Alejandro Villanueva
22 Septiembre 2022

Alejandro Villanueva

El de la vista gorda, Hernán Porras

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Un grupo de profesores de la Universidad Industrial de Santander (UIS) a través de su fondo de empleados decidió construir el colegio Fundación UIS, que hoy es una de las instituciones educativas más importantes del departamento, recibiendo diversos reconocimientos nacionales en materia deportiva, tecnológica, cultural y académica.

A pesar de estar vinculado a una universidad pública, la pensión en este colegio está en promedio costando desde 792.500 pesos hasta 1'189.682. No es para nada barato. La institución está consciente del esfuerzo económico que significa estudiar ahí, pero aun así, a finales de 2019, fue evidenciado un multimillonario robo de efectivo proveniente de las matrículas, pensiones y alimentación.

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El rector Pedro Nel Gómez no les dio la cara a los padres. En un comunicado, de manera arbitraria, expresó que no les brindará información concreta del desfalco y que deben conformarse con lo que comunique a su discreción.  

Es imposible no darse cuenta de tal desfalco en efectivo sin la complicidad de quien elabora los estados financieros, la junta y el rector. El robo sucedió en las narices del millonario especialista en auditoría externa y revisoría fiscal Carlos Arturo Chaparro, quien era responsable de evitar el desfalco. Todo indica que no fue un accidente.

La hoja de vida del susodicho que cuenta con labores en más de 22 empresas, entre estas la Empresa de Aseo de Bucaramanga y el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga S.A., empresas que manejan dinero público y cifras considerablemente mayores a las de un colegio. A su vez fue revisor fiscal del Fondo de Empleados de la UIS (FAVUIS), fondo que hace parte de la junta directiva del colegio y su representante es el señor David Miranda, presidente de la junta.

El señor Chaparro fue el mismo que validó el daño. Expresó que era de 500 millones de pesos, pero fuentes afirman que la realidad es que tal daño está por los 3.000.000.000 de pesos. Cosa que tiene sentido, ¿el que permitió el daño no va a tener la tentación de camuflarlo para evitar responsabilidad o encubrir?  El ratón diciendo cuánto queso se comieron.

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Ante esto, el silencio por parte de la junta y Hernán Porras pareciera el de autor y cómplice. La institución interpuso una denuncia en la Fiscalía General de la Nación pero con la denuncia puesta ha tenido desinterés en el avance del proceso, lo que ha causado que se encuentre en un eterno letargo.

La junta directiva, sin contar con mayoría absoluta y sin argumentos que lo sustenten, se rehusó a esclarecer los hechos mediante una auditoría externa con la Fiscalía, a pesar de que así lo recomendaban sus abogados. De igual forma se negaron a retirar del cargo a la contadora. 

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La decisión fue tomada por dos representantes de la UIS (funcionarios públicos) y los dos representantes del Fondo de Empleados de la UIS, fichas del señor Hernán Porras y clientes del revisor fiscal. 

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No se puede afirmar que el señor David Miranda quisiera ocultar algo, pero sin tomar en cuenta los argumentos técnicos y legales por parte de los benefactores y el representante de los padres, y la incapacidad del revisor, Carlos Arturo Chaparro, se encargó de que la junta directiva lo reeligiera. Si no es para ocultar algo, ¿por qué reelegir al que permitió el daño? Como si fuera poco Hernán Porras puso en la junta directiva al exrector Adalberto Vergara Henao, quien fue el representante legal durante la mayoría de los hechos. 

Por sus inquietudes, el representante de los padres fue excluido de manera arbitraria de la junta directiva y luego amenazado de muerte junto a su familia.

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Involucrados en la junta afirman que el señor David Miranda y el señor rector Pedro Nel Gómez  se encuentran manipulando las actas. Para contrastar esto, contacté al señor Miranda no respondió más allá de una amenaza de acoso judicial. Ante la negativa, le escribí al señor rector, quien inmediatamente me mandó con sus abogados. 

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¿Por qué no le dan la cara a los estudiantes y a los padres de familia? ¿Por qué negarse a contestar preguntas simples que de ser inocente serían muy fáciles de responder? ¿Por qué sacar a los papás de la junta? ¿Desde hace cuánto se están robando la plata? Como dice el refrán “el que nada debe nada teme” y estos señores temen mucho, mientras Hernán Porras está mirando para el techo y David Miranda queriendo ser rector de la UIS.

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