Yohir Akerman
23 Abril 2022

Yohir Akerman

El guachemán

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Sigamos con los escándalos de la Unidad Nacional de Protección (UNP), y el famoso Clan Gnecco de la costa, ya que sus escándalos son únicamente superados por su descaro.

Vamos en orden cronológico. 

A finales del año 2020, el exministro del Interior Fernando Londoño, tuvo un invitado especial en su programa radial, La Hora de la Verdad, para que hablara del proceso de paz y de la contratación de personal para la protección de los combatientes desmovilizados. 

El invitado de honor fue el señor Wilson Javier Devia Pérez, funcionario de planta de la UNP y presidente sindical regional bastante polémico. Como mencionamos en la columna pasada, el señor Devia Pérez es un funcionario bastante polémico y es oficial de protección grado 11, con sede Bogotá, con más de diez años en la UNP. Más otros 11 años en el DAS, para un total de más de 21 años en las dos entidades.

En el programa radial de Londoño, Devia se dedicó a criticar el proceso de paz, y pues la verdad es que cada quien puede tener sus opiniones sobre eso. Pero también entró a cuestionar la contratación que en ese momento se haría de unos 800 escoltas para preservar la vida de los excombatientes de las Farc, luego de la firma del acuerdo, ya que esas personas no merecían la vida.

Eso sí le queda más difícil criticarlo a un funcionario que debe prestar sus servicios de seguridad y escolta a esas mismas personas que ataca. Difícil menospreciar la vida de quien le corresponde protegerla, o, peor aún, utilizar el esquema de protección de los protegidos para hacer espionaje y conseguir información sobre personas que hacen parte de la oposición y son críticos al Gobierno.

La verdad después se supo y es que el desconcierto del señor Devia Pérez, en ese momento, nacía del hecho de que la UNP tenía pensado vincular un número aproximado de 800 escoltas, y que, según fuentes cercanas a ese polémico funcionario, ese presidente sindical no estaba controlando el proceso de contratación y quería hacerlo para poder nombrar amigos y cercanos suyos.

Pero Dios premia a los que esperan, como dice el dicho. 

Y como el señor Devia supo esperar, después han venido varias contrataciones de amigos y cercanos suyos. Dos de esos ejemplos ocurrieron tres días antes de que empezó a regir la Ley de Garantías. 

El 26 de enero de 2022, el director de la UNP, Alfonso Campo Martínez, firmó dos resoluciones, la 146 y 147, con las que hizo dos nombramientos claves para Devia. 

El primero al señor Yolver Homero Hernández Castrillón en el cargo de oficial de protección código 3137 de la planta global de la UNP en Pereira. El segundo al señor Holger Ramón Hernández Hernández en el cargo oficial de protección código 3137 grado 11, de la planta global de la UNP en Bogotá. Hasta ahí todo bien. Pero una mirada más de cerca muestra la importancia de los nombramientos.

Con esas resoluciones se designaron al tesorero y al fiscal, es decir el que maneja los recursos y el que hace el control del sindicato que maneja el señor Devia Pérez. 

Documento constancia

Puso a los ratones a cuidar al queso. Los dos nombramientos, que salieron de una muestra de 9.000 escoltas tercerizados que tiene la entidad, se hicieron a dedo a estas personas que, evidentemente, nunca van a vigilar la labor de su amigo el señor Devia Pérez como presidente sindical.

¿Nos sorprende? No nos sorprende. 

Como tampoco nos sorprende cómo el señor Devia puso a los funcionarios sindicales de la UNP al servicio del Clan Gnecco. 

Otra nueva grabación, de marzo de 2022, nos muestra que este presidente sindical, hace clientelismo reuniéndose con representantes y senadores, para intercambiar puestos en esa entidad por apoyos políticos. 

“Me reúno con senadores y representantes: venga presidente, apoyemos y qué familiar le metemos a trabajar. Tendría familiares en la UNP, tendría familiares en el trabajo, tendría familiares en el Ministerio del Interior. Acá para lo mismo, el sindicato es para que ustedes tengan trabajo y bienestar en cada uno de ustedes. Y la autoridad moral que me caracteriza, les digo a ustedes: junta directiva nacional, decidan a qué senador vamos a apoyar. Yo tengo 16 departamentos en este momento y van a ser 16 representantes con los que debo contar. Es decir, mañana cuando ganen los representantes, si ganó, búsqueme una cita porque vamos a sentar a decirles que es que vamos a trabajarle a alto riesgo y el alto ritmo y la vinculación a la planta de personal de manera inmediata. Eso es lo que yo quiero. Y el mensaje quiero que ustedes no sean solos los escoltas sino con sus familias: mi papá, mi mamá, mi esposa, mi cuñado, entonces ellos son los que tienen que aportar el granito de arena”.

Como lo demostré en la columna de hace ocho días, a los pocos días el señor Devia salió con su apoyo al senador José Alfredo Gnecco Zuleta, del Partido de la U, parte del clan Gnecco Cerchar, que una familia política y parapolítica con base en Cesar y electorado en La Guajira y Magdalena.

Eso es interesante por dos cosas. Lo primero porque tanto el director de la UNP, Alfonso Campo Martínez, como su exdirector, Daniel Palacio, y ahora jefe como ministro del Interior, son de la región del Cesar. 

Lo segundo porque, tal y como lo demostró la Fundación Pares en un juicioso reporte, el Clan Gnecco fue determinante en el escándalo conocido como la ñeñepólitica, para conseguir los votos de la región a favor del presidente Iván Duque. 

Varios audios de las conversaciones entre el narcotraficante José Guillermo Hernández Aponte, alias ‘Ñeñe Hernández, con María Claudia Daza, asesora del entonces senador Álvaro Uribe Vélez, son clave para entender este enredo. 

En esos audios, publicados por Pares, se habla de una presunta operación de compra votos para la campaña presidencial de Iván Duque, y se mencionan a algunos políticos del Clan Gnecco en la presunta operación ilegal que favoreció al candidato del Centro Democrático.

Por ejemplo, en una conversación del Ñeñe Hernández con Yaneth Zuleta del grupo de mujeres “Duquesas con Duque”, el 26 de mayo de 2018, un día antes de la primera vuelta presidencial, ella le dice al Ñeñe: “Nosotras necesitamos hablar un momentico contigo. Estamos aquí en la casa del señor Lucas Gnecco, necesitamos resolver unas necesidades que tenemos con unos votos, con una gente que necesita salir a votar y eso y no nos han resuelto nada de eso”.

Parece que el tema se resolvió y que fue necesario volver a resolverlo en segunda vuelta. 

El 16 de junio de 2018, un día antes de las elecciones para segunda vuelta presidencial, el narcotraficante Ñeñe Hernández habló un minuto y 53 segundos con una persona que se autodenomina “Goyi”. Entre muchos otros temas, Goyi le dijo al Ñeñe que tiene listo el vehículo de Caya Daza para recoger la gente que tenía que votar al día siguiente y Ñeñe le respondió que cuadrara todo eso con Pepe Gnecco.

Esos, entre muchos otros audios, demuestran que el polémico Clan Gnecco fue clave para movilizar a la gente de Valledupar a votar por el presidente Iván Duque, en primera y segunda vuelta. Ahora una entidad del gobierno de Duque, en cabeza de uno de sus presidentes sindicales regionales, está demostrando que fueron clave para movilizar a los escoltas y sus familias para votar por un miembro del Clan Gnecco al Senado. 

Según la RAE, la expresión “guachimán” viene del inglés “watchman”, y en varios países de América Latina significa guardián. Y “guache”, del quechua “huaccha” según la misma RAE, es persona ruin y canalla. Así que estos personajes merecen que acuñemos un nuevo término para cerrar con broche de oro su participación en este sórdido capítulo de corrupción, clientelismo y desprotección: Wilson Devia, alias el Guachemán.

@yohirakerman; akermancolumnista@gmail.com

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