Mauricio Cabrera
5 Mayo 2022

Mauricio Cabrera

Esquizofrenia Liberal

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No fue ninguna sorpresa que el expresidente Gaviria y algunos parlamentarios del viejo Partido Liberal anunciaran su apoyo a Gutiérrez, el candidato del gobierno y el uribismo; ya lo habían hecho en 2018 apoyando a Duque. Lo que sí sorprendió fue que el mismo día hicieran público un documento con fuertes críticas al gobierno y con la reiteración de los principios liberales y socialdemócratas tan opuestos a la ideología y las propuestas de ese candidato. 

El documento, titulado COLOMBIA HOY, y firmado por César Gaviria como director del Partido Liberal, sorprende por sus durísimas críticas al gobierno Duque, sobre todo porque la bancada parlamentaria del liberalismo acompañó en el Congreso las principales iniciativas de este gobierno. 

La recriminación al gobierno y al mismo presidente es general y contundente y recuerda al combativo Gaviria que subía la voz para repetir varias veces “Uribe mentiroso”:

“Estamos concluyendo un gobierno que poco nos deja. Una administración contagiada de la serenidad imperturbable de un presidente que parece más un actor al que alguien le escribe el libreto”.

El juicio liberal al gobierno

Un principio básico del credo liberal es que el objetivo de la política económica debe ser mejorar el bienestar de la población y reducir las desigualdades. Con ese enfoque, el documento enjuicia duramente los resultados de la administración Duque:

“Estamos terminando un gobierno que muy poco ha hecho para mejorar nuestra economía, para promover la justicia social, para desarrollar el potencial de las regiones. Nada hizo para reducir la desigualdad. La solución estándar para cada sector o problema era entregarles los recursos de las reformas tributarias a los más ricos, tan escondidos de los ciudadanos como fuera posible”. 

Las graves consecuencias del manejo de la pandemia sobre el empleo y los ingresos de los hogares, que tanto aumentaron el hambre, la pobreza y la miseria, exigían una acción más decidida del gobierno, que no se dio:

“Los liberales creemos que, si alguna vez ha existido una ocasión en la que un gobierno ha debido jugársela todo por los pobres, por los desempleados, por los que sufren, es esta. Y aunque reconocemos que ha tomado algunas medidas positivas, también sabemos que se han quedado muy cortas, y que han llegado tarde”.

Y la explicación de esta respuesta insuficiente a la pandemia no es la falta de recursos, sino la orientación prorricos de todo gobierno de derecha:

“La débil situación económica ocurrida durante la pandemia es en gran medida consecuencia de un ministro de Hacienda que hizo totalmente a un lado los intereses de los más débiles, marginados y discriminados de la sociedad colombiana, para rodear de privilegios y beneficios a los ricos y poderosos”. 

En este punto se debe reconocer que el expresidente hace una dura autocrítica a sus parlamentarios que vendieron sus principios por la abundante mermelada que repartió el gobierno:

“En esta reprobable tarea tuvo el apoyo de la débil coalición de gobierno, construida a base de abundantes beneficios burocráticos y despilfarro sin límites de los recursos públicos”.

La conclusión es muy preocupante por la herencia que deja este gobierno a quien lo vaya a suceder:

“El gobierno dejará un inmenso hueco fiscal que va a exigir medidas muy severas para taparlo. El problema que el próximo gobierno va a heredar es gigantesco y la política de Duque de una gigantesca irresponsabilidad”.

También se quejan los liberales de incumplimiento del Acuerdo de La Habana, que la llamada “paz con legalidad” trató de hacer trizas:

“Nos dolió que el proceso de paz lo vio el gobierno y su partido con desdén, como un estorbo. Con este gobierno no comenzó la transformación de la sociedad colombiana que debía comenzar con la aplicación del Acuerdo. (…) Duque trató de suspender la creación de las curules de paz por iniciativa del secretario general de la presidencia. Para no hablar de sus objeciones a las funciones de la JEP…”.

La crítica se extiende a otros temas como el manejo de la protesta social, el manejo de los recursos públicos o de las relaciones exteriores, entre otros. Respecto de la protesta afirma que la causa de los paros es la pobreza y la desigualdad y por eso rechaza la opción de mano dura, -“se necesitan más negociadores que batallones”, dice-   que ha privilegiado el minDefensa.

En cuanto al manejo del Estado y sus recursos, es ácido su diagnóstico:    

“La profundización de la corrupción en la contratación pública, sin duda, nos ha puesto como una Nación al borde de ingresar a una unidad de cuidados intensivos sin cuerpo médico que la administre. (…) Es indispensable enfrentar la captura soterrada de algunas entidades del Estado por parte de mafias y organizaciones criminales, al parecer, con la complicidad del gobierno”. 

Y hace una referencia explícita a la modificación de la ley de garantías para usar recursos en la campaña electoral, que acaba de ser tumbada por la Corte Constitucional:

“El Ministerio de Hacienda insiste en minimizar trámites en el Congreso para manejar los subsidios con toda la libertad, violando la letra y el contenido literal de la Constitución”.

¿Qué hacer? Una coalición del centro progresista

Después de un diagnóstico tan pesimista, el documento liberal propone una salida política que es la ruptura con el caudillismo uribista y su partido para construir una coalición del centro progresista:

“No queremos la nostalgia de algún caudillo montado en su caballito: tratando de vender el mito que pretende que solo determinada persona puede gobernar el país... Debemos entender que solo partiendo de una rigurosa crítica de la tarea de gobierno actual (…) es el camino para la gran coalición de centro progresista que el país debe construir y anhela. 

No otros cuatro años de polarización, ni de vivir en función de las pujas del partido Centro Democrático y los otros partidos afines con el expresidente Uribe, que ha estado en el gobierno por 12 años, donde las recriminaciones y los odios han terminado por prevalecer sobre los verdaderos problemas del país”.

Esta conclusión parece un llamado a unirse con el centro de Sergio Fajardo o inclusive con el progresismo de Gustavo Petro. Se necesita un psiquiatra para que nos explique cómo es posible escribirla y al mismo tiempo anunciar el apoyo al candidato del Centro Democrático y el gobierno.

Una hipótesis es que son solo los congresistas enmermelados los que quieren estar con la candidatura de Gutiérrez, mientras que el documento refleja el verdadero sentir de las bases liberales que están con Fajardo o con Petro.

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