Luis Alberto Arango
16 Diciembre 2022

Luis Alberto Arango

La audaz propuesta de Petro para los jóvenes

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Hay que darle la oportunidad a la iniciativa del gobierno Petro que podría romper el círculo vicioso en el que se encuentran inmersos los jóvenes de las zonas de conflicto y de mayor pobreza en el país.


Uno de los discursos más interesantes que le he oído a Gustavo Petro, como presidente, fue el que hizo el pasado miércoles 14 de diciembre con motivo del balance del programa “Empleo hay” (1) y que se llevó a cabo en las instalaciones de la Zona Franca de Bogotá. El presidente Petro habló de una iniciativa de ambiciosas dimensiones que podrían lograr romper un círculo vicioso al que se enfrenta un importante grupo de jóvenes en Colombia. 

La iniciativa fue tergiversada en medios de comunicación por relacionarla infundadamente con la declaración del gobierno de nombrar gestores de paz a quienes hoy están privados de la libertad, por su participación en los desmanes y manifestaciones del año 2021. Hoy la discusión sobre esta iniciativa sigue incomprendida y parece estar en la esquina del desprecio y del desconocimiento de muchos ciudadanos y opinadores del país.

Petro propone darle un millón de pesos mensuales a cien mil jóvenes que habitan las zonas de más alta violencia en Colombia y de las regiones excluidas como el Urabá, barrios pobres de Cartagena, Montería y Barranquilla que “están llenos hoy de hambre”. Estos jóvenes no tienen relación con los más de doscientos que están privados de la libertad por los desmanes mencionados. La cifra no es nada despreciable pues significaría hacer transferencias de 1,2 billones de pesos del presupuesto nacional al nuevo programa.

En alguna parte del corre, ve y dile de los medios de comunicación hubo un teléfono roto y la noticia se interpretó como que a esos jóvenes privados de la libertad se les iba a pagar un millón mensual por su tarea de ser gestores de paz. Una ligereza por parte de los medios. Y ahí vino la confusión y la desviación de la importancia del programa. La culpa de la mezcolanza no solo es de los medios sino también del presidente Petro. Él quiere bautizar el nuevo programa como “Jóvenes en paz” mientras que la iniciativa relacionada con quienes están privados en la libertad se llama “Jóvenes gestores de paz”. Nombres compuestos muy parecidos, por eso es la confusión en los medios de comunicación y de las infundadas conclusiones que publicaron a raíz de las declaraciones del presidente. (3)

“En alguna parte del corre, ve y dile de los medios de comunicación hubo un teléfono roto…”.

Sin embargo, oír al presidente Petro en su presentación permite entender el verdadero alcance y justificación de la iniciativa (4). El propósito en palabras del presidente Petro es “…que un joven o una joven debe recibir un ingreso que permita vivir con cierta dignidad. Es decir, que en estas zonas permita competir al salario que entrega la organización criminal y que, a cambio, como contraprestación puede haber estudios que el Sena o en la universidad pública, se vuelven profundamente importantes y su sustentabilidad depende de que una vez elevado los niveles de estudio pueda haber trabajo”.

“Es decir, que en estas zonas permita competir al salario que entrega la organización criminal y que, a cambio, como contraprestación puede haber estudios que el Sena o en la universidad pública…”.

Programas similares existen en algunas ciudades del país y también fueron llevados a cabo en la alcaldía de Petro. Hoy, al mando de la alcaldía de Claudia López, Bogotá tiene un programa denominado “Parceros por Bogotá” dirigido a jóvenes entre 18 y 25 años en condición de vulnerabilidad y que durante seis meses tienen la posibilidad de recibir transferencias monetarias condicionadas por un valor de 500.000 pesos, si cumplen labores sociales con entidades distritales y se convierten en agentes comunitarios de prevención en su comunidad. (5)

En la alcaldía de Petro el programa se llamó “Jóvenes en Paz” y supuestamente benefició a 10.000 jóvenes en condición de vulnerabilidad total. No pude encontrar resultados de ese programa. En todo caso, la iniciativa de Petro va a utilizar el mismo nombre de su programa cuando fue alcalde. Aunque esta vez la dimensión va a ser muchísimo mayor en valor y en número de beneficiados. Petro ya había hablado de esta iniciativa hace tres meses, pero no tuvo mayor eco en medios. 

Al respecto encontré una crítica respetable de la periodista colombiana Diana Calderón de El País de España y que pueden ver en este enlace en un video de 3:40 minutos. Calderón cuestiona que dar ese dinero a los jóvenes es un incentivo perverso porque eso es corromper a los ciudadanos y al sistema en sí mismo y que competir contra el mercado laboral de la violencia es muy difícil pues este último paga más por seducir a estos jóvenes. 

Creo que es importante oír todas las críticas, pero también creo que hay que ampliar la visión para estudiar y aprender de iniciativas con características similares en el mundo. En Colombia hay cientos de miles de jóvenes con quienes no hemos cumplido nuestro contrato social si lo evaluamos bajo el espectro amplio de su significado según Jean–Jaques Rousseau. A los jóvenes los hemos dejado a su suerte y expuestos a una vida que pocas posibilidades tiene de un futuro promisorio, sin oportunidades de trabajo, con hambre diario, sin acceso a salud y expuestos al matoneo o a la seducción de las bandas delincuenciales. 

En los barrios pobres y marginales de las ciudades grandes y medianas de Colombia es donde debemos actuar tratando de romper los círculos viciosos y convertirlos en virtuosos. La iniciativa de Petro podría funcionar. Consiste en darles un dinero que pueda competir contra la remuneración que recibirían de parte de una organización criminal y que a cambio realicen estudios y busquen trabajo, con la tranquilidad de tener un mínimo vital garantizado, con el fin de incorporarse a la vida laboral legal.

Este futuro programa se relaciona más con un salario mínimo garantizado a una población específica y en estado de vulnerabilidad, que con un subsidio para que no trabaje. En el mundo se han hecho decenas de experimentos sobre la viabilidad y beneficios de entregar un ingreso mínimo garantizado. Pero nada a la escala que propone Petro y que, en todo caso, a pesar de no llamarlo un experimento, lo será. 

El primer experimento de este tipo fue hecho en 1974 en ciudades de la provincia de Manitoba en Canadá. El estudio se llamó “Mincome” y fue diseñado por un grupo de economistas que querían buscar mecanismos para prevenir la pobreza rural. Durante cuatro años le garantizaron a un grupo de familias canadienses un ingreso mínimo en esa época de aproximadamente 11.700 dólares anuales. 

Los economistas querían establecer si ese ingreso mínimo a familias más pobres podría garantizar una mejora significativa en su calidad de vida y si este ingreso desincentivaría, o no, sus ganas de trabajar, que era una de las mayores preocupaciones de los críticos. 

Desafortunadamente el estudio se detuvo en 1979 a causa de eventos políticos y económicos internos en Canadá. Nunca se supo el resultado de los cuatro años de estudio. En 2008 un grupo de investigadores analizó la información de lo sucedido con miras a evaluar los efectos en la salud de los participantes. En conclusión, bajaron las tasas de hospitalización y de visitas a consultas médicas, aumentó el número de adolescentes que completó su educación media bajando la tasa de deserción escolar, su bienestar general mejoró y por lo tanto el estrés y enfermedades mentales asociados a la falta de capacidad financiera disminuyeron. (6)

En la ciudad de Stockton en California se hizo un experimento similar. En 2019 dieron a 125 residentes seleccionados aleatoriamente y que tuvieran ingresos por debajo de la media de ingresos de la ciudad un estipendio no condicionado por la suma de 500 dólares mensuales, durante dos años, con el fin de establecer qué pasaba con variables asociadas a su vida, como la salud, su economía, empleo, bienestar general, etc. 

Los resultados del estudio son muy alentadores, significativos y pueden dar una idea de lo que podría pasar en Colombia. El estipendio incondicional les dio la tranquilidad financiera para concentrarse en buscar un trabajo de tiempo completo. Al inicio del estudio el 28 por ciento de los beneficiarios tenían un empleo de tiempo completo, un año después esa cifra subió al 40 por ciento. Mientras el grupo de control y que no recibió ese beneficio, tenía al iniciar el estudio un 32 por ciento de empleabilidad con tiempo completo y un año después subió apenas al 37 por ciento. 

“Los resultados del estudio son muy alentadores, significativos y pueden dar una idea de lo que podría pasar en Colombia”.

La salud de los beneficiarios del experimento mejoró y la depresión y la ansiedad relacionadas con las dificultades financieras se redujo, aumentando su calidad de vida. Esta situación de alivio financiero les permitió tener mejores oportunidades de autodeterminación, opción de elegir y decidir sobre su futuro personal y tomar riesgos para lograr metas más ambiciosas en sus vidas. (7) 

El programa de Petro, de llevarse a cabo, sería tal vez el experimento social más ambicioso que se haya visto en Colombia y posiblemente en el mundo. Colombia debe tomar riesgos con determinación para romper el círculo vicioso al que se enfrentan los jóvenes a quienes no les hemos cumplido, es decir con aquellos con quienes tenemos el deber de ceder en nuestras pretensiones individuales para darle paso a un interés colectivo superior que nos permita convivir en paz en pro del crecimiento y del bienestar de todos los ciudadanos del país. Y para ello no podemos dejar de lado a los jóvenes que más lo necesitan y que más expuestos están a caer en el espiral que genera el sifón de la violencia. 

A falta de otras soluciones, la propuesta de Petro no es descabellada. Creo, eso sí, que necesitará ajustes, supervisión técnica de expertos y un acompañamiento constante del sector privado y público para aprender de los errores que se cometerán sobre la marcha y corregirlos. Esta iniciativa debe ir acompañada también del apoyo del sector empresarial, con el decidido soporte estatal, para brindar oportunidades de empleo a los jóvenes y también para auditar el programa con el fin de que no vaya a quedar a merced de políticos corruptos que se aprovechen de él para esquilmarlo.

“…necesitará ajustes, supervisión técnica de expertos y un acompañamiento constante del sector privado y público para aprender de los errores que se cometerán sobre la marcha y corregirlos”.

 

(1) “Empleo hay” es un programa de empleabilidad para jóvenes en Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla impulsado por la Fundación Howard G. Buffett, la Cámara de Comercio Colombo Americana y la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional (APC-Colombia). Puede conocer más del programa en su sitio web https://empleohay.co/
(2) https://bogota.gov.co/mi-ciudad/integracion-social/abiertas-inscripciones-para-hacer-parte-de-parceros-por-bogota
(3) La Silla Vacía en su sección Detector de Mentiras publicó un artículo que aclara la confusión de los medios. Lo puede leer en este enlace. https://t.co/1jJkPc0knz
(4) Pueden ver el evento a partir del minuto 32 aproximadamente en este enlace de YouTube: https://youtu.be/1zt_Xc1Ja84. La intervención de Petro es en el momento 1 hora con 2 minutos aproximadamente. Vale la pena oír todo el evento, el contexto del mismo da una dimensión de la importancia de la propuesta del presidente.
(5) https://bogota.gov.co/mi-ciudad/integracion-social/abiertas-inscripciones-para-hacer-parte-de-parceros-por-bogota
(6) https://www.bbc.com/worklife/article/20200624-canadas-forgotten-universal-basic-income-experiment
(7) Un resumen sobre este experimento se puede leer en este link https://www.npr.org/2021/03/04/973653719/california-program-giving-500-no-strings-attached-stipends-pays-off-study-finds. El experimento tiene su propia página web en donde leer sobre cómo hicieron el estudio y sus resultados. https://www.stocktondemonstration.org/

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