Se acabó la gabinetología, la futurología, las cartas astrales. La gran pregunta sobre quién será ministro o ministra quedó resuelta, es la maestra, actriz y poeta, Patricia Ariza. Después de los nombramientos de dos señorones como José Antonio Ocampo y Álvaro Leyva, de Carolina Corcho en Salud y Cecilia López en Agricultura, la izquierda tiene representación en el gabinete. Una mujer que con su trabajo ha narrado el conflicto a través de las artes escénicas pero que además es feminista declarada, antes que todas, defensora de los derechos humanos. Es en definitiva un nombramiento con un gran letrero que dice PAZ para todas y todos. Para Petro, quien presentó una propuesta para cultura, integral, completa, entendemos que la cultura va más allá de la creatividad y que si de ella se trata, esta será entre otras cosas, para apoyar la transición hacia la paz.
El Ministerio de Cultura es un espacio de pensamiento y de ejecución de la función pública, donde los valores de nuestra expresión política, económica, social y artística, entre otros, se vean reflejados. Es esta instancia la que está presente en esos lugares donde la cultura se ha visto fragmentada por la ausencia del Estado, por el conflicto, por las obligadas e innecesarias hegemonías del pensamiento de Occidente. Ahí existe el contrapoder de los imaginarios, del entorno, de ese mundo de las ideas, donde se permite un pensamiento crítico, donde no se buscan los efectos estéticos del arte de otrora. Ahora Patricia Ariza pondrá esa reflexión en un plan anual con cifras, con responsables, con metas, con indicadores. ¿Aburridísimo? No. Se trata de administrar recursos públicos, de concertar proyectos con otros sectores, de pensar en escenarios posibles para el desarrollo de talentos creativos y provocativos. De articular autoridades territoriales, locales e internacionales, al final se trata de cómo invertir recursos para crear una sociedad cohesionada en la diversidad.
Las artes son a menudo, con toda razón, políticas. Mucho antes de Colcultura o de la creación del Ministerio de Cultura, los artistas, incluyendo el Teatro La Candelaria, utilizaban su arte para defender puntos de vista contrarios a los de el gobierno del día. Es por eso que la libertad creativa de los artistas es de suma importancia en el desarrollo de comunidades y seguramente lo será bajo el liderazgo de Patricia Ariza. Es de tal importancia la libertad creativa que el activismo y las manifestaciones sociales se nutren de contextos artísticos, siendo estos escenarios, necesarios para la construcción de espacios más incluyentes y que pueden ser el inicio de procesos políticos para comunidades de base. Cuando nos referimos a la expresión artística, esta, casi siempre es producto de un proceso de autonomía intelectual y ahí incluyo el pensamiento filosófico más libre y con eso no estoy diciendo liberal, estoy diciendo de izquierda. Por eso, alguien como Patricia Ariza tendrá la capacidad de responder a las preguntas del sector creativo y cultural, y, ante todo, a las grandes deliberaciones de país.
Patricia tendrá que enfrentarse al desarrollo de las industrias culturales y creativas, que mucho antes de la Economía Naranja ya eran importantes para la productividad, el desarrollo empresarial y económico del país. Las empresas culturales se han convertido en un escenario de gestión cultural creativa y sostenible, hacen parte del ecosistema, uno donde se trasciende la gestión individual. Comprenden sectores de la creación, la producción y la comercialización de bienes y servicios basados en contenidos intangibles de carácter cultural, aquellas que se regulan también por las normas de derechos de autor. Es una política neoliberal, donde la cultura como aquella de derechos culturales desaparece. ¿Por qué? Porque se le quita al Estado la responsabilidad de financiar y defender expresiones artísticas. Se convierte exclusivamente en un negocio. Patricia tendrá que incluirle a esta política, valores, éticos y estéticos para la reconstrucción del tejido social.
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¿Y los medios públicos?
Las comunicaciones, los medios públicos hacen parte del ecosistema de la cultura y en el proceso de armar equipo y ya con el anuncio de Patricia Ariza como ministra, falta ver quién quedará a cargo de la reforma de RTVC y los canales regionales, porque actuarán como dupla. Petro en su Plan de Gobierno propone:
- Escindir canales públicos regionales y nacionales de MinTic: propuesta que es acorde con el sentido de unos medios públicos para la construcción de una democracia y para que su propósito sea el de divulgar y representar los derechos y deberes de la ciudadanía. En MinTic trabajan infraestructura.
- Una ley de radio pública, cultural e institucional: desde hace varios años se debió pensar en esto. Llegó la hora.
- Fortalecemiento de los contenidos culturales y educativos y de la infraestructura: ¿Esto significará más recursos?
- Fortalecemiento de la red pública de canales y medios regionales para la producción y difusión de contenidos culturales de alta calidad: ¿Esto significará más recursos u otra forma de distribuirlos para que haya más pluralismo y representación de la diversidad? ¿Ese fortalecimiento le apunta más a la independencia?
- Fortalecer las radios públicas y comunitarias: desde que estas emisoras quedaron en la misma dirección con cinematografía, perdieron su preponderancia, toca recuperarla.
- Apoyar a los artistas en la creación de contenidos para las plataformas digitales: sincronía total entre creación y divulgación ¿Qué va hacer para el acceso masivo a internet? Es clave para las artes y la cultura.
Todos los temas son cultura y medios. Presidente Petro, ¿quién será la contraparte de Patricia Ariza en RTVC?
