Luis Alberto Arango
23 Septiembre 2022

Luis Alberto Arango

Daños de la reforma tributaria

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Tan ambiciosa fue la propuesta de reforma tributaria que en vez de aplausos generó incertidumbre y desconfianza.


El gobierno de Gustavo Petro está afanado por transmitir grandes titulares de prensa con ideas, propuestas e iniciativas, pero no ofrece pista alguna ni tranquilidad sobre cómo es que las va a ejecutar. La Cámara de Comercio Colombo Americana, Amcham Colombia, ha señalado que el ritmo de la inversión extranjera podría frenarse en los próximos meses, si el buen ambiente de negocios cambia producto de la legislación que hay en curso en el Congreso y que incluye el proyecto de reforma tributaria.

La misma preocupación ronda por la cabeza de los empresarios colombianos que han visto en este mes y medio de gobierno más desaciertos y descoordinación que símbolos que generen confianza. Desde el primer día de su mandato, Gustavo Petro ha hecho énfasis en la importancia de los símbolos, y los que él y su equipo están transmitiendo generan incertidumbre.

La muestra más representativa fue la reforma tributaria que su gobierno radicó en el Congreso al día siguiente de su posesión. Su equipo económico se sintió tan respaldado y emocionado por el reciente triunfo de su jefe, en las elecciones presidenciales, que se nubló su capacidad de anticipar las consecuencias que iba a tener la propuesta.

Esta reforma tributaria, según el proyecto de ley presentado, terminará haciendo que la tasa efectiva de tributación socio-sociedad sea una de las más altas del mundo. De paso revive un impuesto al patrimonio, que en muchos países están aboliendo por ser distorsionante de la actividad económica, cambiando además la forma de valorarlo para que sea un impuesto más oneroso. 

Así mismo, propone aumentar la tasa de tributación a las ganancias ocasionales, a los dividendos y a las herencias para que estén sujetas a tasas del 0, 19, 28, 33, 35, 37 y 39 por ciento. Todo lo anterior está promoviendo que los patrimonios empiecen a diluirse de diversas formas ante la enorme carga tributaria que comenzarán a pagar y se ponga freno de mano a nuevas iniciativas empresariales en el país.

En vez de haber hecho propuestas razonables y de puntos medios para lograr rápidos acuerdos entre el Congreso y los gremios, junto con el apoyo de la opinión pública, lo que logró el gobierno de Petro fue ralentizar la actividad empresarial y enviar un mensaje claro sobre su desconexión con la forma como opera el aparato productivo del país.

Es tal la desconexión que el gobierno está enviando mensajes ambiguos. Por un lado parece que va a ceder en algunas de sus propuestas de reforma, con el fin de hacer más razonables las tasas que presentó para gravar los dividendos y la ganancia ocasional. Pero por otro, presentó hace unos días un estudio defendiendo su propuesta de reforma diciendo que la tasa efectiva de impuesto empresarial que se pagaría con la reforma sería del 29 por ciento y no del 35 por ciento nominal que se presentó en dicho proyecto de ley.

“Lo que logró el gobierno de Petro fue ralentizar la actividad empresarial y enviar un mensaje claro sobre su desconexión con la forma como opera el aparato productivo del país”.

A esta última defensa de parte del Ministerio de Hacienda, le hicieron gran despliegue en medios, sobre todo para tratar de mostrar que la tasa efectiva de tributación empresarial que ha dicho la Andi que tendría como resultado la nueva reforma tributaria, de más del 60 por ciento, no es cierta. 

En su informe, el Ministerio de Hacienda utilizó un cálculo matemático que siempre dará como resultado que la tasa efectiva sea más baja que la tasa nominal. Este consiste en que las utilidades que calcula en el numerador las divide entre un denominador al que le incluye los ingresos no constitutivos de renta, es decir que no pagan impuestos, cuando la tasa del 35 por ciento se cobra sobre la renta líquida gravable, es decir sobre las utilidades que sí están sujetas a pagar impuestos. Y además al numerador no le incluyen el impuesto de ICA ni el gravamen a los movimientos financieros, razón por la cual un resultado y otro no son comparables, pero para el Ministerio de Hacienda en su nueva narrativa de defensa sí.

El ministerio está transitando la peligrosa senda de volverse un ente para tramitar iniciativas políticas en vez de una entidad eminentemente técnica. Mientras en su defensa política sostiene que la tasa de tributación empresarial es inferior a la tasa efectiva del impuesto corporativo, el Informe de la Comisión de Expertos en Beneficios Tributarios presentado en el año 2021 y del que también hace parte el Ministerio de Hacienda, lo contradice. 

El informe señala que “Si todos los impuestos basados o no en ingresos que las empresas deben pagar se combinaran, la tasa efectiva de tributación que cancelarían sobre el total de sus ingresos sería 1,5 veces mayor al Impuesto de Renta Corporativo” (*) ¿A quién debemos creerle? ¿Al ministerio de hoy que hace una defensa política de su propuesta de reforma o al ministerio de ayer que junto con otros expertos presentó una conclusión técnica totalmente distinta?

“Mientras en su defensa política sostiene que la tasa de tributación empresarial es inferior a la tasa efectiva del impuesto corporativo, … la Comisión de Expertos en Beneficios Tributarios …, lo contradice”.

Causa temor que el Ministerio de Hacienda comience a defender sus posiciones con este tipo de argumentos, tratando de escudar la mala jugada que hicieron al presentar una reforma tributaria que pensaron que iba a ser recibida con aplausos y que lo que está haciendo es frenar la senda de crecimiento que venía teniendo Colombia.

La posición de Petro sobre la reforma tributaria no se queda atrás utilizando verdades a medias. En días pasados, en su cuenta de Twitter, defendió el impuesto al patrimonio diciendo que en España también lo cobran. Pero evitó decir que en la mayoría de los países europeos lo están desmontando por ser antitécnico y por alejar la inversión en vez de atraerla.

Nadie pone en duda que hay que hacer cambios en el sistema de tributación para buscar mayor equidad, pero en lo que fallaron fue en pensar que, al intentar hacerlo de manera tan ambiciosa y agresiva, no iban a afectar de ninguna manera la confianza empresarial y en ese cálculo se equivocaron.

Hasta el momento el gobierno no ha dicho con detalle para qué es que van a utilizar los nuevos recursos que recaudaría la reforma tributaria. Lo que han mencionado son lugares comunes. Lo cierto es que la reforma actual no parece ser necesaria. Prueba de ello es que el nuevo presupuesto nacional está financiado con el recaudo actual y proyectado. Incluso el gobierno Petro no tuvo reparo en adicionarle 14,2 billones de pesos que ya están también financiados gracias al aumento del recaudo de impuestos de este año y a los ingresos adicionales que recibieron por las altas utilidades de Ecopetrol.

“El principio de un gobierno democrático es también tomar en cuenta a quienes no votaron por ellos…”.

El daño que hizo el equipo económico del gobierno Petro al presentar su reforma tributaria ya está hecho. Y se ha amplificado con las reiteradas salidas en falso de algunos de los ministros. El freno a proyectos empresariales es la conversación semanal entre empresarios. Muchos de los que no se han frenado son los proyectos que ya estaban en marcha y que costaría más detenerlos que terminarlos.

En el sector salud, por ejemplo, hay empresas y operadores que detuvieron sus inversiones ante las dudas, desconfianza e incertidumbre que semana a semana transmiten con sus declaraciones las ministras de Salud y del Trabajo.

Mientras tanto, funcionarios del gobierno Petro, así como congresistas del Pacto Histórico, han utilizado el peregrino argumento de que el pueblo votó por todas las iniciativas que están proponiendo y que como ellos ganaron las elecciones las van a llevar a cabo, a pesar de las críticas que reciben día a día. Esta actitud genera aún más desconfianza. El principio de un gobierno democrático es también tomar en cuenta a quienes no votaron por ellos, el país se gobierna para todos y no solo para los que ganaron.

Si el gobierno sigue defendiendo las cifras de la reforma tributaria con sofismas, si sus funcionarios y algunos congresistas continúan defendiéndose de las críticas con el argumento de que ellos ganaron y que el pueblo votó por sus iniciativas, haciendo oídos sordos a objeciones y sugerencias y mientras Petro no aterrice los titulares en acciones concretas y en una verdadera capacidad de gobierno, creo que estos cuatro años serán los de un país sin rumbo. Un país donde no habrá equidad, prosperidad, justicia social, y crecimiento, y que no tendrá la capacidad de generación de riqueza que prometieron a los que sí votaron por ellos y para quienes Petro y su gobierno quieren gobernar.

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