Luis Alberto Arango
18 Febrero 2022

Luis Alberto Arango

Lo mismo pasa con los abogados

Los buenos abogados merecen admiración, para los otros -como mínimo- una sanción.

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A propósito de la columna de la semana pasada “El contador barato sale caro”, un abogado me comentó: «Lo mismo pasa con los abogados».  ¿A qué se refería exactamente? El espectro de la respuesta es muy amplio y valía la pena explorarlo.

Comencé buscando estadísticas públicas. Comparando las sanciones de abogados y contadores en Colombia las cifras son muy interesantes. Abogados activos en Colombia hay 344.000 a corte del año 2020. Y contadores, tal y como lo mencioné en la columna anterior, hay cerca de 280.000. Con esas cifras en mente, hay indicadores llamativos.

A pesar de que hay más abogados que contadores, a razón de 1.22 abogados por cada contador, la proporción de abogados sancionados versus contadores es mucho más alta. En cifras gruesas y en años previos a la pandemia del covid-19, por cada contador sancionado hubo 11 abogados sancionados en Colombia.

Hasta 2019 el promedio reciente de abogados sancionados era de 1.100 a 1.200 por año. Cuando me refiero a sancionados incluyo a los suspendidos, excluidos, multados, etc. En cambio, los contadores sancionados han oscilado, en los últimos 10 años, de 20 a 130 por año. Cifras muy inferiores a las de los abogados.

En el año 2020 el número de abogados sancionados cayó dramáticamente a 632, seguramente debido a la ralentización de la actividad empresarial y judicial ocasionada por la pandemia del covid-19. Por su parte, el número de contadores sancionados en ese mismo año fue de apenas 22.

Dentro de poco, es muy probable que la lista de sancionados la encabece el abogado Majer Abushihab quien en días pasados quedó al descubierto como la persona que filtró, en contravía de la orden de un magistrado, el video de una declaración de la exsenadora Aida Merlano ante la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia. Pueden ver más detalles del caso en este [link] 

La gran diferencia entre abogados y contadores sancionados, creo yo, que no es porque el Consejo Superior de la Judicatura (CSJ) sea más estricto que la Junta Nacional de Contadores (JNC), sino porque los abogados están más expuestos al escrutinio por las faltas más diversas y no tanto así los contadores.

En un caso extremo, si un contador llega alicorado a una reunión importante en la empresa para la que trabaja recibirá un fuerte llamado de atención, una tarjeta amarilla por parte del empleador y lo devolverán a la casa. En el peor escenario lo despiden, pero dudo que por eso la Junta Nacional de Contadores lo sancione. 

En cambio, si un abogado llega embriagado a una audiencia judicial su actuar sí es sancionable. De eso dio cuenta una sanción proferida por el CSJ en 2017 contra el defensor de un acusado que llegó en estado de embriaguez a la audiencia de acusación. Como parte de su testimonio, el litigante manifestó que “efectivamente había ingerido alcohol y no se acordaba lo que había sucedido ese día. Bochornoso.

Sin embargo, hay fallas menos visibles y vergonzosas, pero no por eso menos importantes. Por ejemplo, cobrar honorarios excesivos al cliente aprovechándose de su ignorancia o inexperiencia, impedir el desarrollo de un proceso, actuar de mala fe, etc. 

La ley colombiana obliga a los abogados a ceñirse a los más altos estándares éticos de comportamiento, de lealtad, de decoro profesional y de respeto para la recta y leal realización de la justicia y los fines del Estado.

A juzgar por las cifras de sancionados, la mayoría de los abogados en Colombia ejercen su profesión con altos estándares éticos y profesionales. Lo peligroso es caer en manos de un abogado que cree que se las sabe todas, que engaña a los clientes haciéndoles pensar que un caso es muy simple de resolver y no lo es, o lo que es peor, uno que da un mal consejo. 

Para estos últimos, los más peligrosos de todos, solo existen como defensa la experiencia, las corazonadas, el sentido común y consultar una segunda opinión.

Los abogados baratos también salen caros. Malos abogados ofrecen malos consejos y malos consejos, indiscutiblemente, conducen a malas decisiones y malas decisiones usualmente traen altos costos.

En general los buenos abogados nunca serán costosos. Y para evitar abusos, sus tarifas están fijadas por el Colegio Nacional de Abogados y gracias a ello el ciudadano del común puede revisar la razonabilidad del cobro de sus servicios.

Aunque también hay excepciones. Abogados especializados, con mucha experiencia, reputación, historial de casos de éxito o con alta exposición en medios, cobran mucho más que la tarifa regulada. Pero esa es otra historia y seguramente trataremos el tema en futuros escritos. 

En todo caso y dados los estrictos estándares éticos y profesionales a los que están sujetos, los buenos abogados merecen toda la admiración. Para los otros, los malos abogados, ojalá que los sigan sancionando o que les prohíban ejercer su profesión.

Caso de estafa:

Estoy recopilando información para hacer más visible y advertir a empresarios sobre una estafa que se hace suplantando a la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia. Han estafado a más de 220 empresas en Colombia durante los últimos cuatro años. Calculo que la suma de estafas supera los 10.000 millones de pesos. La hacen mediante órdenes de compra falsas a nombre de la federación y seguramente de otras grandes empresas. 

Si usted ha sido víctima de esta estafa y puede contarme su caso, o tiene información acerca de él, por favor escríbame a columnaluisarango@gmail.com

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