirles por fin a las víctimas. No deje que los intereses de particulares le ganen nuevamente esta lucha a quienes llevan tanto tiempo esperando un poco de justicia. Con ellos no se juega. 

Adenda

Esta semana se entregan en Colombia los premios de periodismo Simón Bolívar. Es una linda fecha para recordar que hace un año recibí el premio a periodista del año y para que nunca se me olvide que mi labor conlleva una gran responsabilidad y que mi trabajo es por y para la gente. 

Una vez más se exaltará en esta ceremonia el periodismo bien hecho, el que llega al fondo de la noticia, el que busca incansablemente la verdad, el que hace control al poder, el que con rigor, esfuerzo y constancia logra importantes resultados para el país, como la protección de los recursos públicos o la defensa de los derechos humanos.

En esta oportunidad me late que el turno de llevarse uno de estos importantes reconocimientos será para una amiga y colega a quien admiro mucho. Una mujer que, como yo, le corre este oficio por las venas y hace un trabajo periodístico transparente y juicioso porque entiende para qué sirve ejercerlo con honestidad y sin pretensiones.  

Ella incomodó con sus investigaciones a muchos poderosos que quisieron callarla con anónimos que nunca fueron comprobados. Hoy quiero decirte colega que esa no eras tú, nunca fuiste tú, simplemente fue una versión distorsionada de ti que se inventaron unos pocos en un artículo falso que en absoluto le hizo justicia a todo lo que le aportas al periodismo de este país. Felicitaciones, lo mereces.

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