Alejandro Villanueva
3 Marzo 2022

Alejandro Villanueva

¡Nos vamos a volver socialchauvinistas!

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

En un país donde la delincuencia común atemoriza constantemente a la ciudadanía, es mucho más fácil retomar nuestro folclor narrativo y crear leyendas de personajes siniestros para poder así, echarles la culpa. El enemigo: los venezolanos. Es necesaria una amenaza que una a todos y todas, que impulse ese sentimiento patriótico y reemplace la lucha de clases interna apuntando la amenaza mayor, por un momento, reemplazando el “usted no sabe quién soy yo” por el “váyanse para su país”. 

Cuando se usa la nacionalidad como adjetivo y sujeto a los hurtos, se crean barreras que terminan eximiendo a los mayores responsables de esta misma, reproduciéndola como un problema migratorio. ¿Por qué sufrimos delincuencia común? Los debates de dignidad laboral, control migratorio, acceso a la justicia, políticas públicas y salud no tienen importancia desde que ese enemigo siga ahí acechando y esperando a ser derrotado. 

Pareciera que Colombia se acordara de la crisis humanitaria de nuestro vecino país a la hora de hacer política amenazando sobre un posible espejismo, pero hasta ahí. Ignora que se tiene una deuda histórica con Venezuela en temas migratorios. ¿Qué se le pide a un país sin memoria? Hoy, dar esa “mano” a los migrantes es la supuesta razón de la inseguridad. Pero tal rechazo no va hacia la delincuencia, el ladrón, que puede ser colombiano, italiano, panameño, mexicano y hasta gringo da igual. El problema es ayudar a los venezolanos, “porque vienen a robar, violar y asesinar”.  

twitter

Curioso es cómo esas mismas personas que llegan a pensar así, son las mismas que sacaban historias en sus cuentas de Instagram llenas de seguidores comprados llamando racista a Donald Trump porque afirmó sobre los latinos lo mismo que estos afirman de los venezolanos. Son las personas recalcitrantes que justifican la propuesta de Claudia López: crear una policía especial para venezolanos, las que se ofendieron por la caricatura creada por PAD´R y replicada (fotomontaje) por la exembajadora de Unicef Nicolette van Dam: “Ay, los colombianos no somos así, somos más que el perico”. 

caricatura

En el libro Violence de Slavoj Žižek, a través de un análisis de los planteamientos de Lacan se expone un cuestionamiento al racismo con su paradójica contradicción a lo “políticamente correcto” que fácilmente se puede copiar y pegar al contexto de la tasa de criminalidad colombiana, sus políticas para contrarrestar y comunicar esta misma.

Las ruedas de prensa por parte de altos funcionarios del Estado con su respectiva exposición en medios de comunicación tienden a ser patológicas, donde si bien los hechos son ciertos: se está robando, matando, estafando, y la percepción de inseguridad en ciudades fronterizas como Bucaramanga sigue creciendo. 

 

Esto hace que se cree la necesidad política de presentar resultados, así sean en indicadores o trinos redactados mientras se encuentran en estado de embriaguez. Pero esto no muestra más que la misma  incapacidad de los gobernantes para mantener un verdadero orden. Recurren a enunciados subjetivos e incendiarios, donde lo que termina siendo atractivo de la noticia no es lo sucedido, si no la nacionalidad de los actores. Una validación estatal para ciertas personas que se mueren por decir: "Ve, los venecos son unos hijueputas, ladrones, lacras que necesitan ser asesinados a través de una limpieza social".  

Y ahí es cuando sale esa manada de populistas de derecha que en vez de basar sus pensamientos en análisis literarios y económicos, se leyeron Mi confesión de Carlos Castaño, a cumplir con el profundo deseo de los ciudadanos: ¡Acabemos con estos venecos!  Pero eso sí, con los pobres, a los ricos los quieren contratando, invirtiendo y asesorando campañas políticas mientras toman whisky japonés. La cosa no es no decir que los venezolanos, o, la nacionalidad que sea, se encuentran cometiendo crímenes, es evitar la posición subjetiva a través del enunciado tanto en las noticias como en las declaraciones. No tiene sentido comunicar que están acabando con la violencia cuando la misma comunicación la genera.

valla 1
valla 2

En Bucaramanga después del asesinato de Nickol Valentina y las declaraciones del alcalde Juan Carlos Cárdenas, en que enfatizó sobre la nacionalidad del hombre capturado como presunto asesino, comenzaron a circular panfletos como el de la fotografía. Vuelven las amenazas de limpieza social generadas en el odio hacia un sector de la población, una muestra más de la completa desconfianza hacia las instituciones y absoluta ignorancia e intolerancia de la ciudadanía. 

Panfleto

 

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí

Más Columnas