Velia Vidal
10 Junio 2022

Velia Vidal

En los libros

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Como apenas estoy aprendiendo inglés, elegí mis charlas en el Hay Festival de Hay on wye literalmente a ojo: donde venía un autor o autora afro y coincidía con mis fechas y horarios disponibles era donde quería estar. Luego intentaba comprender de qué se trataba y daba un vistazo al perfil de los invitados en internet, si no los había visto antes. Fue así como terminé escuchando a Bernardine Evaristo, Georgina Lawton, Musa Okwonga y David Olusoga. Este último tuvo varias intervenciones, pero a la que alcancé boleto fue una que tenía que ver con niños. Me pareció perfecto porque llevo varios años persiguiendo libros con representaciones afro, viendo su efecto en nuestros procesos de promoción de lectura y analizando cómo se tratan los temas, la imagen, así como las formas en las que replican o combaten los estereotipos y el racismo. 
En un auditorio que simulaba una noche estrellada los asistentes quedamos encantados con la presentación de la versión infantil de Black and British, un libro con el mismo nombre, que presenta los pormenores de la historia británica con relación a las personas africanas y del Caribe, demostrando una presencia de la gente negra y sus descendientes por varios siglos y en múltiples escenarios, señalando además los horrores de la trata de esclavos, el racismo y las muchas formas de discriminación. El autor, un historiador, escritor, locutor, presentador y cineasta británico-nigeriano, que además es profesor en la Universidad de Manchester, explicó que llegó a esta adaptación en gran medida motivado por los padres y madres que le pedían un libro que contara todo esto para niños y jóvenes.

Mientras escuchaba al autor pensaba en la pregunta que me han hecho varias personas a propósito de mi columna de la semana pasada: ¿Cómo hacer que los niños y niñas o jóvenes afro, raizales y palenqueros, e incluso los adultos afro se autorreconozcan? Una vez más, la respuesta está en los libros. Y es que el libro de David y otros que encontré en la librería del festival, apuntan directamente al conocimiento de la historia, al fortalecimiento de la autoestima y a la valoración de la voz propia. 

“A través de los libros, anidamos en la piel de otros, acariciamos sus cuerpos y nos hundimos en su mirada” dice Irene Vallejo en su Manifiesto por la lectura (Siruela 2021), y quizá esta sea una de las claves en la lucha antirracista: anidar en la piel, acariciar los cuerpos y hundirnos en la mirada de nosotros mismos o del otro racializado -cuando se es una persona blanco-mestiza-.

Tendrán que ponerse estos libros al alcance de todos y tendrán que ser muy cuidados en los puntos que refiero, como el manejo de la imagen, el abordaje de las temáticas o el uso de estereotipos. Podrán ser libros hechos por cualquiera, por supuesto, pero no podemos negar que es una oportunidad y hay un gran valor en que estos libros sirvan también para destacar voces y el talento de autores e ilustradores afro, quienes a su vez profundicen los cuestionamientos sobre las formas como somos representados en las letras y la ilustración.

El camino de los libros es además amoroso, con frecuencia libre de rabia, como es necesario según las palabras de Evaristo, y está hecho para durar en el tiempo; por eso no puede tomarse como una moda ni una simple apuesta comercial, sino que, tal como lo mencionaba la misma Bernardine, esta práctica de publicar la historia y las historias del pueblo afrocolombiano y sus autores, se debe incorporar naturalmente a la cultura. 

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