Sebastián Nohra
28 Agosto 2022

Sebastián Nohra

El mejor Petro de la historia

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La política para el político profesional termina siendo la habilidad de usar muchas máscaras como si se tratase de la misma. Al final, la que cuenta y más nos afecta es la que usa cuando le toca gobernar y tomar decisiones. Si de Petro tenemos que hablar, es cierto que mantiene el tronco de su formación ideológica desde que militó en el M-19, pero de presidente nos ha sorprendido con su versión más pragmática. Entendió en la última campaña que su camino a la casa de Nariño suponía renuncias del país que siempre soñó y que los cambios no podía hacerlo solo con los “suyos”.

Es pronto pero pareciera que murió una parte del Petro versión alcalde o miembro del Polo, ese que así el semáforo estuviera en rojo, igual iba y se estrellaba solo con sus ideas más absurdas. Su gabinete ha sido toda una declaración de intenciones: solo eligió a dos ministros del Pacto Histórico. Prefirió darle más representación a los partidos tradicionales y tensar la cuerda con Francia Márquez y Alexander López. Le dio la presidencia del Senado a Roy y, en estricto sentido, el santismo tiene más poder hoy que la base que lo llevó en volandas a la presidencia.

Petro es consciente de que grupos económicos nacionales y extranjeros muy poderosos le temen y que necesitan señales de estabilidad y previsibilidad económica para apostarle a su gobierno. Por eso están ahí Prada, Ocampo y Barreras, viejos conocido del establecimiento, y no sindicalistas y políticos duros de izquierda cuyas propuestas son del corte del pliego de peticiones del Comité del Paro. Una cartilla que era algo parecido a un acta de defunción de las finanzas del Estado.

Este Petro más pragmático se bajó pronto de la ensoñación de los 50 billones de la reforma tributaria que prometió y ya se bajó a la mitad. Parece que están en revisión algunos artículos y la nueva propuesta rondaría los 16 billones. El Petro de toda la vida, que no oía más que a su propio eco, no hubiera cedido tan pronto. Es posible que las alarmas de freno a la inversión que soltaron economistas y gremios de peso le ablandaron el corazón. Y eso es una buena noticia. El Petro de los carros de basura que se los comió el óxido en la alcaldía no le sirve a nadie, ni a él.

También es cierto que ha tomado medidas importantes sin titubear que van en línea con su campaña en el plano militar y de seguridad, pero estas son discrecionales y no requiere de negociación política. Además, el tema de orden público está tan delicado que la ciudadanía acepta de buena gana nuevas estrategias que prometan mayor tranquilidad.

La ministra de Minas, Irene Vélez, escribió hoy un mensaje en el que tácitamente rectifica el esperpento de diagnóstico que ofreció en Blu Radio sobre el futuro del gas en Colombia, reconoce la gestión del anterior gobierno y dio unas líneas coherentes sobre transición energética. ¿Detrás hubo un regaño del presidente? Puede ser, pero no importa. Tragar veneno y orgullo antes que abrazar políticas suicidas debe ser un mandamiento de cualquier ministro.

Sobre las reformas a la salud y a las pensiones no hemos vuelto a oír nuevos mensajes del gobierno. Con seguridad les llegará su momento, pero si este Petro se mantiene para entonces, no creo que suframos las barbaridades que él y Corcho nos contaron en campaña. Petro está gobernando con parte del establecimiento y eso garantiza que no haya un rebrote de Robespierres que vengan con ínfulas de héroes a refundar la patria.

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