Weildler Guerra
2 Noviembre 2022

Weildler Guerra

Jorge Isaacs: el desengañado

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

La visión predominante en el país sobre la figura de Jorge Isaacs lo reduce a ser simplemente el autor de María, arquetipo de la novela romántica del siglo XIX. Jorge Luis Borges, quien escribió en 1937 una vindicación de dicha obra, afirmó que  al escritor colombiano se le llamó romántico porque era capaz de deplorar que el amor de dos bellas personas, jóvenes y  apasionadas, quedara insatisfecho. Sin embargo, el estudio de su vida nos muestra que emprendió diversos negocios con poca fortuna y ocupó también destacados cargos públicos dentro y fuera del país.

Se cuenta que en sus momentos de gloria el escritor Jorge Isaacs era afectuosamente reconocido en las fondas de los caminos, en los villorrios más recónditos, y en los círculos políticos de todo el país. Los niños de las escuelas le aclamaban y a su paso por diversos lugares leían poemas en su honor. Era entonces el primer Isaacs, el autor de María, la gran novela nacional conocida en todo el continente y que publicaría la editorial Harpers and Brothers en Nueva York.  Ello fue seguido años después por momentos en los que su nombre se fustigaba desde los púlpitos y le gritaban anticristo en las aldeas conservadoras.

Isaacs era considerado un emprendedor iluso por los hacendados del Valle del Cauca y el “autor de un solo libro” en los círculos literarios que le eran hostiles. Sus desventuras familiares, sus fracasos económicos y sus derrotas políticas pueden inspirarnos, sin embargo, una gran simpatía hacia este personaje que conoció la geografía nacional y a sus diversos grupos humanos como pocos colombianos lo han hecho. 

Más allá de María hay otro Isaacs o quizás muchos otros: el explorador visionario que promovió de manera temprana el aprovechamiento de las minas del Cerrejón, el seductor enamorado de mujeres emblemáticas de nuestra historia y el político que dio sustanciales giros ideológicos con los que cultivó extensas antipatías en el país.  Sus indagaciones de tipo etnográfico sobre los pueblos indígenas de la Sierra Nevada y el desierto guajiro se encuentran plasmadas en su Estudio sobre las tribus indígenas del Estado de Magdalena, publicado en 1884.  Isaacs recogió en dicha obra antiguas narraciones míticas de gran interés para el estudio actual de las cosmologías indígenas.    

Isaacs pudo sentir una atracción hacia la legendaria hermosura de Elvira Silva, la hermana del poeta José Asunción Silva, cuya inesperada muerte le sumió en una inocultable congoja y a quien compuso un sentido poema. En la obra biográfica, Verás huir la calma, escrita por María Cristina Restrepo desde la perspectiva de la esposa del escritor, se insinúa que este pudo sentirse cautivado por doña Soledad Román, la magnética esposa del presidente Rafael Núñez, a quienes solía visitar.  Su relación más apasionada, según se evidencia en sus escritos, pudo despertarla una “mujer de la naturaleza”, la joven wayuu Shajaira, a quien compuso un poema que el conventual gramático Miguel Antonio Caro descalificó públicamente por su carácter erótico.  El mismo Caro descalificó su obra etnográfica y le acusó de ser un “darwinista social”.      

Issacs moriría pobre en Ibagué en 1895. A lo largo de su vida se desempeñó como hombre de negocios, militar, escritor, investigador, viajero y diplomático. Su vida no se corresponde exactamente con las figuras románticas que plasmó en María pues, según Borges, Isaacs fue también “un político, un desengañado, es decir un hombre que no se la llevaba mal con la realidad. Fue también un militante activo por la paz de Colombia. Sus premonitorias palabras siguen vigentes hoy: “No siempre han de gastarse y perderse las fuerzas vitales y creadoras del país en luchas atroces, odios, escepticismos y desalientos que lo aniquilan y afrentan; ni siempre la barbarie, alardeando de autoridad y cultura, ha de ser estorbo, saña y celo parroquial”.

 wilderguerra©gmail.com

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí

Más Columnas