Johana Fuentes
5 Septiembre 2022

Johana Fuentes

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Reza un dicho popular que “desde el desayuno se sabe cómo será el almuerzo”, y le cae como anillo al dedo al Pacto Histórico y a la situación de Álex Flórez, el senador que esta semana estuvo en el ojo del huracán por insultar –casi sin poder sostenerse por los efectos del alcohol– a miembros de la Policía a las afueras del Hotel Caribe en Cartagena. En su corta carrera como funcionario público, Flórez ya ha dado de qué hablar y no precisamente por su buena gestión. Lamentablemente, este no es el primer episodio cuestionable y vergonzoso en el que se ve envuelto. 

El más reciente ocurrió durante la campaña a la Presidencia, en un evento en la plaza pública en Medellín. Álex Flórez –haciendo gala de su patanería– quiso sacar a codazos de la tarima a su copartidaria Susana Boreal delante del entonces candidato Gustavo Petro. Inicialmente negó todo y lo calificó como un chisme, por fortuna el incidente quedó grabado en un video que no solo causó indignación en redes sino que sirvió para que varias mujeres del Pacto denunciaran que el exconcejal –y cuota de Daniel Quintero– tenía comportamientos misóginos. No le quedó de otra que disculparse, aunque aún dice, sin arrepentimiento, que esos son gajes del oficio cuando se está en campaña. 

Esa misma semana Álex Flórez se vio involucrado en una denuncia de violencia de género en la que supuestamente habría agredido a su expareja Johana Peláez, el 18 de febrero de 2021, como quedó registrado en su historia clínica. Tras esa publicación Flórez y Peláez difundieron una carta firmada por ambos en la que pedían prudencia y no desviar el debate electoral.  Algunas voces dentro del Pacto pidieron que fuera excluido de la lista, sin embargo, Gustavo Petro lo defendió en una entrevista en La W Radio diciendo: “Toda persona comete errores”, refiriéndose a lo de Boreal. La violencia intrafamiliar la desestimó por el hecho de que existía un comunicado conjunto al respecto. 

Esos no son los únicos cuestionamientos que pesan sobre el senador. Cuando fue concejal de Medellín estuvo envuelto en un escándalo por chocar en dos oportunidades las camionetas que tenía asignadas. A esto le salió al paso diciendo que no era él quien conducía. Otra denuncia, esta vez hecha por El Colombiano, recogió testimonios de personas que trabajaban con Flórez que aseguraban que se les exigió vender unas camisetas o entregar el 5 por ciento de su sueldo para financiarle la campaña al Congreso. Tampoco pasó nada y llegó campante al Senado.

Uno de los hechos más graves que empañan la carrera de Álex Flórez es la pérdida de investidura como concejal fallada por el Consejo de Estado. Se logró comprobar que estaba inhabilitado para aspirar a ese cargo, debido a que en el año en el que inscribió su candidatura suscribió un contrato de prestación de servicios con el Tecnológico de Antioquia. Se justificó diciendo que era un contrato por 2 millones de pesos, y que fue su primer empleo y fuente de ingresos. Según parece, la ley solo debe cumplirse cuando le conviene. 

Es claro que Álex Flórez siempre tiene una justificación para todo y lo sucedido en Cartagena no es la excepción. Después de ese penoso show en el que llamó a los policías asesinos, ladrones, atracadores y violadores de derechos, dio una entrevista en Blu Radio en la que, sin el más mínimo asomo de arrepentimiento, pero sí con descaro y arrogancia, se atrevió a decir que no entendía por qué tanto drama si a él no lo habían elegido para dar buen ejemplo sino para hacer leyes.  Horas después, mediante un comunicado, pidió perdón por lo sucedido. ¿Cómo no pensar que esas disculpas no fueron convenientes e hipócritas? Difícil. 

Lo que no le ha faltado es quién lo defienda y exculpe. Esta vez no fue Petro, pero sí fue su gran amigo, el alcalde de Medellín, quien no solo excusó su comportamiento sino que además promovió –sin ninguna vergüenza– el hashtag #CreoEnÁlex. Me pregunto: ¿En cuál Álex debemos creer? 

A esta novela se sumó un nuevo capítulo: Aunque el congresista explicó que había conocido a su acompañante en una fiesta, la mujer dio una entrevista a Noticias RCN contando que fue contactada en La Torre del Reloj para prestar su servicio como dama de compañía. Por años se ha buscado la manera de combatir a las mafias que están detrás del turismo y la explotación sexual en Cartagena. No sería raro que el senador se pronunciara en contra de este flagelo en el recinto del Congreso, mientras contrata los servicios sexuales de estas mujeres cuando se va de fiesta. 

Álex Flórez confesó que tiene problemas de alcoholismo y volverá a terapia para tratarlo. Es innegable que este es un asunto de salud pública que arruina vidas y por eso deseo que pueda recuperarse, sin embargo, eso no borra que es un político impresentable, deshonesto, mentiroso, machista, acostumbrado a las jugaditas, y que se convirtió en senador por ser la ficha de Quintero, pasando por encima de personas que sí habían trabajado por ese movimiento político. Álex Flórez nunca debió llegar al Congreso y ya es hora de que se vaya. 


Nota: Me impresiona la doble moral de los congresistas que en su momento pidieron la hoguera para Eduardo Merlano y hoy defienden a Flórez.
 

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