En 2002, el entonces alcalde de Urumita, La Guajira, Enrique Lopéz Lora, apropió para el municipio un terreno de diez hectáreas que supuso baldío, mediante la Resolución No. 175 de 2002. Luego, mediante escritura pública No. 310 de 2002 se lo entregó al Instituto Agrícola de Urumita, sin el visto bueno ni de la Gobernación de La Guajira ni de la Asamblea Departamental. Esta diligencia la llevó a cabo en sociedad con el rector de la entidad, el señor Albert Fragozo Cuello a pesar de que este no era el representante legal de la entidad.
Según la escritura pública No. 248 del 21 de octubre de 1960 de la Notaría de Riohacha, este lote pertenece al departamento a través del señor Jesús Martínez Tejedor, y no es un baldío como lo quiso hacer ver, en su momento, el exalcalde Lopéz. Él, junto al rector del instituto, se lo robaron al propietario legítimo del predio, La Guajira. Sin embargo, esto es solo un dato del problema. Hoy, la familia de Diazgranados, de amplia trayectoria política en la región Caribe, en sociedad con el cantante Silvestre Dangond, buscan hacer un importante negocio con este predio, usando como fuente de financiación las regalías que ya otros congresistas han usado para hacerse ricos.
La cosa es así:
Daniel Coronell, junto a la senadora del Pacto Histórico, Esmeralda Hernandéz, expusieron el desalentador panorama del manejo de los recursos de las regalías y cómo estas se convirtieron en el botín de contratos a dedo por un cartel de contratistas que se aprovechan de la lejanía de los municipios y la incompetencia de las autoridades para actuar en esa Colombia profunda en la que políticos y contratistas se juntan para quedarse con todo.
Así pasa en Urumita, en la que opera una estructura que viene desde el Congreso de la República, y es liderada por el clan Diazgranados ¡Que pasen los desgraciados!
La familia Diazgranados es una de las mayores beneficiadas de esta estructura que está llena de lobistas, políticos y contratistas que les da una gran ventaja a la hora de aprovechar para inflar su fortuna gracias a esta falta de transparencia en la contratación pública. Ahora, aparentemente ayudados por el cantante Silvestre Dangond están tratando de usar el predio que se le entregó, de forma irregular, al Instituto Agrícola de Urumita para construir una villa deportiva.
Según fuentes, en una parranda en Valledupar, el hermano del señor Carlos Miguel Diazgranados se encontraba preocupado, pues necesitaba un alcalde para sacar adelante un proyecto de unas villas deportivas que ya habían gestionado gracias a su poder en el Congreso de la República, solo les faltaba la calavera para firmar y ejecutar el negocio. Ya tenían listo el lobby con el exdirector del DNP, Luis Alberto Rodríguez, y el contratista, Chesman Barros, consentido del Diazgranados, solo faltaba la entidad que contratara.
Y es en ese momento en el que hace su aparición afrodisiaca el hijo insignia de Urumita, el cantante Silvestre Dangond, quien propuso que este proyecto fuera ejecutado en su municipio, ya que allí contaban con un alcalde amigo, Uriel Guerra Molina.
Con el afán de contratar a Chesman Barros y apoyar la posible candidatura del señor Iván Daza a la alcaldía de Urumita, quienes son grandes amigos de Silvestre, dicho por el mismo en sus canciones “Y los que nunca dudan de la amistad de mi compadre Iván Daza, y Chichi Barros”, se ejecutaron todo tipo de irregularidades.
Gracias al convenio Pacto Territorial Cesar-La Guajira se abre a las carreras el proceso de licitación No. LP-003 -2022 cuyo objeto era: LA CONSTRUCCIÓN DE VILLA DEPORTIVA EN EL MUNICIPIO DE URUMITA, DEPARTAMENTO DE LA GUAJIRA por un valor de 24,858,000,00 de pesos, proceso que debido a las irregularidades se suspende.
Como el lote se encontraba en “propiedad” del colegio, a pesar de las advertencias de la Secretaría de Educación de La Guajira en la resolución 215 del 2021 el rector, Juan Claudio Molina Liñan, asume facultades de diputado y gobernador devolviéndole el lote al municipio, lote que ni era del colegio y nunca fue del municipio. A los tres días sin explicación alguna tal chanchullo fue avalado por el Ministerio del Deporte del gobierno Duque.
Al darse cuenta de que el terreno no era baldío, el alcalde intentó legalizarlo con documentación falsa en complicidad con el gobernador de La Guajira a través de una ordenanza, pidió autorización a la Asamblea Departamental para realizar una donación al municipio del respectivo lote. No se tramita correctamente.
Todo esto con el aval del exdirector del DNP, Luis Alberto Rodríguez Ospino, famoso por su inexplicable mansión en la ciudad de Valledupar, curiosamente construida durante el escándalo de Ocad-Paz. Rodríguez se hizo el “loco paranoico” ante las irregularidades presentadas en el proceso de la villa deportiva, tiene sentido su actitud omisiva cuando se recuerda que es un gran amigo del cantante Silvestre Dangond.
El alcalde Uriel Guerra sigue con el ánimo de contratar tal villa deportiva. Hoy intenta ocultarle tal entramado al gobierno de Gustavo Petro, y al parecer lo están logrando. Hace cuatro días, en una entrevista para el medio oficialista GRAMA, la secretaria de Planeación de Urumita afirma que el viceministro de Deporte, Carlos Iguarán, los apoyará en la gestión proyecto de la villa deportiva. Intenté contactar con el alcalde Uriel, me respondió que se encontraba de viaje y a la hora de enviar esta columna no ha llegado a su destino, a su vez intenté contactar a Silvestre Dangond pero el mánager me comentó que se encontraba grabando una novela, en otras palabras, está ocupado.
¿Petro va a permitir que los recursos de las regalías se continúen usando como fuente de inexplicables fortunas?