Valeria Santos
20 Abril 2022

Valeria Santos

Más allá de toda duda

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

Colombia no necesita que el expresidente Álvaro Uribe Vélez le siga pidiendo perdón a Dios en Semana Santa, ni rezándole a la Santísima Virgen. Tampoco tiene que seguir repitiéndoles a los colombianos que no ha robado, ni que ama a la patria. 

Lo que nuestra democracia requiere es conocer la verdad judicial, más allá de toda duda, sobre su proceso penal, ¿el expresidente Uribe autorizó el ofrecimiento de beneficios económicos y jurídicos a testigos para que cambiaran sus declaraciones?

Catorce meses ha durado la audiencia de preclusión en el caso por fraude procesal y soborno de testigos. Se espera que la juez de conocimiento, por fin, tome una decisión la próxima semana. El fiscal Gabriel Jaimes, considera que no hay méritos para ejercer la acción penal, por lo que solicitó la preclusión, aunque la Corte Suprema de Justicia unánimemente haya considerado que la conducta del expresidente fue tan reprochable y peligrosa para la correcta administración de justicia que era justo interponerle una medida de aseguramiento. 

La contradicción entre la Fiscalía y la Corte Suprema es tan profunda, y las audiencias han sido tan extensas y complejas, que el país solo puede conocer la verdad si no se acepta la preclusión, se acusa y se permite que el proceso llegue a un juicio final.

La preclusión es una forma de extinguir la acción penal cuando de manera objetiva, leal y más allá de toda duda razonable se dé una de las causales de preclusión. Según la Fiscalía, no habría mérito para acusar por la causal de atipicidad. El fiscal Jaimes argumentó que las conductas analizadas dentro del proceso no tienen la característica de delito y las que sí lo tienen no se le pueden atribuir al expresidente Uribe.

Para que la juez de conocimiento acepte la preclusión por atipicidad debe estar segura, sin ninguna duda y tener plena certeza de que el expresidente no manipuló testigos. La juez, entonces, debería sustentar su decisión, demostrar que la ausencia de responsabilidad es manifiesta y explicarle al país las siguientes incógnitas:

¿Por qué el abogado del expresidente, Diego Cadena, visitó en La Picota a Juan Guillermo Monsalve, testigo en contra de Uribe en los procesos por paramilitarismo, y le ofreció ayudarlo con beneficios como impulsar su caso en Justicia y Paz o ayudarlo con un recurso de revisión? 

¿Por qué, justo después de este ofrecimiento, en la grabación realizada por Monsalve con un reloj, se escucha a Cadena, en tono desesperado, amedrentarlo con que hay que firmar un documento para esclarecer unos hechos antes de que se venza un recurso?

¿Por qué en la misma grabación se escucha al secuestrador Enrique Pardo Hasche pedirle a Monsalve que se ponga del lado del presidente Uribe? 

¿Por qué Cadena le dice a Pardo Hasche que él “pre” avaló la propuesta de ofrecerle a Monsalve la revisión de su proceso?

¿Por qué, si el fiscal Jaimes estima que la grabación del reloj no puede ser prueba por no estar completa, la misma Fiscalía sí la tuvo en cuenta en la investigación en contra del abogado Cadena?

¿Por qué la Fiscalía solicitó medida de aseguramiento en contra de Cadena y solicita una preclusión para el expresidente por los mimos hechos?

¿Por qué el paramilitar Carlos Enrique Vélez sostiene que testificó en contra del senador Iván Cepeda por los beneficios económicos que le ofreció Cadena? 

¿Por qué Cadena le entregó cerca de 40 millones de pesos a Carlos Enrique Vélez?, ¿es creíble que fue para una labor humanitaria?

¿Por qué la paramilitar Eurídice Cortés aseguró que Cadena le dio 700.000 pesos de viáticos para buscar a paramilitares que testificaran a favor del expresidente Uribe?

¿Por qué Fabián Rojas Puerta, miembro de la UTL del expresidente Uribe, se reunió con el director de la cárcel de Cómbita y con Diego Cadena?, ¿es cierto que fueron a buscar testigos para que declararan a favor del expresidente?, ¿es cierto que después de esta reunión fueron al apartamento del entonces senador Uribe?

¿Por qué el entonces representante Álvaro Hernán Prada le pidió a alias Caliche, amigo de Monsalve, que lo convenciera de que se retractara en favor del expresidente Uribe? ¿Es correcto que Prada y Caliche llamaron juntos al expresidente Uribe?

Y, por último, ¿por qué el expresidente Uribe, teniendo a dos de los abogados más poderosos del país, Jaime Lombana y Jaime Granados, decide contratar a última hora a un abogado tan cuestionado como Diego Cadena, alias el abogángster?  

Estas y muchas otras preguntas tendrá que resolver la juez antes de decidir aceptar la preclusión de la acción penal. También deberá tener en cuenta que esta no es la primera vez que, presuntamente, el expresidente manipula testigos. La Corte Suprema de Justicia alertó que había una sistematicidad en las conductas del hoy imputado expresidente. 

La Corte Suprema de Justicia alertó que había una sistematicidad en las conductas del hoy imputado expresidente.

Para sustentar la medida de aseguramiento en contra de Uribe, la Corte Suprema recordó varios episodios como cuando Juan Guillermo Villegas, un amigo del expresidente, según informes del CTI de la Fiscalía de 2015, llamó reiteradamente a la familia Monsalve para dirigir las declaraciones que tenían que dar ante la Corte. 

También recordaron los magistrados cuando en el proceso en contra de Mario Uribe se presentó una carta con la firma de alias Tasmania denunciando presiones del magistrado Iván Velásquez. Tasmania declaró haber sido engañado y no conocer el contenido de la misiva. 

Otro episodio que recordó la Corte fue cuando apareció una carta que supuestamente había redactado el paramilitar Francisco Villalba retractándose de las declaraciones que le había dado a la Fiscalía sobre la responsabilidad del expresidente Uribe en la masacre del Aro. Según Villalba, él nunca se retractó, le tendieron una trampa haciéndolo firmar una hoja en blanco. 

La verdad la tendrá que descubrir la juez. Una verdad oculta y difícil, sepultada por intereses oscuros que acompañan un proceso traumático para el país. Una verdad que solo podrá ver la luz si transita por las reglas de las instituciones y del derecho. 

Por eso para declarar la preclusión la juez no puede tener ninguna duda sobre la inocencia del expresidente. Como tampoco puede tener duda alguna de que el expresidente cometió los delitos para condenarlo. El proceso merece llegar a juicio, y si el expresidente Uribe es culpable, la Fiscalía tendrá que demostrarlo más allá de toda duda.

Más vale que el proceso en contra del expresidente Uribe se decida en derecho, ni el estado de opinión, ni el Gobierno y sus amigos, ni las entidades que actúan para protegerlo pueden ejercer ninguna presión sobre nuestros jueces de la República. 

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí

Más Columnas