“Esa es la vida, todos los días se presenta eso”, fue una de las frases que le dijo Rodrigo Noguera, el rector de la Universidad Sergio Arboleda, a la fiscal Angélica Monsalve cuando trataba de interceder –o más bien presionar– para que no imputara a tres miembros de la poderosa familia Ríos Velilla en el proceso de la concesión de recaudo de TransMilenio.
Las grabaciones, reveladas por Daniel Coronell en su reporte en W Radio, dejan al descubierto que el rector Noguera, sin el más mínimo reparo, justifica estas prácticas hasta el punto de llamar a la fiscal “ridícula” cuando le sugiere que lo que pretende hacer es tráfico de influencias. “Tú no conoces de la sociedad y el mundo”, le dice en la misma conversación.
Al parecer, la sociedad y el mundo que conoce el rector es el de la trampa, el de la triquiñuela, el de pasar por encima de la ley para hacerles favores a sus amigos. Tal vez por eso le pareció normal insinuarle a la fiscal Monsalve que no actuara en derecho, así quedaba bien con Alberto Ríos y de paso con Néstor Humberto Martínez –el mediador de dicho encuentro–, que siendo fiscal general nombró a Angélica Monsalve por recomendación de Noguera. Yo te ayudo, tú me ayudas. ¡Normal!
No es la primera vez que Rodrigo Noguera y la Sergio Arboleda están en el ojo del huracán: en marzo de 2018, estudiantes y egresados denunciaron que usaron las bases de datos de la universidad para enviarles mensajes invitando a votar por la esposa del rector, Zayda Barrero, en ese entonces candidata al Senado por el Centro Democrático. Noguera negó todo, pero no explicó cómo llegó a la comunidad estudiantil la propaganda política de su esposa.
Otra de las denuncias que lo salpica está relacionada con una reunión que habría propiciado entre Óscar Iván Zuluaga y Leonardo Espinosa, exfiscal ad hoc para el caso Odebrecht, con el fin de hacer lobby a favor de David Zuluaga y buscar su absolución en el caso del hacker Sepúlveda. Noguera dijo en su momento no recordar el episodio. Noticias Uno reveló, además, en su última emisión, que el rector estaba a punto de ser imputado por la apropiación ilegal de un predio en el Parque Tayrona, pero la Fiscalía trasladó –sin explicación– el proceso de Santa Marta a Bogotá.
Rodrigo Noguera no solo tiene muy mala memoria, también tiene buena suerte o amigos que devuelven favores, ya saben, eso es normal en el mundo del rector, aunque está muy alejado de lo que la Sergio Arboleda tiene como una de sus premisas de filosofía institucional: la honestidad y la ética, como actitudes del comportamiento.
El viernes, luego de conocer más denuncias sobre el caso, los estudiantes de la sede en Bogotá realizaron un plantón al frente de la universidad, escribieron en la calle con pintura blanca “Renuncie, rector” y lanzaron arengas exigiendo una explicación sobre lo que pasó con la fiscal Monsalve y otros hechos irregulares, sin embargo, solo recibieron silencio y un escueto comunicado en el que la universidad se lavaba las manos y exculpaba a Noguera.
“Pensar en la renuncia de Noguera Calderón es como pensar que un propietario saldrá de su propia casa solo porque los inquilinos así lo quieren. Él y su familia se ríen de tal afirmación. ¿Quién podría renunciar a la dirección de una universidad que tiene tanta incidencia política en el país?”, me dice, Andrea*, una de las estudiantes de pregrado que, como varios de sus compañeros, cree que no pasará nada. Coincide con Daniel*, un estudiante de maestría que piensa que llegará otro escándalo y esto quedará en el olvido: “Estamos en el país del no pasa nada, no hay renuncias, no hay pronunciamientos contundentes, así que en este caso tampoco espero nada”.
Fernanda*, por el contrario, guarda la esperanza de que algo cambie: “Es momento de que se haga realidad nuestro lema sergista: ¡Donde tú sí cuentas! ¿Contamos nosotros o los fiscales de bolsillo, el presidente amigo o el contralor cómplice?” Ayer, los estudiantes insistieron en una reunión con el rector, pero no lo lograron, en cambio sí les taparon con pintura gris el letrero que habían hecho durante la protesta.
Rector Noguera, no le haga más daño a una institución que debería brillar por su excelencia académica y no porque desde la rectoría se gestan movidas para burlar la ley y favorecer a personajes cuestionados, escuche a sus estudiantes: ¡Renuncie, rector!
*Los nombres de los estudiantes fueron cambiados a petición de ellos, por temor a que la universidad tome represalias en su contra.
