Paola Herrera
5 Septiembre 2022

Paola Herrera

De película

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La semana pasada la plataforma de video Netflix nos sorprendió al anunciar su nueva serie coreana, que la promociona con esta gran pregunta: ¿Qué harías si te encontraras 70.000 millones de pesos?

Todos en Colombia creímos que se trataba de una serie inspirada en nosotros, en nuestro gran caso de Centros Poblados, y que los productores de Netflix resolvieron el problema y encontraron en Corea los recursos que eran para los niños de nuestro país.

Aunque esa historia da para toda una serie, de varias temporadas, no es el único caso en Colombia que parece de película. Todos los días, investigaciones periodísticas revelan cómo se apropian de los dineros públicos, cómo pasan por encima de la ley y cómo logran, con miles de artimañas y hazañas de todo tipo, quedarse con millonarios contratos sin que pase nada.

Si hay algo en lo que somos muy buenos los colombianos es en aplicar el dicho de “hecha la ley, hecha la trampa” y la historia que descubrimos en la W Radio, que les voy a contar a continuación, es la fiel demostración de tan desafortunada frase. Además, sin duda, es otro caso que puede inspirar a cualquier plataforma digital para producir una magnifica serie basada en la vida real.

Todo empezó cuando se adjudicó, en agosto de este año, un contrato para la instalación de una granja solar en el departamento del Valle del Cauca, denominado el proyecto Mulaló, con el que se pretende generar un total de 69 megavatios de energía de manera alternativa, en el marco de la transición energética que adelanta el Estado colombiano.

Ese proyecto fue entregado a la “multinacional” Klarzen, por parte de la empresa de servicios públicos de Cali, Emcali. Sin embargo, desde el sindicato se denunciaron varios problemas en el proceso de selección, los cuales dieron lugar a una investigación periodística en la que encontramos todo un paquete de irregularidades de esa compañía que dice ser israelí y que, con engaños, casi se queda con 90.000 millones de pesos del departamento.

La empresa, favorecida con ese multimillonario contrato, fue registrada en Colombia en febrero de 2019, por parte del señor Jhon Cohen, quien un mes antes de crearla, se llamaba Jhon Alexánder Higuera Marciales. En los documentos de registro encontramos que el capital con el que suscribieron la supuesta firma global, fue apenas de un millón de pesos colombianos.

Durante tres años el señor Cohen se dedicó a importar a Colombia paneles solares desde la China y haciendo eso logró quedarse con varios proyectos pequeños en el país, que consistían en la instalación de las estructuras fotovoltaicas, por ejemplo, en colegios, en sedes de empresas, entre otras. Todos pagados con recursos privados.

No obstante, para convencer a sus clientes de que le compraran los paneles, el señor Cohen mostraba un portafolio enorme que hacía parecer a su empresa, a Klarzen, como una megacompañía que lleva muchos años trabajando en ese tipo de proyectos y que tiene sedes en Israel, Estados Unidos, China, Panamá, Brasil y, por supuesto, Colombia.

Incluso en nuestro país, Klarzen logró afiliarse a Amcham, uno de los gremios más grandes de empresas colombo americanas, aunque al parecer, a ellos también los habría engañado. Y es que ninguna de las direcciones que dice que tiene en esos países existe y como si fuera poco, la gran planta que ellos aseguran que es su sede principal, no es real y pertenece a otra empresa.

Sí, el señor Cohen tomó un video hecho en 2017 por la empresa china HT-SAAE– (a la que le compra los paneles) lo copió y le puso los logos de Klarzen, creando un vil montaje que ahora usa como su video institucional, para venderse en Colombia como el grande de estas nuevas energías. ¿Sabrán los chinos que los están plagiando?

Cambio Colombia

Pero, además, dice que esa empresa china –que sí es una multinacional– es su casa matriz y para ganarse el contrato con Emcali presentó unos supuestos certificados acreditando la participación en dos proyectos de granjas solares en la India. Eso tampoco es cierto, Klarzen ni es filial de HT- SAAE, con la que solo tiene una relación comercial para comprarle los paneles, y mucho menos participó en los contratos de la India. ¿Otra vez presentando papeles falsos en una licitación?, ¿no aprendimos de Centros Poblados?

Pero ahí no acaba la historia. Jhon Cohen modificó su certificado de cámara de comercio un mes antes de ganarse la licitación en Cali, asegurando que su empresa controlante era Klarzen Estados Unidos.
Sin embargo, pudimos verificar que la empresa Klarzen norteamericana también fue registrada por él y es su representante legal, lo que significa que el controlante es el mismo contralado y que la empresa que supuestamente tiene sede en Tampa, Florida, sería la misma firma de papel que él quiere hacer pasar como un importante conglomerado.

Cohen ha participado en muchos foros de transición energética, ha estado en Estados Unidos con el exembajador Francisco Santos y el exministro de Minas, Diego Mesa, y como ya les conté hace parte de Amcham. En el sector lo conocen y muchos medios de comunicación han registrado su existencia como una de las grandes compañías de la revolución energética.

A pesar de eso, llama mucho la atención que ni siquiera la imagen de la empresa, la que aparece en su página web y en sus redes sociales, sea real, así como tampoco lo son las direcciones que aparecen como sedes. Lo más grave es que con documentación, presuntamente falsa, esté buscando millonarios contratos.

En fotos, Jhon Cohen aparece como un acaudalado empresario que ha estado en Dubái, China, Estados Unidos y otros tantos países en los que hace negocios. No obstante, quejas que llegaron a la W Radio después de revelar esta investigación aseguran que trabajaron en la empresa Klarzen y que es la hora que no les han pagado por sus servicios.

En el caso de Emcali, la administración no pudo verificar la autenticidad de los papeles presentados por Klarzen y, afortunadamente, pudo cancelar la firma del contrato, que recordemos era por 90.000 millones de pesos.

Ahora, hay que tener los ojos muy abiertos porque la transición energética no se puede volver un foco de corrupción y no nos deben hacer creer que solo consiste en importar paneles de China por parte de empresas que ni siquiera son lo que dicen ser.

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