Yohir Akerman
15 Mayo 2022

Yohir Akerman

Confecciones Muñoz

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

Las campañas políticas han demostrado que las encuestas de percepción, favorabilidad y preferencias electorales son como los trajes a la medida. Se hacen para hacer ver muy bien al cliente, cuidadosamente, por buenos modistas o especialistas en imagen. Pero muchas veces esconden la realidad. 

Es un problema de varias encuestadoras en el país, no todas, claro. Hoy vamos a concentrarnos en Guarumo, una firma que ha venido tratando de presentar una situación electoral irreal a punta de malas muestras, preguntas amañadas y procesos poco claros. 

No solo eso. En los últimos cuatro años ha estado al servicio de los intereses del gobierno de Iván Duque, lo cual no es sorpresa, ya que fue fundada por, nada más ni nada menos, Víctor Muñoz, uno de los escuderos más cercanos del mandatario. 

Vamos a la historia. 

El 27 de noviembre de 2012, se creó la compañía Cloud Based Zona Franca SAS, la cual dos años después modificó su razón social a Guarumo SAS. Los socios fundadores de la empresa fueron el exregistrador nacional Carlos Ariel Sánchez y Muñoz, quien desde que entró al gobierno, dice que renunció a su participación. Trata de esconder sus vínculos con la compañía y las encuestas que produce.

En noviembre de 2018, Carlos Ariel Sánchez anunció su sorpresivo retiro de la empresa, tras un desacuerdo en la metodología empleada por la firma para realizar el sondeo que midió los primeros cien días del gobierno de Duque. En esa medición, el presidente resultó con un sorpresivo 48,5 por ciento de favorabilidad. ¡Qué maravilla! 

Desde entonces la firma se ha encargado de producir números de favorabilidad de esta administración que no son creíbles, ni siquiera haciendo una muestra al interior de la Casa de Nariño. Tal vez no sea coincidencia que al árbol de guarumo, se le conozca en inglés como Trumpet Tree o árbol trompeta. La trompeta de propaganda gobiernista. 

Vamos a otros datos. 

El 22 de noviembre de 2020, Guarumo dio resultados diferentes a los de la encuesta bimestral de Invamer Gallup. En ese momento, la encuestadora fundada por Muñoz dijo que el presidente Duque tenía una imagen favorable de 50,1 por ciento. Esto frente a un 31 por ciento que tres semanas antes había anunciado Invamer.

El 23 de diciembre de ese mismo año Guarumo mostró, mentirosamente, que el 54,5 por ciento de los colombianos aprobaba la gestión del gobierno. Y así sucesivamente, los guarismos de Guarumo son usados contantemente para contribuir a la propaganda del gobierno, hasta llegar a este mes de mayo. Según la última encuesta de ellos, la favorabilidad del presidente Duque está en un poderoso 40,1 por ciento. Y claro, las cajas de resonancia y las porristas del gobierno siempre repiten esos mensajes amañados como si fueran verdad.

Favor

De la misma manera que han inflado a Duque, Guarumo también lo viene haciendo con el candidato de la derecha Federico Gutiérrez que, según esa encuestadora, le ganaría a Gustavo Petro en segunda vuelta. Así lo publicaron en abril pasado. No sería la primera vez que miden con el deseo y no con la realidad. 

En 2019 empataron a Miguel Uribe con Claudia López para la Alcaldía de Bogotá, cuando López sacó 35 por ciento de la votación y Uribe apenas 13 por ciento. También dijeron que Alfredo Ramos le ganaba a Daniel Quintero en Medellín por casi el doble de votos, encuesta que claramente quería crear una tendencia más que medirla. El resultado en las urnas fue 38 por ciento para Quintero y 29 por ciento para Ramos.

Encuesta

Pero también es una trompeta que ha servido para pegar unas resonadas al interior de la derecha. Guarumo fue una encuestadora que sirvió para debilitar la candidatura de María Fernanda Cabal y justificar un resultado de la consulta interna de la derecha, que solo le gustaba a Palacio y, principalmente, al Ubérrimo. 

Pese a que Muñoz diga que no tiene nada que ver con los resultados de esas encuestas, y con la empresa, ya que renunció a sus acciones, es claro que su mano de sastre es la que hace todas esas confecciones, maquillajes y cirugías estéticas, sorprendentemente ajustadas a los intereses del gobierno. 

Su talento no para ahí. 

Como lo he denunciado anteriormente, Muñoz, desde que fue nombrado alto consejero para la transformación digital, se encargó del manejo de las bodegas uribistas. Estas han sido claves para la distribución de mensajes confeccionados, con el fin de beneficiar al uribismo, al gobierno o al presidente. 

Siete meses después de ser nombrado en ese puesto por Iván Duque, el 15 de septiembre de 2019 Muñoz fue obligado a renunciar por un escándalo que no ha dejado de vivir.

El 5 de septiembre de 2019, Muñoz participó en una reunión, que era confidencial hasta que el expresidente Álvaro Uribe Vélez la publicó en su cuenta de Twitter. En ella confluyeron activistas, simpatizantes, influenciadores y tuiteros cercanos al Centro Democrático.

La conferencia, que nadie ha podido responder aún cómo se financió, tenía cuatro panelistas. Entre ellos Carlos Escobar, conocido en el mundo virtual por ser experto en propaganda negra, en cómo dañar la reputación de las personas que le hacen críticas a las ideas del uribismo. Y claro, cómo no, Víctor Muñoz, en ese momento todavía consejero del presidente Duque.

Carlos Arturo Escobar Marín es primo del narcoparamilitar Carlos Mario Jiménez, alias Macaco. Fue evidenciado por Daniel Coronell en septiembre de 2014 en una columna titulada “El hombre que nació dos veces”, en la cual se relatan las actividades delictivas de Escobar Marín, y sus condenas en los Estados Unidos.

Pero vamos al otro conferencista.

De la reunión se sabe que Muñoz explicó cómo organizar cadenas y mensajes para poner tendencias en redes sociales y manejar los debates en Twitter, a partir de bodegas organizadas y estructuradas.

Fue tan exitoso, que después de la conferencia con el grupo de más de 80 tuiteros cercanos al Centro Democrático, que se observan en una fotografía difundida por el entonces senador Uribe en su cuenta de Twitter, se formó un grupo de WhatsApp. En el equipo, por supuesto, incluyeron a Escobar y al entonces consejero del presidente Duque, para discutir diferentes estrategias y las campañas que se querían manejar. Bodegas Muñoz se podría decir.

Foto

Pero también otras cosas.

Resulta que el grupo además se creó para desprestigiar medios de comunicación y periodistas independientes, o lo que ellos consideran “periodistas y medios mamertos”, entre los cuales obviamente me incluyeron. Eso fue lo que metió en problemas al consejero de Presidencia.

Tal y como lo relató un artículo de La Silla Vacía, que investigó la sorpresiva salida de Muñoz, “la realidad es que se fue por un mensaje que envió a un chat de influenciadores uribistas y de derecha, pocos días después de una reunión de decenas de ellos a la que asistió a título personal y sin haber informado al presidente, según nos respondieron oficialmente de la Casa de Nariño”. 

Pues bien, ese consejero presidencial que estaba moviendo campañas oscuras en contra de medios de comunicación desde su escritorio de servidor público, regresó al gobierno, como si nada hubiera pasado, y en formato recargado.

Tan solo tres meses después del escándalo, el 3 de diciembre de 2019, se conoció que el presidente Duque había nombrado a Muñoz como miembro del Consejo Superior de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, en reemplazo de Carlos Luis Ayala Cáceres. Y como si eso no fuera suficiente, el 27 de diciembre se publicó en la página web de la Presidencia de la República la hoja de vida de Muñoz para el cargo de alto consejero para asuntos económicos y transformación digital. Hoy en día funge como el secretario general de Palacio, un cargo con mucho poder. 

En el paso por las diferentes oficinas también ha trabajado en otras confecciones y cambios de imagen. Unas más polémicas, como los perfilamientos de periodistas y enemigos del gobierno, realizadas por terceros para la misma administración. 

En mayo de 2020 se conoció de unas acciones de vigilancia y perfilamiento por parte del Ejército colombiano a más de 130 personas, incluidos defensores de derechos humanos, políticos, líderes sindicales, otros miembros de las Fuerzas Armadas y periodistas internacionales y nacionales, dentro de los que me encuentro.

Entre febrero y diciembre de 2019, diferentes entidades del Ejército ejecutaron uno de los casos de espionaje más delicados en la historia reciente del país.

En esas misiones, por medio de herramientas informáticas y de software, realizaron búsquedas y recolectaron masiva e indiscriminadamente toda la información posible de sus objetivos, para elaborar informes de inteligencia militar que incluían teléfonos, direcciones de residencia y trabajo, correos electrónicos, amigos, familiares, hijos, colegas, contactos, infracciones de tráfico y hasta lugares de votación. 

Toda esa información coordinada en la Casa de Nariño desde la oficina de, sorpresa, sorpresa: Víctor Muñoz. 

No paró ahí. 

El 27 de agosto de 2020 se conoció una lista de más de 450 influenciadores en redes sociales que aparecen en una base de datos, monitoreada por una polémica firma llamada Du Brands, que eran calificados de positivos, negativos o neutros. El gobierno admitió que contrató a la empresa, por más de 3.300 millones de pesos, para posicionar al presidente Duque en redes sociales. 

La compañía terminó haciendo perfilamientos de sus opositores. Evidentemente, este columnista fue calificado como bastante negativo para esta administración, cosa que me honra como periodista, pero conociendo la forma como operan actores del gobierno, por supuesto no deja de preocupar.

Lista

Todas estas estrategias, dentro de las que se encuentran la fabricación de encuestas a la medida, la creación de mensajes que son repetidos por las bodegas de la derecha, y el perfilamiento en redes de los opositores del gobierno, son manejados por Víctor Muñoz, como un sastre que elabora trajes a la medida, un cirujano que elimina curvas incómodas, un maquillador de patas de gallo tapao del uribismo. Un importante y oscuro trabajo que se podría denominar Confecciones, Bodegas y Asesorías de Imagen Muñoz. 

@yohirakerman; akermancolumnista@gmail.com 

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí

Más Columnas