Johana Fuentes
6 Octubre 2022

Johana Fuentes

Esta vez tampoco fue

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La lluvia de críticas que recibió el gobierno al presentar la reforma política sin cambios en la estructura de la organización electoral (Consejo Nacional Electoral y Registraduría), rápidamente fue frenada con una promesa que también se incumplió: Apoyar la iniciativa de Humberto de la Calle y Ariel Ávila en ese sentido. 

Después de la vergonzosa elección de los magistrados del CNE –donde reencaucharon a varios quemados de las elecciones legislativas sin importar que sobre algunos pesaran serios cuestionamientos–, los senadores Ávila y De la Calle propusieron despolitizar este órgano creando un sistema de méritos para la elección de sus integrantes, como debería suceder en cualquier país serio. 

En su momento, la idea parecía tener acogida. Desde el ministro  del Interior hasta el presidente del Congreso, manifestaron su respaldo. “La reforma política tiene dos brazos: la reforma contra el clientelismo corrupto (lista cerrada paritaria con financiación estatal segura y equitativa) y la reforma al origen del Consejo Electoral ya radicada por De la Calle y otros que también será tramitada”, dijo Roy Barreras en ese entonces. 

Sin embargo, otro gallo cantó cuando se discutió el proyecto en la Comisión Primera del Senado. El ministro Alfonso Prada no apareció por ningún lado, tampoco se envió una señal contundente a los partidos de la coalición de gobierno. Es decir que Humberto de la Calle y Ariel Ávila –que ingenuamente creyeron que podían sacar adelante la reforma– se quedaron solos y fueron derrotados. 

Lo que sí sucedió es que algunos magistrados del Consejo Nacional hicieron una exposición de sus argumentos en contra de la reforma. César Lorduy fue uno de los más críticos. El senador Fabio Amín no solo aplaudió sus argumentos, sino que no dudó en resaltar las cualidades de Lorduy: “Quiero decir que no solo el CNE ganó un gran magistrado, el Congreso de la República perdió a un gran congresista”. Tal vez al senador Amín le falla la memoria y no recuerda que  Lorduy fue el que promovió el ‘mico’ en la Ley Anticorrupción que atentaba contra la libertad de prensa, o más grave aún,  fue acusado de homicidio culposo por la muerte de una joven en 1979 y su familia aún clama justicia. 

Para Amín el problema no es que los congresistas elijan a los magistrados del CNE, sino la conformación de la lista de elegibles, mejor dicho, el problema es que no se incluya a las personas adecuadas. Nos queda claro que a los amigos no se les ve ninguna tacha a la hora de escoger los nombres para esa postulación. 

De la Calle dijo que le sorprendía la resistencia al cambio en el gobierno del cambio. Por el contrario, no me sorprende. Si el gobierno de verdad hubiese tenido la intención de reformar el CNE y quitarle el manejo –del que hoy también se beneficia– a los partidos políticos, lo habría hecho de forma contundente en la reforma política, en vez de salirse por la tangente y usar de fachada a un proyecto que nació muerto. Tristemente esta vez tampoco fue. 

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