Yohir Akerman
26 Marzo 2022

Yohir Akerman

El padrino

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Un repaso a uno de los candidatos a manejar la Contraloría General de la República, deja entrever una profunda telaraña de contratos y nombramientos recíprocos y clientelistas que existen entre la Alcaldía de Bogotá y la Gobernación de Boyacá.

Empecemos, esta vez de adelante para atrás.

Karol Dahiana González Mora es candidata a la Contraloría General. Tiene el peor puntaje de los 20 candidatos por su hoja de vida y el examen, pero es la esposa de Luis Ernesto Gómez, exsecretario de Gobierno y actual jefe de gabinete de la administración de Claudia López en Bogotá. Eso en algo le ayuda, pues le ha favorecido en el pasado.

Entre la Alcaldía Mayor de Bogotá y la Gobernación de Boyacá ha ocurrido un “tú me contratas a uno y yo te contrato a otro”, como lo denunció el periodista Carlos Alberto Rodríguez el pasado 12 de febrero en su cuenta de Twitter, después de una juiciosa investigación.

Ambas administraciones han estado bajo control de miembros del Partido Verde, una en cabeza de Ramiro Barragán Adame, gobernador actual de Boyacá y ficha del exgobernador, Carlos Andrés Amaya Rodríguez, y la otra manejada por la alcaldesa Claudia López, amiga cercana del mismo Amaya.

Así han ido contratos para un lado y para el otro. El 11 de julio de 2018, Amaya contrató a Luis Ernesto Gómez por 53.700.000 pesos para la prestación de servicios por seis meses como politólogo en la Secretaría de Productividad y Gestión del Conocimiento de la Gobernación de Boyacá.

El que es caballero repite. Al año siguiente, el 28 de enero de 2019, Luis Ernesto Gómez firmó otro contrato, esta vez por 46.090.000 pesos, para la prestación de servicios por seis meses como asesor del proyecto de apoyo para el fortalecimiento institucional en la Secretaría de Cultura y Turismo de Boyacá.

Contratos

 

Se pone más íntimo.

La relación entre Carlos Amaya y Luis Ernesto Gómez no solo es política. Gómez fue el padrino de matrimonio de Carlos Amaya cuando se casó con Daniela Assis Fierro, prima de Carlos Camargo Assis, defensor del Pueblo. ¿Qué habrá dicho Luis Ernesto en el discurso de brindis por el nuevo matrimonio? No sé, pero una metáfora con una puerta giratoria hubiera sido bastante atinada ya que, por su parte, Amaya es padrino de una de las hijas de Luis Ernesto.

Pero esta puerta da vueltas no solo en lo personal. Como dijimos, Gómez es esposo de Karol Dahiana quien fue nombrada como asesora jurídica en la Región Administrativa y de Planeación Especial, cuando era manejada por Fernando Flórez, también del Partido Verde. Flórez renunció a la entidad para hacer parte de la fallida campaña de Carlos Amaya a la presidencia.

Acá se pone enredado.

La hermana de Luis Ernesto Gómez, Ana María, también se ha llevado su tajada de la torta clientelista. Según el decreto 094 del 14 de enero de 2020, Gómez ha ejercido como directora de la Unidad Administrativa de Relaciones Nacionales e Internacionales en la Casa de Boyacá que es dependencia de la Gobernación de Boyacá con sede en Bogotá

Decreto

 

Pero esto no solo es de un lado para el otro. La Alcaldía de Bogotá ha nombrado en varios cargos del Distrito a colaboradores de Carlos Amaya. ¿Cómo no? Luis Ernesto Gómez, por ejemplo, puso el 14 de enero de 2020 a Germán Aranguren, exdirector jurídico de la Gobernación de Boyacá, como director jurídico de la Secretaría de Gobierno de Bogotá y a Suzanne Marie Valeri D'anglejan Chatillon, exasesora de la Secretaría de Cultura y Turismo de Boyacá, como asesora de Gobierno Distrital de Bogotá.

Pero no para ahí. El padrino de matrimonio también ha ido más lejos contratando al padrino de su hija, Carlos Amaya, como asesor en la alcaldía entre febrero y julio de 2020, después de ser gobernador de Boyacá y antes de iniciar su infructuosa campaña presidencial.

El objeto del contrato que firmó Amaya era para “prestar sus servicios profesionales especializados al despacho de la alcaldesa, para el seguimiento de los proyectos estratégicos orientados a la integración regional del Distrito Capital” por la bicoca de 90 millones de pesos. Una verdadera puerta giratoria entre Tunja y el Palacio Liévano.

Contratos

 

Ahora bien, es muy interesante que, desde el 10 de noviembre de 2021, Carlos Amaya enfrenta un proceso de responsabilidad fiscal por 4.300 millones de pesos en la Contraloría General que lo inhabilitaría políticamente. Qué gran coincidencia, por supuesto coincidencia, que ahora se dé la aspiración de la esposa de su padrino, tan cercana a él, para manejar esa misma entidad que lo investiga.

Sigamos.

Donde ha ido Luis Ernesto, también ha sido contratada su esposa desde antes de la gobernación. Gómez fue viceministro del Interior en el gobierno de Juan Manuel Santos durante la administración de Guillermo Rivera. Karol Dahiana González, su esposa, fue contratada como asesora del ministro del Interior, días después de la renuncia de Gómez. Una carrera de relevos la de este matrimonio.

Pare rematar, la hermana del exviceministro, Ana María Gómez, también fue contratada por el Ministerio del Trabajo, otra dependencia controlada en ese entonces por el Partido Liberal, como directora de Movilidad y Formación para el Trabajo. Un matrimonio y una familia que trabaja unida.

Terminemos.

La hoy candidata a la Contraloría, Karol Dahiana González, ha sido representante legal de una compañía llamada Tolk Colombia SAS. La empresa fue fundada en febrero de 2016 en la Cámara de Comercio de Bogotá, con un capital suscrito de 5 millones de pesos dividido en mil acciones ordinarias por ese valor.

Según el objeto social, la compañía presta asesoría y acompañamiento en la promoción y divulgación de marketing, contenidos digitales, campañas de publicidad y mercadeo en medios.

Lo más interesante es que la empresa de la candidata a la Controlaría tuvo varios contratos interesantes, lucrándose siempre con el erario público. Su compañía, pocos meses después de ser fundada, logró contratar con la Superintendencia de Subsidio Familiar en la administración de José Leonardo Rojas Díaz, quien ahora es el secretario de Gobierno del gobernador de Cundinamarca Nicolás García Bustos.

El primer contratico fue el 4 de mayo de 2016 por 55.687.500 pesos, el segundo con esa institución el 14 de febrero de 2017 por 77.962.500 pesos, y el tercero el 26 de enero de 2018 por 86.000.000 pesos.

Al mismo tiempo Tolk Colombia tuvo otros dos contratos con el Ministerio de Vivienda cuando Elsa Noguera manejaba esa institución. El primero fue el 15 de julio de 2016 por 32.866.667 pesos y el otro el 4 de mayo de 2017 por 51.040.000 pesos.

De ahí salió a contratar con el Ministerio de Transporte, en la administración de Germán Cardona Gutiérrez, con otros dos acuerdos, uno el 9 de octubre de 2017 y el otro el 25 de enero de 2018 que sumaron 70 millones de pesos.

Todo suma. Como debería sumar ahora, que está de última en el puntaje a su candidatura a la Contraloría, ser la esposa del padrino y su experiencia, no solo en las puertas giratorias, sino también en la consecución de contratos estatales. Eso debería darle unos puntos extras, por aquello que llaman la universidad de la calle en la política. Una especie de doctorado en exprimir el erario por medio del clientelismo y la contratación pública. Como diría el poeta Federico García Lorca: “Verde que te quiero verde”.

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En mi columna del domingo pasado titulada “Autocontralor” mencioné que el señor Carlos Hernán Rodríguez Becerra, también candidato a contralor general, aparece mencionado en el proceso No. 18429 de la Corte Suprema de Justicia del 28 de septiembre de 2001, por el delito de estafa. El señor Rodríguez Becerra me demostró que esa mención fue un error ya que se trata de un homónimo. Por eso, me siento en la obligación de rectificar esa información y pedir excusas a los lectores. Mi compromiso no es ser infalible, sino ser correcto. Y cuando los errores ocurren, que pueden seguir sucediendo, admitirlos y corregirlos. En cuanto a todos los otros elementos de la columna, me ratifico.

 

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