Weildler Guerra
10 Noviembre 2022

Weildler Guerra

Maracaibo: el cierre de un ciclo

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El cierre del ciclo conmemorativo de la independencia en Colombia y Venezuela se dará en julio de 2023 con el Bicentenario de la Batalla naval de Maracaibo. Esta contienda naval consolida desde lo militar el proceso de nuestra independencia, pues casi cuatro años después del triunfo de Boyacá, la flota española aún estaba en condiciones de poner en peligro lo alcanzado en la lucha contra el régimen colonial español. La máxima figura de Maracaibo fue el general José Padilla López, un auténtico pardo en el que confluían los orígenes africanos e indígenas de sus progenitores. Padilla ha sido habitualmente presentado como una figura menor y controvertida de nuestra historia. Sin embargo, pocos personajes de la época igualan sus méritos en favor de la consolidación de la república. Es injusto que muchos colombianos ignoren su nombre y su papel en la gesta independentista.

Padilla participó en la gran batalla naval de Trafalgar en 1805, en la toma de Cumaná en 1816, en la campaña de Casanare en 1817, en el desembarco de Riohacha junto con las tropas irlandesas en 1820, en la sangrienta batalla de Ciénaga ocurrida ese mismo año y en las principales acciones militares que permitieron la recuperación de la plaza de Cartagena durante 1821. Fue dos veces senador de la república y en esa condición radicó el proyecto de ley que crea la marina nacional. Bolívar lo llamaba entonces el hombre más importante de Colombia. Sin embargo, ordenó su fusilamiento en Bogotá en octubre de 1828.

La figura de Padilla fue rehabilitada el 9 de noviembre de 1831 por el presidente José Ignacio de Márquez. Este consideró mediante un decreto que dicho general, fue víctima de un asesinato judicial y que “cada uno de los individuos de la nación reconoce en su conciencia la arbitrariedad del procedimiento”. Padilla es recordado hoy a través de los canales de la historia y de la memoria lo que genera registros distintos acerca del mismo personaje. En su consejo de guerra fue claro al dar sus señas principales. Tengo cuarenta y cuatro años, soy natural de Riohacha y mi rango es general de división. Añadió que era católico. Hijo de madre indígena, Padilla combatió a las huestes realistas de su tío, el experimentado guerrillero guajiro Miguel Gómez. No era un mulato como habitualmente se le describe y no se conoce un solo documento en el que firmara como José Prudencio.

Este general buscó la equidad social en las esferas pública y privada de los llamados “pardos” discriminados por la élite de origen hispánico. También se propuso, sin encontrar apoyo, la liberación de Cuba y Puerto Rico. La conmemoración que se realizará el 24 de julio de 2023 no debe limitarse a la presentación de simples ofrendas florales. Será una buena oportunidad para que las dos repúblicas reflexionen y honren la idea de Colombia, un proyecto histórico que las une. No de la Gran Colombia que solo es una expresión retórica y estimula la confusión. En nuestro caso dicho esfuerzo debe poner en marcha una pedagogía ciudadana acerca de la noción original de Colombia, un país que, aunque hoy se asocia con dicho nombre, con frecuencia actúa dentro una perspectiva aldeana, virreinal y neogranadina.

wilderguerra@gmail.com

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