Weildler Guerra
6 Octubre 2022

Weildler Guerra

Más allá de lo simbólico

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La Contraloría General de la República advirtió, mediante un comunicado de prensa, sobre presuntas deficiencias en el cumplimiento de los acuerdos logrados en mingas indígenas y paros cívicos. El ente de control concluye que no se dispone de planes de carácter estratégico dirigidos a resolver las necesidades que motivaron estas movilizaciones sociales. Esto viene desde hace varios años. Sin embargo, como la administración pública es una sola, este legado de incumplimientos acumulados ya es responsabilidad del nuevo mandatario que en algunas horas cumplirá dos meses de haber asumido el cargo.

Sin la menor duda esta situación hará parte de la agenda en las relaciones del presidente con los pueblos indígenas. No olvidemos que durante los primeros días de agosto Gustavo Petro realizó una posesión ancestral, como fue llamada, ante las autoridades de los arhuacos. Dicho acto puede interpretarse como la voluntad de un presidente de comprender la nación en su amplia diversidad. Ya había precedentes de actos similares realizados allí como el ritual de posesión de Juan Manuel Santos en el 2010. La escogencia de la Sierra Nevada de Santa Marta no era una decisión arbitraria. Los picos más altos del país se encuentran allí y este macizo, aislado de los Andes, fue declarado por la Unesco como Reserva de Biosfera y Patrimonio de la Humanidad hace varias décadas. La literatura etnográfica ha contribuido también a difundir la imagen mística de este territorio y de sus habitantes, vestidos con túnicas blancas, como una especie de Tibet colombiano.

Las expectativas de los pueblos indígenas con respecto a este gobierno son altas y la agenda de temas puede variar para cada territorio: tierras, agua, malnutrición, cultivos, competencias ambientales, reforestación, minería, trasferencias eléctricas, seguridad humana, protección de lugares sagrados, entre muchos otros. En contraste, en materia de derechos políticos y culturales las demandas son comunes a todos los pueblos indígenas. Algunas disponen de un marco normativo y no han sido llevadas a la práctica en anteriores gobiernos por ser contrarias a poderosos grupos de intereses económicos o políticos o por simple carencia de voluntad. En lo concerniente a la Constitución se encuentran temas complejos como el de ordenamiento territorial y autogobierno, la articulación de las jurisdicciones especiales indígenas y lo relacionado con la posibilidad de la doble nacionalidad de grupos étnicos que habiten territorios fronterizos. Se requiere decisión para hacer realidad lo contemplado en la ley de lenguas nativas y sus disposiciones en los campos de la justicia, la salud, la educación, la cooperación entre Estados vecinos y las comunicaciones.

El gobierno ha designado a miembros de los pueblos indígenas en altos cargos. Ello implica la complejidad de cogobernar. No obstante, puede haber sectores comunitarios impacientes después de años de espera. El curso de la situación dependerá también del ritmo de aprobación de las reformas legales y de la eficacia en la respuesta administrativa.

La foto de la posesión ancestral de Petro es muy diciente. Mientras el presidente electo muestra una actitud de recogimiento espiritual, un indígena arhuaco lo mira con intensidad. Sus ojos hieráticos asumen que ambos comparten una común valoración de la palabra como garantía de compromiso social. Por lo que ello significa, este gobierno tendrá que ir más allá de lo simbólico.

wilderguerra@gmail.com

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