Johana Fuentes
9 Junio 2022

Johana Fuentes

El caballito de batalla

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De 39 millones de colombianos habilitados para votar, 20 millones son mujeres. Ese voto femenino podría ser determinante a la hora de elegir quién será el próximo presidente en un país que, aunque cada vez abre más camino a la participación de las mujeres en política, aún está en deuda con una representación igualitaria en los cargos de poder.
 
Los candidatos están ahora en una carrera a contrarreloj para conquistar ese respaldo. Rodolfo Hernández tal vez la tenga más difícil, pues no ha podido disimular su machismo. Cuando intentó explicar que fue sacado de contexto al hablar de su esposa y su rol en la política, terminó diciendo que lo ideal sería que las mujeres se quedaran en la casa criando a los hijos. Seguramente para Hernández las labores de cuidado no deben ser compartidas y no sabemos si remuneradas.
 
En su plan de gobierno encontramos un pequeño –y mediocre– capítulo llamado Mujeres y Asuntos de Género, allí lo único referente al tema se encuentra así: “Definir e implementar estrategias en torno al trabajo doméstico y cuidados no remunerados que le permita espacios laborales a la mujer”. ¿De qué manera? El documento no es claro, como no lo es con ninguna de las propuestas en ese sentido, que más bien terminan siendo enunciados plagados de lugares comunes, sin fondo ni una ruta clara a seguir.
 
No hay que olvidar que para el candidato el feminicidio no existe. En un encuentro en la Universidad Nacional dijo que se trataba de un invento: “Una política resolvió hacer una bandera del feminicidio, que es un homicidio en una mujer, y metió una ley, y creo que la ley pasó, pero tengo entendido que la Corte la tumbó, y ella salió senadora con ese cuento. Lo que hizo la senadora esa, que salió con el cuento del homicidio, que lo volvió al feminicidio”. Ni el feminicidio es un invento ni la Corte tumbó la ley. La Ley del Feminicidio existe hace seis años en el país y fue aprobada a raíz del caso de Rosa Elvira Cely.  Ingeniero, a las mujeres sí nos matan por el hecho de ser mujeres. Según el Observatorio de Feminicidios en Colombia, el año pasado se registraron 622 feminicidios y este año la cifra supera los 350. Desconocer eso es no solo ofensivo, viniendo de alguien que aspira a ser presidente de Colombia, sino revictimizante, y además ayuda a perpetuar ese tipo de violencias de género.
 
Esta semana, –en lo que parece ser una medida desesperada– Rodolfo Hernández escribió un hilo en Twitter con diez propuestas dirigidas a las mujeres, en ellas incluyó un sistema integral de cuidado, algo de lo que nunca había hablado y que sí ha sido desarrollado muy bien por su contrincante; y mencionó por primera vez la implementación de políticas públicas con un enfoque transversal de género. También circula en redes una campaña denominada #MujeresConRodolfo en la que aparecen mujeres en distintos lugares de Colombia y el mundo manifestándole su respaldo. Todo esto es un saludo a la bandera si nada está consignado en el plan de gobierno.

Ahora, miremos para el otro lado: después de declararse como el ganador de la primera vuelta, hablarles a las mujeres cobró más importancia para Gustavo Petro –aprovechando las salidas en falso de su adversario–. En su cuenta de Twitter dijo: “¿Mujeres a la casa o mujeres al poder y la libertad? Usted decide” y en una entrevista a El Espectador envió un mensaje aún más contundente: “Nuestra campaña queda en manos de las mujeres”.
 
Lamentablemente esta no ha sido una constante. El candidato del Pacto Histórico recibió duras críticas de un sector feminista que renunció al movimiento argumentando no tener garantías en la conformación de las listas al Congreso. Aunque el partido se jactó de ser uno de los pocos que usó la paridad, varias mujeres cuestionaron dicho mecanismo. “Como feminista puedo decir que se está instrumentalizando la paridad. En una lista cerrada las mujeres entran gracias a usted y a otros líderes del Pacto Histórico y no por mérito. Y si fuera esa realmente su lucha, hace rato hubiera condenado la violencia de género en redes y en su movimiento”, le dijo Sara Tufano –una de las mujeres que renunció a su aspiración a la Cámara de Representantes– a Gustavo Petro a través de Twitter.
La propia Francia Márquez, siendo candidata presidencial, se unió a estos cuestionamientos porque dejaron por fuera a integrantes de su movimiento Soy Porque Somos para incluir a cuotas de Daniel Quintero y Roy Barreras. Convenientemente Petro se lavó las manos diciendo que él no tenía nada que ver en esas decisiones porque todo era culpa de los colegios electorales. El típico “fue a mis espaldas o me acabo de enterar”. Paradójicamente, no defendió a mujeres valiosas que habían trabajado en su movimiento, pero sí lo hizo con Álex Flórez cuando las mujeres del Pacto en Antioquia pidieron sacarlo de la lista al Senado por una acusación de presunta violencia intrafamiliar en su contra y por el codazo –que quedó registrado en video– a su copartidaria Susana Boreal, cuando estaban en una tarima con el candidato.

Otro de los lunares de la campaña de Petro fue el aborto cero, luego cambió de opinión y pasó a respaldar la decisión de la Corte de despenalizarlo hasta la semana 24. Seguramente Francia Márquez, que siempre ha puesto a las mujeres como prioridad, tuvo mucho que ver en ese giro, ya que siempre ha tenido un discurso en pro de la defensa de la libertad de las mujeres para decidir sobre sus cuerpos, contrario a Marelen Castillo, fórmula vicepresidencial de Rodolfo Hernández, que ha manifestado su intención de revisar la sentencia de la Corte.  De hecho, la mayoría de las feministas que se retiraron del Pacto Histórico siguen respaldándolo desde afuera porque tener a Francia como vicepresidenta es una garantía del cambio que buscan.

Hay que decir que en el plan de gobierno de Gustavo Petro la mujer tiene un papel relevante. El capítulo: El Cambio es con las Mujeres es uno de los principales y más completos. Nos cuentan de qué manera se implementarán propuestas como el sistema integral de cuidados, una de sus banderas, un plan de acción contra el feminicidio y otras violencias, mejorar los derechos sexuales y reproductivos, y algo muy importante, la creación del Ministerio de la Igualdad, que estaría en cabeza de Francia Márquez.
 
Petro también aprovechó que Rodolfo Hernández decidió no asistir a ningún debate y se presentó solitario y con pañuelo verde en 'El debate feminista', convocado por más de 30 organizaciones.
 
El escenario no es el ideal, pero por primera vez en una campaña presidencial –por lo menos en las que me ha tocado vivir– los candidatos se interesan por ganar nuestro voto. No subestimemos el poder que tenemos en este momento. Según la plataforma Chile Decide, el triunfo de Gabriel Boric fue gracias al voto de mujeres menores de 50 años. Este es solo un ejemplo de lo relevante que ha sido el voto femenino en las elecciones de los últimos años. No dejemos que los candidatos nos usen como el caballito de batalla para ganar adeptos y despertar pasiones, leamos los programas y votemos informadas, pensando en un gobierno que nos incluya realmente y nos dé garantías de participación. En nuestras manos está la oportunidad de que esta vez la historia sea diferente para nosotras.

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